Sudán del Sur es uno de los lugares más difíciles y peligrosos para el comportarse sensible y solidario hacia las personas con menos recursos. Sólo este mes, cinco trabajadores humanitarios fueron asesinados, al parecer, a causa de su identidad étnica.
'Las muertes sin sentido de los cooperantes tras sus incansables esfuerzos para prestar asistencia a las personas necesitadas son simplemente incomprensibles. Las organizaciones han visto que los bloqueos a la ayuda humanitaria son cada vez mayores, incluyendo la intimidación de personal que presta asistencia vital en momentos en que la urgencia de la respuesta es cada vez mayor“. Son palabras del Director de Oxfam, Tariq Riebl, que trabaja sobre el terreno.
Desde que el conflicto en Sudán del Sur se iniciara en diciembre de 2013, 1,5 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, más de 10.000 personas han muerto y 4 millones se encuentran en necesidad desesperada de alimentos y dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir.
He pasado los últimos tres meses trabajando en Lankien y Waat, en la provincia de Jonglei. Este es uno de los lugares más inaccesibles y subdesarrollado del mundo, sin embargo, las comunidades aceptan de buena gana que un gran número de personas desplazadas busquen el refugio que la violencia les niega.
Durante la temporada de lluvias, los caminos son intransitables y la única manera de entrar o salir del terreno es en helicóptero. Los equipos humanitarios trabajan y duermen en tiendas de campaña, e ir a cualquier parte requiere caminar por el lodo profundo.
Los trabajadores se enfrentan diariamente a arduas condiciones en muchas partes del mundo, pero en mi honesta opinión, hay pocos lugares tan difíciles para trabajar sobre el terreno como en sitios como Sudán del Sur. La labor humanitaria que se los trabajadores hacen es extraordinaria: las condiciones en las que ejercen sus tareas, los riesgos de seguridad que enfrentan…
Admiro a las personas que han elegido hacer esto como forma de vida. Algunos necesitan enviar parte de su salario para mantener a sus familias. Hay muchas opciones más fáciles de ganar dinero que la vida aquí, y sin embargo, cada día se comprometen con el trabajo que hacemos. Han elegido caminar por el barro, la lluvia… y situarse en la zona de aterrizaje cuando los aviones del Programa Mundial de Alimentos dejan caer los suministros, haciendo frente a las multitudes veces amenazantes, y todo lo que tiene que ver con el trabajo que estamos tratando de hacer.
Creo que es el momento adecuado para decir gracias y reconocer el tipo de sacrificio personal, las dificultades y los riesgos que enfrentan las personas en el trabajo humanitario, y más en un contexto como este.
También quiero rendir homenaje a la resistencia de las comunidades. Lo que me ha llamado la atención en Sudán del Sur es la capacidad de las personas para sobrevivir en tiempos increíblemente difíciles y en condiciones que la gente en la mayoría de los lugares del mundo consideraría extremadamente difícil.
La gente común son las víctimas de estos desastres provocados por el hombre, estos problemas políticos, estos conflictos que parecen seguir y que no tiene un final a la vista. ¿Hasta cuándo las personas en este país tendrán que vivir con esta incertidumbre sobre su seguridad y el futuro de sus hijos?