No hace falta emigrar

No hay que haber emigrado para pensar mucho en volver.

No hay que haber emigrado para sentirse alienado.

No hay que haber emigrado, ni siquiera ser mujer, para trabajar duro y llevarse menos que los demás.

No hay que haber emigrado para empatizar con los emigrantes en tu país de origen.

No hay que haber emigrado para ver que los extranjeros se nos parecen bastante.

No hay que haber emigrado para entender que todos los nacionalismos son egoístas.

No hay que haber emigrado para conocer las injusticias de las fronteras.

No hay que haber emigrado para amar el Sur.

No hace falta emigrar para echar de menos tus arraigos. Ni para decir adiós a muchos amigos.

No hace falta emigrar para comprender la importancia de tener un hogar. Ni para sufrir su carencia.

No hace falta emigrar para apreciar con conocimiento de causa la solera de tu país.

No hace falta emigrar para distinguir entre metrópolis y colonias.

No hace falta emigrar para saber que las multinacionales no conocen más razón que el capital ni más patria que los paraísos fiscales.

No hace falta emigrar para entender la importancia del largo plazo, en todos los ámbitos.

No hace falta emigrar para valorar la Sanidad Pública Universal como merece.

No hace falta emigrar para echar de menos la Enseñanza Pública y de calidad.

Tampoco para entender nuestra historia.

Ni para ver el mundo con perspectiva.

Para todo eso no hace falta emigrar. Pero ayuda.

No hay que haber emigrado para pensar mucho en volver.

No hay que haber emigrado para sentirse alienado.