Fotovoltaicas, la última plaga de la Vega de Granada

Más de millón y cuarto de metros cuadrados de olivos y terreno de cultivo, paisaje y espacios protegidos incluidos, van a convertirse en espejos muy cerca de nosotros, en lo que constituye el último ataque a la vega de Granada, con las bendiciones de cinco alcaldes que han decidido vender nuestra herencia paisajística/histórica - el espacio que nos define como comarca- por el precio de una vivienda (3 millones). ¡Ah!, también se crearían 7 puestos de trabajo “sostenibles” una vez acabada la instalación.

Además, el transporte de la energía producida arrasaría las alamedas que se encuentren a su paso (en parte corregido tras las alegaciones) porque el cableado de alta tensión pasaría por encima. Todo muy sostenible.

Mientras esto ocurre, observo que el centro comercial Nevada o Mercagranada, por ejemplo, disponen de 300 mil metros cuadrados el primero y más de 200 mil el segundo (2,5 millones entre tejados y aparcamientos si nos referimos al polígono donde se ubica) sin una sola placa fotovoltaica.

Decían por ahí que un buen alcalde encarna el espíritu del municipio y visto lo visto, creo que en el área metropolitana de Granada somos más de “pájaro en mano” y que por el pájaro somos capaces de asfixiar la comarca y gastar en aire acondicionado lo ahorrado por el plato de lentejas y algunos euros más. Espero que, en lo sucesivo, sepamos calibrar acciones como estas antes de que nuestra vega se convierta en el espejo que refleje la verdad de lo que somos.

Más de millón y cuarto de metros cuadrados de olivos y terreno de cultivo, paisaje y espacios protegidos incluidos, van a convertirse en espejos muy cerca de nosotros, en lo que constituye el último ataque a la vega de Granada, con las bendiciones de cinco alcaldes que han decidido vender nuestra herencia paisajística/histórica - el espacio que nos define como comarca- por el precio de una vivienda (3 millones). ¡Ah!, también se crearían 7 puestos de trabajo “sostenibles” una vez acabada la instalación.

Además, el transporte de la energía producida arrasaría las alamedas que se encuentren a su paso (en parte corregido tras las alegaciones) porque el cableado de alta tensión pasaría por encima. Todo muy sostenible.