La saga Pérez-Maura, una alianza entre el poder político y empresarial
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Descendientes de la saga política de los Maura y la élite castellana de caciques de los Gamazo, los Pérez-Maura, han mantenido una postura discreta entre las grandes fortunas españolas. Su origen se remonta al siglo pasado, durante las maniobras políticas de la Restauración política en España.
Antonio Maura, cinco veces presidente del Consejo de Ministros durante la Restauración, desarrolló fuertes vínculos con los Gamazo durante su niñez. Germán Gamazo, abogado y político español, tuteló a Maura como patriarca de la familia durante su ascenso político. La alianza entre ambas familias se selló a la vieja usanza: con un matrimonio. El enlace entre Antonio Maura y Constancia Gamazo, hermana de Germán, allanó el camino de una carrera política que le llevó a presidir las filas del Partido Liberal y el Gobierno español.
Este enlace fue el germen de la saga Pérez-Maura. Una unión entre los intereses políticos y empresariales de dos de las familias aristocráticas españolas más importantes. Los Gamazo consiguieron vincularse con el poder político y así mantenerse en el grupo de las élites. Fruto del matrimonio entre Antonio Maura y Constancia Gamazo nacieron diez hijos.
El mayor, Gabriel Maura y Gamazo, fue un político destacado durante la Restauración que llegó a ser ministro durante unos meses justo antes de la proclamación de la II República en 1931. Se exilió al estallar la Guerra Civil y no regresó a España hasta 1953. Fue el primer duque de Maura, un título nobiliario a medida concedido por el rey Alfonso XIII en reconocimiento a su padre, Antonio Maura. El ducado de Maura ha sido la herencia aristocrática más preciada de la familia, que mantiene en la actualidad.
Gabriel Maura se casó con Julia de Herrera, V Condesa de la Mortera, también perteneciente a otra aristocrática saga familiar española que hizo fortuna haciendo negocios en Cuba. De este enlace nació Gabriela Maura de Herrera, III duquesa de Maura, de cuyo matrimonio surgió el apellido compuesto Pérez-Maura. Casada con Ramiro Pérez de Herrera, sus tres hijos heredaron la fusión de sus apellidos de noble linaje: Pérez y Maura.
Una dinastía aristocrática entre la política y la empresa
Los Pérez-Maura, una de las sagas familiares más ricas de España, están entre las 100 mayores fortunas españolas. Propietarios de la naviera Pérez y Compañía, manejan un patrimonio de más de 300 millones de euros, según el ranking de El Mundo.
Borja, Ramiro y Jaime Pérez-Maura y Herrera, los tres hijos del matrimonio de Ramiro Pérez y Gabriela Maura, se han manejado entre la carrera diplomática, política y la vida empresarial. Borja Pérez-Maura, que legalizó un patrimonio de 8 millones de euros ocultos en Suiza a través de la amnistía fiscal, es el único de los tres hermanos que no ha fallecido. Según las anotaciones de los asesores fiscales de los Pérez-Maura, la fortuna regularizada procedía “en un 90%” de la herencia del padre (Ramiro Pérez de Herrera) y del abuelo materno del empresario (Gabriel Maura y Gamazo). Borja Pérez-Maura fue vicepresidente de la naviera familiar entre 2011 y 2014, cuando se acogió a la amnistía fiscal.
Su hermano, Ramiro Pérez Maura, heredero del ducado de Maura y del condado de la Mortera, fue embajador de España en Corea, Jamaica, Antigua y Barbuda, Bahamas, Santa Lucía, Barbados, Granada, San Vicente y las Granadinas, Dominica y Luxemburgo entre 1982 y 2000. La mayoría de estos países estaban considerados como paraísos fiscales por España mientras ocupó su cargo como representante en el exterior. Aunque gran parte de su vida profesional se centró en su carrera diplomática, ocupó cargos políticos durante la Transición. Fue senador con Unión de Centro Democrático en 1977, partido con el que estuvo fuertemente vinculado en las Islas Baleares.
Ramiro y Borja se casaron con las hermanas Lucía y Berta de la Peña González Camino, respectivamente. La primera, viuda de Ramiro Pérez Maura, se hizo célebre en la campaña electoral por ser la mujer que pidió donativos para Cáritas a Pedro Sánchez durante un acto en los alrededores del hotel Ritz de Madrid. “¿No das a Cáritas y luego quieres que te vote la gente? ¡Qué vergüenza!”, le espetó al candidato socialista.
Su hermana, Berta de la Peña, era también beneficiaria de los activos que tenía ocultos en una fundación en Liechtenstein junto a su marido, Borja Pérez Maura. Legalizó la mitad de los fondos que el matrimonio escondía en el banco suizo UBS. Las hermanas De la Peña son descendientes de una saga de militares franquistas herederas de otros apellidos aristocráticos: González-Camino y Aguirre.
Jaime Pérez Maura, fallecido en 1994, fue el tercer paladín de la familia. Empresario y naviero, fue el verdadero impulsor de la compañía familiar, Pérez y Compañía. Se casó con Elena García Botín, prima de los hermanos Emilio y Jaime Botín, accionista históricos y expresidentes del Banco Santander y Bankinter.
Elena García, el nexo que une a los Botín con los Pérez-Maura, fue también diputada en el Congreso con Alianza Popular (formación predecesora del Partido Popular) entre 1986 y 1989. Sin embargo, permaneció en la Junta Directiva Nacional del PP hasta 2014, cuando dimitió en desacuerdo por la retirada de la reforma de la Ley del Aborto. Otros dirigentes del partido, como Federico Trillo, son habituales en los eventos sociales de la familia.
Los Pérez Maura, naturales de Santander, forman parte del círculo de amistades del rey emérito Juan Carlos I, con quienes compartían la afición por los deportes náuticos, tal y como publicó El País. La saga familiar ha cimentado su influencia en torno a sus vínculos con el PP y UCD, su presencia dentro de las relaciones exteriores y sus matrimonios con descendientes de altos cargos del Ejército franquista y familiares de la dinastía bancaria de los Botín.
Una saga noble de costumbres
Los descendientes de los tres hermanos Pérez-Maura han mantenido costumbres, protocolos y tradiciones durante cuatro generaciones familiares. Presentes en los actos sociales de la nobleza cántabra, sus enlaces matrimoniales figuran habitualmente en las páginas de “Vida social” en el periódico Abc, donde son habituales duques, condes, marqueses o miembros de familias reales europeas.
Uno de los hijos de Jaime Pérez Maura, Ramón Pérez-Maura, es periodista y adjunto al director de ABC, donde escribe a veces de sus raíces familiares. Sin embargo, además de la naviera familiar Pérez y Cía, la dinastía heredera del ducado de Maura mantiene una afición en común: la caza. Perdices, jabalíes, venados e, incluso, osos son los codiciados ejemplares que los miembros de la familia Pérez-Maura se han cobrado en sus cotos de caza distribuidos por todo el territorio cántabro. Según fotos publicadas por los Pérez-Maura, en una jornada de caza junto “con sus amigos” podían cobrarse más de 200 ejemplares de perdices.
Aunque la mayoría de herederos de la saga Pérez Maura han mantenido un perfil discreto en el plano mediático, otros sí que han aparecido en los medios. Ángel Pérez Maura, hijo de Jaime Pérez Maura y Elena García Botín, está en busca y captura en Guatemala por el presunto soborno al expresidente Otto Pérez Molina y a la exvicepresidenta del país centroamericano Roxana Baldetti. Pérez-Maura está implicado en una trama de cobro de comisiones por la concesión de un contrato a la filial del grupo español TCB en Guatemala, que fue accionista mayoritario a través de la empresa familiar Pérez y Cía.
Los nueve herederos de los tres hermanos Pérez Maura, Ramiro, Borja y Jaime, eran potenciales beneficiarios de los activos ocultos en la Fundación Fuentas, con sede en Liechtenstein, en caso de fallecimiento del matrimonio. Según fuentes cercanas a la familia, son los últimos de una larga lista. “Es un dinero que está en la familia desde hace cuatro generaciones, al menos”, explican.