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La izquierda en el País vasco, sumar o restar
La llamada de Otegi a la unidad de la izquierda, incluida la no independentista, de cara a las próximas citas electorales es francamente llamativa, como llamativo es el ramillete de los compañeros de viaje elegidos. Entre los políticos, gente que pensábamos que estaba jubilada, como Javier Madrazo, ex consejero de gobierno con el PNV, Gemma Zabaleta, ex consejera de gobierno con el PSE, y Daniel Arranz, efímero gobernador civil de Bizkaia en la época de Felipe González. Todos amortizados por su...digamos que amarga experiencia de gestión. En el primer caso por una fama bien ganada de clientelismo político y algún que otro escándalo. En el segundo por ser la consejera de “izquierdas” que rebajó la renta de garantía de ingresos en plena crisis económica. El tercero se vio mezclado en el caso Azpiegitura, si bien, todo hay que decirlo, fue finalmente absuelto. Hay también, aparte del ex juez Díaz de Rábago, otros pocos y pocas secundarias sin demasiado relieve o sí únicamente por su adicción al protagonismo mediático.
Pero lo más llamativo es que el llamamiento de Otegi no haya incluido a la izquierda realmente representativa, la que encarna la marca vasca de Unidas Podemos. Una primera lectura lleva a pensar si el objetivo es sumar, con el vocablo aritmético que Yolanda Díaz pretende desarrollar como proyecto político en el ámbito estatal, o restar de. En definitiva, si se trata de un simple movimiento táctico de EH Bildu para hacer creer que parte de la izquierda no independentista se les suma, mientras resta en el espacio del que proceden, el que en el ámbito municipal encarna hoy día ElkarrekinPodemos.
Todavía hay tiempo antes de las elecciones municipales para hacer posible lo que ahora solo parece una jugada de ajedrez, porque con ganas, confianza y generosidad, hay el suficiente para configurar alternativas reales, con gente no apartada de la práctica política, en base a programas que en los municipios, así se demuestra en la actividad consistorial y en los barrios, pueden ser en efecto coincidentes. Esa alternativa sí tendría posibilidades de multiplicar los gobiernos locales de izquierda y, como en el caso de Bilbao, porque Aburto, muy desgastado, no tiene el tirón de Azkuna, de dar un giro al modelo de ciudad actual, cada vez más atractivo para los turistas y más caro, también hostil en algunos barrios para sus vecinos, pero para ello no caben trampas, cartas marcadas, ni exclusiones.
La llamada de Otegi a la unidad de la izquierda, incluida la no independentista, de cara a las próximas citas electorales es francamente llamativa, como llamativo es el ramillete de los compañeros de viaje elegidos. Entre los políticos, gente que pensábamos que estaba jubilada, como Javier Madrazo, ex consejero de gobierno con el PNV, Gemma Zabaleta, ex consejera de gobierno con el PSE, y Daniel Arranz, efímero gobernador civil de Bizkaia en la época de Felipe González. Todos amortizados por su...digamos que amarga experiencia de gestión. En el primer caso por una fama bien ganada de clientelismo político y algún que otro escándalo. En el segundo por ser la consejera de “izquierdas” que rebajó la renta de garantía de ingresos en plena crisis económica. El tercero se vio mezclado en el caso Azpiegitura, si bien, todo hay que decirlo, fue finalmente absuelto. Hay también, aparte del ex juez Díaz de Rábago, otros pocos y pocas secundarias sin demasiado relieve o sí únicamente por su adicción al protagonismo mediático.
Pero lo más llamativo es que el llamamiento de Otegi no haya incluido a la izquierda realmente representativa, la que encarna la marca vasca de Unidas Podemos. Una primera lectura lleva a pensar si el objetivo es sumar, con el vocablo aritmético que Yolanda Díaz pretende desarrollar como proyecto político en el ámbito estatal, o restar de. En definitiva, si se trata de un simple movimiento táctico de EH Bildu para hacer creer que parte de la izquierda no independentista se les suma, mientras resta en el espacio del que proceden, el que en el ámbito municipal encarna hoy día ElkarrekinPodemos.