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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Me duele Ecuador

Marcelo Noboa Fiallo

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Me duele Ecuador, porque en este hermoso país nací hace 74 años. Ahí transcurrió mi infancia y adolescencia, disfrute de su riqueza paisajística y del calor de sus gentes. En este hermoso país vive gran parte de mi familia. La mayoría sobreviven y unos pocos forman parte de la élite económica del país (mi familia es un fiel reflejo del reparto de la riqueza del país). Hoy no es ni la sombra de lo que fue el Ecuador de mi infancia.

Me duele Ecuador, porque en España y Europa poca información recibimos del mismo. Sólo es noticia cuando las catástrofes naturales hacen su aparición o cuando las garras del narcoterrorismo (otrora inexistentes) decidieron que México y Colombia no eran suficientes y había que incorporar a Ecuador como una pieza más en la construcción de su ambicionado Estado Narcoterrorista sin fronteras.

Me duele Ecuador porque sus riquezas, sólo han servido para enriquecimiento de unos cuantos, mientras la mayoría de la población sigue viviendo como cuando yo era un niño (en algunos casos peor). La ausencia de infraestructuras que conecten el mundo rural con las grandes urbes. La enseñanza pública deteriorada en beneficio de la privada, al igual que la sanidad pública, completamente residual rozando la beneficencia. La economía sumergida (30% del PIB) sirve para ocultar las tasas del paro, al igual que los emigrantes (7% de la población). Todo ello, junto con un Estado mínimo, incapaz de proveer de seguridad a sus ciudadanos, había puesto en bandeja a los cárteles mundiales de la droga.

Me duele Ecuador porque el asesinato del candidato a la presidencia del Gobierno, Fernando Villavicencio (nacido en el mismo pueblo que mi madre, Alausí), por los sicarios del narcoterrorismo, haya servido de munición para las fuerzas reaccionarias en plena campaña electoral. Con el cadáver aún fresco de Villavicencio me llegaba el siguiente tuit procedente de Quito: “12 horas después del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio ni Petro, ni Lula, ni Fernández, ni maduro, ni Díaz Canell, ni Boric, ni López Obrador, ni Luis Arce, y básicamente ningún líder de izquierdas se ha pronunciado rechazando la violencia política…¿Ya entendieron?” La persona que me lo reenviaba, a su vez, hacía el siguiente comentario: “Qué indignación, qué rabia, qué impotencia. Maldita izquierda asesina, por siempre seas maldito Correa, vil déspota y asesino”

Como por suerte, vivimos en un mundo donde es fácil acceder a la información y a las hemerotecas, encuentro lo siguiente: tanto López Obrador (México), como Boric (Chile), Lula (Brasil), Petro (Colombia), Fernández (Argentina) han condenado el asesinato y enviado condolencias a los familiares. No pueden ser más miserables los autores del bulo, pero tienen un maestro desde España: José María Aznar, quien con los cadáveres aun calientes de la masacre yihadista de 2004, utilizó los 192 muertos para adjudicárselos a ETA y así conseguir que su partido ganara las elecciones. No lo consiguió.

Me duele Ecuador, porque los neofascistas globales (bien asesorados por Steve Bannon) han sido los primeros en reaccionar. El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Ortega Smith: “Asesinato dirigido desde el Foro de São Paulo, y ejecutado por el narcoterrorismo, con el que nada se puede negociar, ni entregar las llaves de Oro de nuestra ciudad”.

¿Quién gana con todo esto? Con los datos en la mano Luisa González (candidata correista), desde luego que no, porque encabeza todas las encuestas (40%) muy por delante del segundo, Otto Sonnenholzner (14%). Había una gran preocupación en la derecha porque Luisa González ganara en primera vuelta.

Me duele Ecuador porque asesinatos de este tipo, lamentablemente, ocurren constantemente en México y Colombia (los periodistas son los primeros) pero jamás se inician campañas tan vergonzosas como las que están sufriendo los ecuatorianos. En el mismo Ecuador, hace dos semanas, los sicarios del narcotráfico asesinaron al alcalde de Manta. Solo en Ecuador se culpa al Foro de Sao Paulo y/o al “Belcebú” Correa.

Ecuador me dolerá menos si al final se consigue desvelar los nombres de los políticos que, al parecer, figuran en los teléfonos móviles de los sicarios arrestados y que la policía de Colombia y el FBI, tienen en su poder… entonces me dolerá menos.

Me duele Ecuador, porque en este hermoso país nací hace 74 años. Ahí transcurrió mi infancia y adolescencia, disfrute de su riqueza paisajística y del calor de sus gentes. En este hermoso país vive gran parte de mi familia. La mayoría sobreviven y unos pocos forman parte de la élite económica del país (mi familia es un fiel reflejo del reparto de la riqueza del país). Hoy no es ni la sombra de lo que fue el Ecuador de mi infancia.

Me duele Ecuador, porque en España y Europa poca información recibimos del mismo. Sólo es noticia cuando las catástrofes naturales hacen su aparición o cuando las garras del narcoterrorismo (otrora inexistentes) decidieron que México y Colombia no eran suficientes y había que incorporar a Ecuador como una pieza más en la construcción de su ambicionado Estado Narcoterrorista sin fronteras.