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Arrancamos: la vuelta al cole y la educación digital

Valeria Paiva

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Arrancamos: la vuelta al cole y la educación digital

En los últimos días, por razones laborales, anduve a vueltas con la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales y garantías digitales. Quien conoce la Ley, sabe que la primera parte traslada a nuestro ordenamiento jurídico el reglamento europeo de protección de datos, de 2016. La segunda parte, de garantías digitales, actualiza derechos fundamentales de la Constitución al que llaman “sociedad digital”. También introduce un concepto novedoso, el de educación digital que, coincidiendo con la “vuelta al cole”, me ha inspirado a escribir este texto.

La intención de la ley es loable. El problema es que no encontramos una definición precisa de lo que significa “sociedad digital” y de cuáles son las competencias necesarias para vivir en esta sociedad. A diferencia de las europeas, las leyes españolas no se preocupan demasiado con la definición de los conceptos. En la LOPDPGD, lo digital parece restringirse a internet y al uso de las redes sociales. A la vez, la relación con la tecnología es presentada como una relación de consumo de los productos de internet y de las redes. La consecuencia es que la educación digital conforma antes un precepto moral que un conjunto de herramientas y habilidades relacionadas con la ciencia.

Pero, aunque nos quedáramos exclusivamente en el plano moral, ¿qué entiende el legislador cuando se refiere a consumo responsable, uso crítico y seguro de los medios digitales? Hay palabras que utilizamos en la vida cotidiana sin problematizarlas, pero que una ley debería definir. No hace falta ser un/a historiador/a para saber que las relaciones cara a cara vienen progresivamente siendo mediadas por instituciones/medios no humanos. En los últimos siglos, hubo reacciones a ese proceso (hacia al progreso, solían decir, con algo de arrogancia) marcadas por el miedo y la desconfianza. Lo que molesta en la Ley de Protección de datos y también en la nueva ley de educación, la llamada LOMLOE, es la presentación de esa desconfianza como pensamiento crítico.

El pensamiento crítico no tiene un contenido necesario: es la habilidad de analizar formalmente las relaciones entre los elementos. Para enseñar a un/a niñx a pensar críticamente, tengo que darle herramientas para hacer preguntas, no respuestas hechas. Tengo que asegurarme que domine los elementos gramaticales del lenguaje; las relaciones entre las formas geométricas y el álgebra; y entre el espacio y el tiempo, la física. Tanto en la LOPDPGD, como hasta cierto punto en la LOMLOE, lo digital es visto como una amenaza al desarrollo cognitivo y comportamental de lxs niñxs y al desarrollo de su personalidad.

Se trata, desafortunadamente, de una perspectiva que se viene trasladando también a la práctica educativa general. No es que los peligros no existan, pero una educación para el futuro no puede estar basada en el miedo. El otro día, en una exposición interactiva sobre la ciencia detrás de las películas de Pixar, en la Fundación Caixa Forum en Madrid, me ha llamado la atención cómo caracterizaron los personajes de la película Wall-e. A partir del modelo de 4 brazos, 5 cabezas y 7 piernas, crearon 140 robots. Se trata de un uso sencillo de las combinaciones matemáticas. El resultado ni da miedo, ni es amenazante: ¡son sólo robotitos adorables! Y este es igualmente un ejemplo, uno entre tantos, de cómo interactuamos con lo digital.

¿Cuál será el impacto que la automatización, sumada a la rapidez de una comunicación “desterritorializada”, tendrá sobre el desarrollo cognitivo, el lenguaje, nuestro cuerpo, el planeta, nuestra convivencia? No lo sé, pero como educadores no deberíamos imponer a lxs niñxs un contenido educativo derivado de nuestros miedos, sino darles la mejor educación posible para afrontar lo que venga. Vuelve el cole y pronto volverán los debates, quizás necesarios, sobre el uso del móvil por los menores, el exceso de pantalla, etc., etc. Pronto empezarán las actividades escolares, un maratón de ellas. Y vendrán otros veranos y nuevas vacaciones. Me pregunto si, al tratar de temas polémicos, tan al gusto de los programas televisivos, no olvidamos lo más importante: que la base de la educación, también de la digital, es formar no solamente consumidores “críticos” y “responsables”, sino también y fundamentalmente sujetos, que actúan sobre el mundo en el que viven y son artífices de la tecnología que usan.

¿Arrancamos?

Arrancamos: la vuelta al cole y la educación digital

En los últimos días, por razones laborales, anduve a vueltas con la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales y garantías digitales. Quien conoce la Ley, sabe que la primera parte traslada a nuestro ordenamiento jurídico el reglamento europeo de protección de datos, de 2016. La segunda parte, de garantías digitales, actualiza derechos fundamentales de la Constitución al que llaman “sociedad digital”. También introduce un concepto novedoso, el de educación digital que, coincidiendo con la “vuelta al cole”, me ha inspirado a escribir este texto.