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Política en tiempos de los Reyes Católicos
El 1 de noviembre, día de todos los santos, fue el brillante inicio de campaña donde para variar ya no se habla de cambios de sistema ni modificación del estado, ni de república. Todos los partidos mayoritarios se vuelcan en mantener este modelo “moderno-autonómico-monárquico-democrático” donde las minorías valen un pimiento y las mayorías en espacios concretos dos pimientos.
Empezamos la semana con una comparación extraña de Catalunya con Euskadi en boca de Marlaska que con la información que le dieron los policías dedujo que la violencia en estas dos demarcaciones ha sido mayor en Catalunya que en Euskadi. Entiendo que su información viene de policías que no compartieron el periodo duro de Euskadi, sin faltar al respeto. Al margen de los centenares de civiles muertos, se cuentan 486 miembros de las fuerzas armadas o cuerpos policiales y más de 150 miembros de ETA. Claro en Catalunya hay más violencia, lo hemos visto estos días o la capacidad de análisis es únicamente por las sensaciones de unos policías. Tampoco nos tiene que extrañar cuando el mismo había afirmado en Barcelona el 19 de octubre que el estado tenía el monopolio de la violencia, no sé si se da cuenta de que esta es una de las frases que utilizó Hitler, extraídas de escritos de Max Weber, donde se justificaba su forma de actuar. Puestos a recordar este es el tipo violencia que fue utilizada por los Reyes Católicos en la “homogeneización de la raza” con la expulsión de los judíos y musulmanes de la península. Confundir fuerza y violencia es un síntoma de escasez de recursos en todos los sentidos.
Cuidado con esta última porque al buscar cantos de sirena es muy fácil caer en estos tiempos donde “re-homogeneizar” culturalmente, como hizo Franco durante el régimen, con el tiempo que ha pasado y los flujos de población, puede ser igual de “violento” intentando arrinconar o eliminar el mestizaje.
La violencia acompañada del “olvido” por parte de Sánchez, de un federalismo y una república en el estado español comporta una regresión del sistema. En este caso hay que recordar que el modelo de los inquisidores Reyes Católicos al unificar la península siempre obligaba a sus sucesores, a preservar los fueros de los diferentes reinos jurando en las cortes de cada uno, ello por supuesto con claras contradicciones morales diferentes y una “política” de carácter pactista, siendo más semejante de lo que actualmente sería un estado federal que un estado centralista. Ahí vamos copiando lo malo y omitiendo lo bueno.
El partido socialista ha denunciado una campaña por parte del PP para fomentar la abstención del voto de izquierdas. Soy del parecer de que actualmente el PSOE de izquierdas tiene la palabra socialista, en lo demás parece más un partido conservador de centro que otra cosa y precisamente este posicionamiento es el que hará que la izquierda salga a votar para evitar la coalición con el PP, por mucho que aseguren que no lo harán, rogando a Iglesias y Colau que no bloqueen un gobierno socialista que con quien pactará todas esas leyes y conceptos regresivos que predica si no es con el PP, con qué mayoría puede contar para ello.
La mañana antes de iniciar la campaña electoral el gobierno aprueba un decreto para “poner punto final al proyecto de la república digital” catalan. ¡Vaya! en todos estos meses no se les había ocurrido, de verdad a quién quieren convencer y seducir con semejante medida a estas alturas; es un giro más a ese centro derecha que otra cosa. Si existía un peligro ¿A qué esperaban? o ¿Por qué no lo han dejado como estaba? Si no lo era, está claro que actuar contra una parte de los catalanes y a la vez contra todos. Debe ser ese el beneficio o plusvalía, en este caso electoral, que siempre acarrea la violencia del estado.
Al final tenemos unas elecciones con más continuidad del “régimen”, bien aliñadas con enfrentamiento y equívocas manipulaciones de los conceptos fuerza y violencia, la violencia no es monopolio del nadie (no es licito) lo que tiene el estado, como afirmaba un reputado jurista internacional, “el estado tiene el monopolio del uso de la fuerza en condiciones de proporcionalidad y necesidad”. Ahora casi piden el voto para legitimar la medida de “su” moral acorde con los vientos de las encuestas no de la ética.
El 1 de noviembre, día de todos los santos, fue el brillante inicio de campaña donde para variar ya no se habla de cambios de sistema ni modificación del estado, ni de república. Todos los partidos mayoritarios se vuelcan en mantener este modelo “moderno-autonómico-monárquico-democrático” donde las minorías valen un pimiento y las mayorías en espacios concretos dos pimientos.
Empezamos la semana con una comparación extraña de Catalunya con Euskadi en boca de Marlaska que con la información que le dieron los policías dedujo que la violencia en estas dos demarcaciones ha sido mayor en Catalunya que en Euskadi. Entiendo que su información viene de policías que no compartieron el periodo duro de Euskadi, sin faltar al respeto. Al margen de los centenares de civiles muertos, se cuentan 486 miembros de las fuerzas armadas o cuerpos policiales y más de 150 miembros de ETA. Claro en Catalunya hay más violencia, lo hemos visto estos días o la capacidad de análisis es únicamente por las sensaciones de unos policías. Tampoco nos tiene que extrañar cuando el mismo había afirmado en Barcelona el 19 de octubre que el estado tenía el monopolio de la violencia, no sé si se da cuenta de que esta es una de las frases que utilizó Hitler, extraídas de escritos de Max Weber, donde se justificaba su forma de actuar. Puestos a recordar este es el tipo violencia que fue utilizada por los Reyes Católicos en la “homogeneización de la raza” con la expulsión de los judíos y musulmanes de la península. Confundir fuerza y violencia es un síntoma de escasez de recursos en todos los sentidos.