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Los jóvenes, el empleo y el papel que les asigna el capitalismo

Sebastián Fernández Martínez | socio de elDiario.es

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Lejos de recurrir a datos y porcentajes sobre la situación de precariedad, paro y exclusión social que sufren las y los jóvenes, voy a ir a las causas. Su situación es consecuencia del papel que le asigna el capitalismo. Algunos autores plantean que los jóvenes “son considerados como coartada ideológica legitimadora de la flexibilización y laboratorio de experimentación sobre el cual construir el mercado de trabajo actual”. Pablo López Calle y Juan José Castillo UGT-MADRID Octubre de 2004.

La causa fundamental tiene que ver con la flexibilidad laboral, cosa que comprobamos a poco que nos asomemos al funcionamiento del mercado laboral, tanto en la entrada, como la permanencia y salida del mismo. Expertos como el sociólogo Alfonso Alcaide han estudiado esta situación, acuñando la expresión “cinco negaciones” del mercado laboral, que tienen que ver con la mano de obra en general, pero que en los jóvenes se manifiesta de forma más cruel.

LA FLEXIBILIDAD LABORAL Y SUS CINCO NEGACIONES

¿Cómo son los empleos actuales?: No en la misma empresa, no en el mismo trabajo o profesión, no en la misma localidad, no con el mismo horario y no con el mismo salario.

“Cuando se dice que hay que pensar en una vida laboral en la que se vaya pasando de empresa en empresa, según las circunstancias productivas lo requieran, con ello se elimina la seguridad de los procesos vitales del trabajador.

Cuando se dice que hay que pensar en realizar múltiples tipos de trabajo durante la vida laboral (movilidad funcional), además de la seguridad, se castra la vocación profesional del trabajador.

Cuando nos predican las bondades de la movilidad geográfica y se aconseja que hay que pensar en ir trasladándose de ciudad en ciudad siguiendo la demanda de los puestos de trabajo, se están rompiendo las relaciones familiares, de parentesco, culturales y sociales.

Cuando por necesidades de la producción se impone un horario flexible, en sus múltiples variantes, se produce un grave atentado contra el estado físico y psíquico del trabajador y se destruye su tiempo de vida.

Por último, cuando se instaura la política de la flexibilidad salarial, se rompe con ello la autonomía personal y la seguridad familiar“. (El trabajo humano, principio de vida. Editorial EDICE Madrid 2007. Alfonso Alcaide Maestre. Autor y Editor)

Que alguien me diga si las personas jóvenes pueden aspirar a un proyecto de vida familiar estable, si está de empresa en empresa, de contrato en contrato, de profesión en profesión, de localidad en localidad, con salarios distintos y con horarios flexibles... Muchos de ellos con todos estos supuestos… y otros con algunos.

Por todo lo anterior, “los jóvenes son los cobayas en los que se está experimentando el ideal de sujeto neoliberal, que se identifican como ”empresarios de sí mismos“, en los que se pretende inocular la precariedad, la empleabilidad y el emprendimiento, para ”que se busquen la vida“. Ana María Rivas. Trabajo y pobreza. Cuando trabajar no es suficiente para vivir dignamente. Ediciones HOAC 2016.

Este es el papel que asigna el neoliberalismo a los jóvenes, como el único e inevitable marco vital, entendiendo como tal, las condiciones de posibilidad de desarrollar un proyecto de vida (personal, familiar y laboral), autónomo e independiente de la generación anterior.

Los términos que los científicos sociales y los medios de comunicación han creado para describir a los jóvenes, son entre otros: mileuristas, los ni-ni, quinientoseuristas, generación perdida, generación yo-yo… Términos que lo que hacen es homogeneizar un colectivo muy diverso, ocultando lo que pretenden: una reestructuración social de los jóvenes, acorde con el mercado laboral y las demandas empresariales, con el objetivo de recolocar a cada uno en su “posición social” de partida, en su nicho natural. Dicho proyecto construye una clasificación social que los divide en: excluidos, hipotecados, exiliados e integrados“.

Dicen Laval y Dardot:“… el neoliberalismo, antes que una ideología o una política económica es, de entrada y ante todo, una racionalidad; y, en consecuencia, tiende a estructurar y organizar, no solo la acción de los gobernantes, sino también la conducta de los propios gobernados” Tiene como norma de conducta, la competencia, y a la empresa como modelo de subjetivación“. (Laval, C. y Dardot, P ” La nueva razón del mundo“. Ensayo sobre la sociedad neoliberal. (2013) Barcelona. Gedisa).

Lo lamentable de todo esto es que se ha creado un consenso entre todos los sectores implicados en las relaciones laborales y que en la legislación no se profundiza en la flexibilidad laboral. La mal llamada flexiseguridad es un camelo, porque va encaminada a que el trabajador sea siempre el perjudicado.

NO ESTÁ TODO PERDIDO

Como dice la canción, no está todo perdido. Los jóvenes son conscientes de su situación. Traigo a colación el boicot que con motivo de la deriva mercantilista que está tomando la universidad, le hicieron hace ahora cinco años, a Felipe González y Juan Luis Cebrián, cuando iban a impartir la conferencia “Sociedad Civil, España y Europa. El futuro no es lo que era” en la Universidad Autónoma de Madrid (U.A.M). Los jóvenes universitarios argumentaban su boicot con estas palabras: “Somos estudiantes de la U.A.M, quienes venimos cada día a este campus, quienes estamos en primera fila viendo cómo la educación que queremos se deteriora día a día por culpa de las políticas de mercantilización y privatización”

He intentado reflejar el papel que el neoliberalismo capitalista tiene asignado a los jóvenes, a nuestros hijos y nuestros nietos, pero esta realidad y este futuro no son designio de nadie. Son las personas e instituciones las que deciden que sean así. La economía se puede organizar de otra manera en la que la persona sea el centro de la vida y del trabajo.

Lejos de recurrir a datos y porcentajes sobre la situación de precariedad, paro y exclusión social que sufren las y los jóvenes, voy a ir a las causas. Su situación es consecuencia del papel que le asigna el capitalismo. Algunos autores plantean que los jóvenes “son considerados como coartada ideológica legitimadora de la flexibilización y laboratorio de experimentación sobre el cual construir el mercado de trabajo actual”. Pablo López Calle y Juan José Castillo UGT-MADRID Octubre de 2004.

La causa fundamental tiene que ver con la flexibilidad laboral, cosa que comprobamos a poco que nos asomemos al funcionamiento del mercado laboral, tanto en la entrada, como la permanencia y salida del mismo. Expertos como el sociólogo Alfonso Alcaide han estudiado esta situación, acuñando la expresión “cinco negaciones” del mercado laboral, que tienen que ver con la mano de obra en general, pero que en los jóvenes se manifiesta de forma más cruel.