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¿Dónde estabas entonces?
No hace mucho leía en el DIARIO INFORMACIÓN, como Javier Mondéjar recordaba con cariño a nuestra amiga, ahora sé que común, Pilar Castillo, concejala de Acción Social en el primer ayuntamiento democrático de Alicante. Como él, también yo la incluiría en mi particular banda de “los cinco” sin dudarlo ni un segundo.
A Pilar la recuerdo en la desangelada campaña para las generales del 2011 atacando las empinadas calles de la Urbanización San Rafael de L’Alfàs del Pi. Pintaban bastos y no olvidaré un su comentario compungida: “cuándo volveremos a oír el himno del PSOE, con lo bonito que es celebrando otra victoria”.
No vería cumplido su deseo. En 2017 nos dejaría sin parar de trabajar ni un momento con la pasión y entusiasmo que la caracterizaban; en su última etapa en la agrupación de Alicante, mientras hacía frente con valentía a su enfermedad. Pero vivió lo suficiente para ver a su Partido Socialista renacido con una suerte de Leonardo Di Caprio al frente que empoderó a la militancia como nunca antes y le devolvió la ilusión perdida. Partiría seguro reconfortada en la confianza de que su añorada victoria estaba al caer, como efectivamente sucedió. Superaríamos al fin esa orfandad que nos atenazaba en aquella desangelada tarde de noviembre mientras repartíamos papeletas porque como leemos en “Conversación en la Catedral, ”...lo peor eran las dudas y lo mejor, cerrar los ojos y decir Dios existe o Dios no existe, y creerlo.“ Los socialistas, por fin. volvíamos a tener fe y podíamos de nuevo cerrar los ojos confiados.
O es lo que pensábamos hasta los famosos cinco días de reflexión y el amago de dimisión que propiciaría, una vez más, el cierre de filas de las bases, con Zapatero insuflando ánimos a la tropa. Todos respiraríamos con alivio menos los tristes de siempre, y su líder de nuevo con la miel en los labios y la hiel en el corazón.
Con todo, puede que Sánchez esta vez se dejara algunos pelos en la gatera de la militancia, los valencianos, además, privados poco antes del “juguete” de las primarias, veríamos para mas INRI cómo Leire Pajín acababa apareciendo por generación espontánea en el número ocho de la candidatura a las europeas. “El secretario general del PSOE (Sánchez), me lo propuso”. Y Morant sin pajolera idea, “no estaba programado”, pero como había “disponibilidad…”. Y es que se empieza por suprimir las primarias y se acaban por producir fenómenos paranormales, como la reaparición de una Pajín “missing” durante los doce años de plomo: Los mismos en los que ciudadanos y militantes tuvimos que hacer frente la motosierra en versión Rajoy y defender los servicios públicos descuartizados sin piedad: copagos, desahucios a enfermos de hepatitis y recortes sin fin; y ser testigos además, y esto fue especialmente devastador, de la diáspora de una de las generaciones mejor preparadas, obligada a buscarse la vida en Europa, a diferencia de Pajín, con una mano delante y otra detrás. Todas las puertas se les cerraron contrariamente a la giratoria, que convenientemente engrasada propulsaría la benidormense a no sé qué organismo internacional.
Y después vendría el COVID; qué les voy a contar. ¿No fue ella ministra de sanidad?. Ni una comparecencia, ni una denuncia publica, con todo lo que asegura ahora tiene para aportar a la ciudadanía.
En fin, que uno cuando la oye no puede menos que acordarse de esa famosa canción de “El último de la fila”, aquella que dice “¿dónde estabas entonces cuando tanto te necesité?”. El título es “Insurrección”, un peligro siempre, especialmente en época electoral, y que en el mejor de los casos como es sabido suele acabar en la desconexión de los votantes y en el peor ni les cuento. Lo dice don Fermín en la novela Vargas Llosa. “Cuando la gente de trabajo se abstiene y deja la política a los políticos, el país se va al diablo”.
A mí me da que el Partido Socialista lo que realmente necesita es más “gente de trabajo” , como la entrañable Pilar, cuya última voluntad consistió que la despidieran acunada con la bandera socialista original, la del yunque y la pluma, y menos “aprovechategis” de naturaliza extractiva cuya máxima preocupación al parecer es hacerse a toda costa un vehículo con chófer antes de enharinarse en campaña. Igual es que hasta le ha caducado el carnet, como a Zaplana. Salud!!!
No hace mucho leía en el DIARIO INFORMACIÓN, como Javier Mondéjar recordaba con cariño a nuestra amiga, ahora sé que común, Pilar Castillo, concejala de Acción Social en el primer ayuntamiento democrático de Alicante. Como él, también yo la incluiría en mi particular banda de “los cinco” sin dudarlo ni un segundo.
A Pilar la recuerdo en la desangelada campaña para las generales del 2011 atacando las empinadas calles de la Urbanización San Rafael de L’Alfàs del Pi. Pintaban bastos y no olvidaré un su comentario compungida: “cuándo volveremos a oír el himno del PSOE, con lo bonito que es celebrando otra victoria”.