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¿Un futuro posible de la sanidad madrileña en “El ángel de la muerte”?

Eduardo Palllardó

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Este es el título que le puso la distribución española a la película estadounidense “The good nurse” (La buena enfermera, 2022), con Jessica Chastain en el papel protagonista de enfermera buena, Amy. Con ella he estrenado la suscripción a Netflix que me ha facilitado una promo de mi operadora telefónica.

El parecido cada vez más razonable entre la sanidad madrileña y la de New Jersey no está en la posibilidad de que los sanitarios despachen a los pacientes a base de sobredosis de drogas. Lo que hace a esta película más cerca de una de terror que de intriga es el modelo de funcionamiento de la sanidad en los USA. Lo que pasa allí es esto:

La enfermera Amy trabaja en la UCI de un gran hospital, donde NO TIENE DERECHO A ATENCIÓN SANITARIA gratuita, porque el seguro médico no se le activa hasta tener un año de antigüedad en el puesto de trabajo. Con una grave enfermedad coronaria, resiste como puede para llegar a ese aniversario, sin más opción que ocultar al hospital su situación y sus síntomas, y evitar el despido automático. Visita otra consulta médica para que la examinen, que le saca cerca de mil dólares por unas pruebas y el diagnóstico. El médico le dice que si no deja de trabajar, al menos le explique a la hija mayor, de 9 años, cuáles son los posibles síntomas de una crisis, para que pueda dar la alarma. Spoiler: aguanta el tiempo, y consigue ser intervenida con éxito.

Mientras esto discurre, llega un nuevo enfermero con 15 años de experiencia en varios hospitales, más o menos a año por hospital. Cuando estos observan un aumento de casos de mortalidad no esperada entre sus pacientes, le despiden simplemente, sin explicar causas ni activar alertas, facilitando así la continuación de su carrera en otro lugar. Un caso acaba saltando a la investigación policial. Recursos Humanos y los abogados citan al personal, advirtiendo que, por las cláusulas de confidencialidad de sus contratos, cualquier contacto con los investigadores no aprobado o supervisado por el hospital es, también, causa de despido. El actual hospital y los anteriores por donde pasó el enfermero despliegan todos los recursos burocráticos posibles para bloquear la investigación. Al final, cuasi happy-end, no lo voy a contar todo por si quieren ver la peli.

Si llegara esto, le llamarían libertad. ¿Podemos hacer que no pase?

Este es el título que le puso la distribución española a la película estadounidense “The good nurse” (La buena enfermera, 2022), con Jessica Chastain en el papel protagonista de enfermera buena, Amy. Con ella he estrenado la suscripción a Netflix que me ha facilitado una promo de mi operadora telefónica.

El parecido cada vez más razonable entre la sanidad madrileña y la de New Jersey no está en la posibilidad de que los sanitarios despachen a los pacientes a base de sobredosis de drogas. Lo que hace a esta película más cerca de una de terror que de intriga es el modelo de funcionamiento de la sanidad en los USA. Lo que pasa allí es esto: