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¿Los chistes con prejuicios solo le hacen gracia a la gente que los tiene?
Después de todo lo que se lee sobre los chistes de Rober Bodegas, echo en falta alguna reflexión equidistante y que profundice un poco más sobre el humor de hoy en día.
Vaya por delante que defiendo la libertad de expresión, y condeno toda amenaza de muerte por ejercerla, obviamente. Eso nunca arregla nada. También es cierto que hay una parte de gitan@s que, por desgracia, ni se les integra ni hacen aparentemente por integrarse. Pero no creo que represente, ni muchísimo menos, a este colectivo, aunque esta pequeña minoría haga mucho ruido en las secciones de sucesos.
Dicho esto, los chistes de Bodegas me parecen muy rancios. Solo explotan los prejuicios que tiene la sociedad sobre un colectivo. Puede resultar ocurrente el hacer el “chiste a la inversa” (para el que no viese el monólogo, el chiste relata una situación en la que un payo no delinque), pero no logra apagar el olor a racismo que desprende.
¿No es mucho más sagaz y valiente el arrancarnos una carcajada haciéndonos reflexionar sobre una actitud racista que tengamos?, ¿o machista?, ¿o clasista?, ¿o denunciando como roban al contribuyente?, ¿o poniendo en evidencia a nuestros políticos?, ¿o recurrir al humor absurdo?, ¿o que nos haga reírnos de nosotr@s mism@s?, ¿o recurrir al humor escatológico en contextos fuera de lugar?
En el humor resulta fácil acudir a las generalizaciones: a los emigrantes los mantenemos con nuestros impuestos, las mujeres no saben conducir, los andaluces no madrugan, los gitanos son delincuentes... Sinceramente, creo que el humor prejuicioso, racista, clasista o machista solo hace gracia al que tiene esos prejuicios. Busca la risa fácil y ensañosa del que desprecia y ridiculiza, sin chiste de por medio, al que considera inferior.
El hilo que separa los tipos de humor es fino, pero creo que se diferencia. Soy gallego y me hace gracia que se rían de mí cuando no sé si subo o si bajo, conozco a catalanes que se ríen de sí mismos por mirar “la pela”, a madrileños por tener tono chulo, a andaluces por comerse la mitad de las letras al hablar, a vascos por levantar troncos, etc., etc.… y hace gracia.
Y si queremos ofender e incomodar, está el humor negro, que no respeta a nada ni nadie. Si haces un chiste sobre el vuelo de Carrero Blanco, o un chiste sobre la incapacidad de Echenique, es del mismo mal (pésimo) gusto, pero no es prejuicioso ni discriminador.
Y los chistes de gitan@s delincuentes no son chistes de humor negro. Son chistes racistas.
No se trata de decir: “Unos chistes sí y otros no”. Se trata de poner nuestro granito de arena en la eliminación de prejuicios... o de colaborar a mantenerlos.
Personalmente, me he reído con chistes de todo tipo, pero ya no me hace gracia el humor que se ríe de un colectivo por el hecho de serlo. De hecho, me doy cuenta de que abandono realmente mis prejuicios cuando me dejan de hacer gracia determinado tipo de chistes. Propongo este ejercicio de reflexión a todo el mundo.
Se puede hacer reír siendo originales y sin ahondar en las diferencias sociales y desigualdades. Sin reírse humillando y explotando prejuicios que solo hacen gracia a quien los tiene.
No se trata tampoco de censurar. Todo el mundo tiene libertad de expresión para hacer chistes sobre colectivos discriminados o marginados. Usemos la misma libertad de expresión en los contextos en que los escuchamos para definirlos como son: chistes racistas, sexistas, clasistas… Me podré equivocar, pero creo que de este modo el humor acabará siendo más “inteligente”.
Después de todo lo que se lee sobre los chistes de Rober Bodegas, echo en falta alguna reflexión equidistante y que profundice un poco más sobre el humor de hoy en día.
Vaya por delante que defiendo la libertad de expresión, y condeno toda amenaza de muerte por ejercerla, obviamente. Eso nunca arregla nada. También es cierto que hay una parte de gitan@s que, por desgracia, ni se les integra ni hacen aparentemente por integrarse. Pero no creo que represente, ni muchísimo menos, a este colectivo, aunque esta pequeña minoría haga mucho ruido en las secciones de sucesos.