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Vacunas y libertad

Fernando Casas Mínguez | socio de elDiario.es

9 de diciembre de 2021 15:42 h

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Un autor anónimo ha hecho circular por las redes una carta, sobre la vacuna y en defensa de la libertad, que no me resisto a comentar. El texto dice así: “Estimado vacunado: Los no vacunados no te han privado de libertad. Ha sido el gobierno. Los no vacunados no piden nada a cambio de tu libertad, el gobierno lo hace. Si los no vacunados son un peligro para ti significa que la vacuna no funciona. Si funcionase estarías libre”.

De la lectura del primer párrafo (“Estimado vacunado: los no vacunados no te han privado de libertad. Ha sido el gobierno”), se deduce que estar vacunado equivale a perder la libertad y, en sentido contrario, que solo los `no vacunados´ son libres. El párrafo añade, asimismo, que el responsable de que las personas pierdan la libertad es el gobierno. Es decir, que en plena pandemia de la Covid-19, quienes siguiendo la recomendación de los gobiernos se vacunen (porque comparten el criterio de la comunidad científica y de los epidemiólogos), están dejando que les priven de libertad.

El anónimo autor pone en el mismo plano a los `no vacunados´ y al gobierno, cuando a renglón seguido afirma: “Los no vacunados no piden nada a cambio de tu libertad, el gobierno lo hace”. Atribuir a las personas `no vacunadas` algún poder sobre nuestra libertad es un sinsentido, solo los gobiernos tienen autoridad para ordenar la vida social y proteger la salud de la ciudadanía.

Después de apuntar que los “no vacunados no piden nada”, añade la carta, a modo de reflexión final, lo siguiente: “Si los no vacunados son un peligro para ti significa que la vacuna no funciona. Si funcionase estarías libre”. Este párrafo en contra de la vacuna es doblemente disparatado.

En primer lugar, porque justifica la no vacunación, pasando por alto el riesgo que implica. Olvida que cuando se trata de una epidemia, como la del SARS-CoV-2, si hay muchas personas que no se vacunan, la enfermedad se sigue propagando. De forma que los no vacunados, con su conducta, reducen el efecto de inmunidad. La gravedad del asunto es que cuanto más tiempo siga el SARS-CoV-2 circulando masivamente, mayor es la probabilidad de que, entre la infinidad de mutaciones que surgen al azar, surjan variantes que escapen a la inmunidad generada tras la vacunación.

El segundo disparate consiste en decir de la vacuna: “Si funcionase estarías libre”. Resulta delirante atribuir a la vacuna un efecto que no puede perseguir. Las vacunas no dan ni quitan libertad. El efecto de inocular una vacuna es la protección de una determinada enfermedad. Como todo el mundo sabe, las personas se protegen con las vacunas produciendo anticuerpos, no libertad.

Da la impresión de que la retorcida argumentación de “Si los no vacunados son un peligro para ti, significa que la vacuna no funciona”, lo que pretende es impedir que se considere a los `no vacunados` como un problema, porque dificultan la inmunidad. No solo se trata de eludir el papel de los `no vacunados` en la eventual mutación del virus, sino que se les hace aparecer como víctimas.

La carta anónima, en fin, es un ejemplo de discurso falaz que mezcla salud pública y libertad individual. Es absurdo su planteamiento de la libertad como valor absoluto, prescindiendo de todo lo demás. Sin duda la libertad es un valor fundamental, pero no es ilimitado, ni puede aislarse. No podemos vivir sin libertad, pero tampoco vivir de la libertad. Para vivir hacen falta muchas otras cosas (desde luego la salud) y la libertad tiene que coexistir con ellas.

Por todo lo cual, ante un problema de salud pública, como la pandemia de la Covid-19, los gobernantes pueden recomendar conductas (uso de mascarillas) y medidas (vacunas), cuya eficacia exige que sacrifiquemos una parte de nuestra libertad, para una mejor protección de la salud.

Un autor anónimo ha hecho circular por las redes una carta, sobre la vacuna y en defensa de la libertad, que no me resisto a comentar. El texto dice así: “Estimado vacunado: Los no vacunados no te han privado de libertad. Ha sido el gobierno. Los no vacunados no piden nada a cambio de tu libertad, el gobierno lo hace. Si los no vacunados son un peligro para ti significa que la vacuna no funciona. Si funcionase estarías libre”.

De la lectura del primer párrafo (“Estimado vacunado: los no vacunados no te han privado de libertad. Ha sido el gobierno”), se deduce que estar vacunado equivale a perder la libertad y, en sentido contrario, que solo los `no vacunados´ son libres. El párrafo añade, asimismo, que el responsable de que las personas pierdan la libertad es el gobierno. Es decir, que en plena pandemia de la Covid-19, quienes siguiendo la recomendación de los gobiernos se vacunen (porque comparten el criterio de la comunidad científica y de los epidemiólogos), están dejando que les priven de libertad.