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Carta abierta a Junts
Los demócratas reconocemos que no existe sólo una España. Pero a la vez decimos que tampoco existe una sola Cataluña. La mayoría de los españoles no queremos que Cataluña se independice de España, pero detestamos el acoso, el derribo y la humillación al que ha sido sometido el independentismo por parte de la derecha política, mediática y judicial. Somos mayoría, en España y Cataluña, los que queremos la paz y el diálogo, los que rechazamos el “a por ellos”, los que temblamos al recordar el envío de tropas a Cataluña para someter a un pueblo que lo único que quería era votar, y los que lloramos en esos días en que las “fuerzas del orden” apaleaban a personas mayores cuya única aspiración era ejercer la democracia.
No nos conviene la ultraderecha del PP y Vox, ni a España ni al independentismo. Que la ultraderecha de este país ponga el altavoz en el independentismo catalán es solo una publicidad efímera, de eso no se come. Permítanme la pregunta: ¿qué quiere Junts, plata o plomo? Plata significa una oportunidad para todos los que nos alejamos del conflicto, plomo son la ofensiva judicial y la opresión social para seguir metiendo a independentistas en las cárceles, para seguir anulando la voz de miles de catalanes, para secuestrar un Estatut catalán que votamos todos y nos robaron unos pocos, para cercenar el derecho a decidir. Plata sería la oportunidad de una respuesta política a un problema político. Plomo, los más de 900 heridos del 1 de octubre. ¿En serio podéis querer, de nuevo, más registros sin orden judicial en las empresas, instituciones y sedes de los partidos políticos catalanes? ¿De verdad que queréis más detenciones sin orden judicial y sin habeas corpus? ¿Queréis, otra vez, limitaciones al derecho de reunión y de expresión?
Ya sabéis lo que nos espera si bloqueáis un Gobierno de coalición progresista donde caben casi todos, un tribunal político, el Tribunal Supremo, controlado por el PP, con prejuicios suficientes como para condenar a Cataluña al ostracismo. Precisamente porque no podemos olvidar lo que pasó el 1 de octubre, está en nuestras manos una correcta interpretación de los acontecimientos pasados para poder proyectar una realidad de futuro para Cataluña y España. Somos muchos españoles los que no nos creemos la soflama de la ultraderecha del PP y Vox de que sois los más interesados en que exista el conflicto. Sabemos que no sería justo echaros la culpa de la encrucijada que han deparado estas elecciones. Tenéis derecho a decidir lo que creáis mejor para vuestros intereses. Pero existe una realidad incontestable y es que España y Cataluña han hablado y no por casualidad. Que Junts tiene la pelota en su tejado y con ella mucho poder y ya sabemos aquello de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Esta es la cuestión, mirar para adelante o hacia detrás. Favorecer un Gobierno progresista con apoyos nacionalistas de todo el arco político o meter en nuestras vidas, aún más, a la ultraderecha más canalla y radical desde la Guerra Civil española. Existe una España mayoritaria que quiere hablar con toda Cataluña y no solo con las mayorías. En vuestra mano queda permitir que cada mañana siga saliendo el sol o traer de nuevo esa nube negra que solo produce tormentas de dolor y rencor fraternal. Os rogamos que deis una oportunidad al diálogo y la paz. Decidáis lo que decidáis, no seréis culpables de nada pero sí responsables de todo lo demás.
Los demócratas reconocemos que no existe sólo una España. Pero a la vez decimos que tampoco existe una sola Cataluña. La mayoría de los españoles no queremos que Cataluña se independice de España, pero detestamos el acoso, el derribo y la humillación al que ha sido sometido el independentismo por parte de la derecha política, mediática y judicial. Somos mayoría, en España y Cataluña, los que queremos la paz y el diálogo, los que rechazamos el “a por ellos”, los que temblamos al recordar el envío de tropas a Cataluña para someter a un pueblo que lo único que quería era votar, y los que lloramos en esos días en que las “fuerzas del orden” apaleaban a personas mayores cuya única aspiración era ejercer la democracia.
No nos conviene la ultraderecha del PP y Vox, ni a España ni al independentismo. Que la ultraderecha de este país ponga el altavoz en el independentismo catalán es solo una publicidad efímera, de eso no se come. Permítanme la pregunta: ¿qué quiere Junts, plata o plomo? Plata significa una oportunidad para todos los que nos alejamos del conflicto, plomo son la ofensiva judicial y la opresión social para seguir metiendo a independentistas en las cárceles, para seguir anulando la voz de miles de catalanes, para secuestrar un Estatut catalán que votamos todos y nos robaron unos pocos, para cercenar el derecho a decidir. Plata sería la oportunidad de una respuesta política a un problema político. Plomo, los más de 900 heridos del 1 de octubre. ¿En serio podéis querer, de nuevo, más registros sin orden judicial en las empresas, instituciones y sedes de los partidos políticos catalanes? ¿De verdad que queréis más detenciones sin orden judicial y sin habeas corpus? ¿Queréis, otra vez, limitaciones al derecho de reunión y de expresión?