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De los fines y los medios en política

Máximo Aláez

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Que el PP lleva tiempo queriendo comerse a Cs es algo que vienen voceando sin disimulo sus dirigentes, por lo que no debería extrañar a nadie (y menos a Cs). Que el PP quiera acabar con Cs y ocupar su espacio es un fin legítimo en política. Otra cosa son los medios con los que se pretende conseguir ese objetivo.

En la región de Murcia el método ha consistido en comprar la voluntad del número exacto de tránsfugas que necesitaban; ni uno más ni uno menos. Ese es un comportamiento perfectamente ajustable a lo mafioso, y va más allá del incumplimiento de un pacto antitransfugismo que tiene firmado. ¿Y en Madrid? La presidenta de la Comunidad puede convocar elecciones anticipadas, porque es su potestad. Para ser decente, podría haberlo hecho alegando algún incumplimiento del pacto firmado por parte de su socio de gobierno, Cs, pero ni siquiera es necesario: conoce la debilidad de su socio y apuesta por comérselo. El problema está en la sarta de mentiras (“me iban a poner una moción de censura”) y de embustes que lleva diciendo desde hace tiempo, con manifestaciones continuas en las que afirma con rotundidad que sería una irresponsable sin convocase a los madrileños a unas elecciones anticipadas. No nos dejemos engañar con tretas como decir una cosa y hacer la contraria, o apelar al victimismo; forma parte del personaje.

El problema es que, por una parte, estos comportamientos mafiosos y ególatras son muy peligrosos para el sistema democrático (ya hemos visto lo que pasó con Trump) y, por otra, tienen todos los componentes de una jugada desesperada y demasiado arriesgada, porque con ellos, a la cúpula actual del Partido Popular ya no le queda ninguna bala en la recámara. Su único aliado posible a partir de ahora va a ser Vox, que es un competidor directo y también está jugando sus cartas. Y todo parece indicar que están afilando sus armas. ¿Recuerdan aquello del “centro político”? Pues en estos momentos parece que tiene menos crédito que cero.

Que el PP lleva tiempo queriendo comerse a Cs es algo que vienen voceando sin disimulo sus dirigentes, por lo que no debería extrañar a nadie (y menos a Cs). Que el PP quiera acabar con Cs y ocupar su espacio es un fin legítimo en política. Otra cosa son los medios con los que se pretende conseguir ese objetivo.

En la región de Murcia el método ha consistido en comprar la voluntad del número exacto de tránsfugas que necesitaban; ni uno más ni uno menos. Ese es un comportamiento perfectamente ajustable a lo mafioso, y va más allá del incumplimiento de un pacto antitransfugismo que tiene firmado. ¿Y en Madrid? La presidenta de la Comunidad puede convocar elecciones anticipadas, porque es su potestad. Para ser decente, podría haberlo hecho alegando algún incumplimiento del pacto firmado por parte de su socio de gobierno, Cs, pero ni siquiera es necesario: conoce la debilidad de su socio y apuesta por comérselo. El problema está en la sarta de mentiras (“me iban a poner una moción de censura”) y de embustes que lleva diciendo desde hace tiempo, con manifestaciones continuas en las que afirma con rotundidad que sería una irresponsable sin convocase a los madrileños a unas elecciones anticipadas. No nos dejemos engañar con tretas como decir una cosa y hacer la contraria, o apelar al victimismo; forma parte del personaje.