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La nueva revelación de Los Papeles de la Castellana conecta la época de la Restauración española con la del Gobierno de Mariano Rajoy, a una fundación en Liechtenstein con cuentas en Suiza, a la amnistía fiscal de 2012 con el régimen previo a la II República. Borja Pérez-Maura, nieto del ministro Gabriel Pérez-Maura y Gamazo y bisnieto del por cinco veces presidente Antonio Maura, usó la amnistía fiscal para regularizar más de ocho millones de euros que guardaba en cuentas suizas a través de una fundación opaca.
El matrimonio de Borja Pérez-Maura y Berta de la Peña pagó a la Agencia Tributaria 112.112,82 euros por los cerca de ocho millones de euros que en el año 2010 acumulaba en tres cuentas de dos bancos en Suiza. El dinero permanecía oculto al fisco español a través de una fundación opaca llamada Fuentas con sede en el paraíso fiscal de Liechtenstein. Cada uno de los cónyuges ingresó 56.056,41 euros el 21 de noviembre de 2012 en la Agencia Tributaria mediante el modelo 750 que aprobó el ministro Cristóbal Montoro con el objetivo de aflorar activos ocultos.
Esa cifra correspondía al 10% de los 560.564,08 euros de ganancia que generó su fortuna oculta entre 2008 y 2010 y suponía un 1,4% del total escondido en bancos del país helvético. Así lo revela la documentación exclusiva a la que ha tenido acceso eldiario.es en la investigación 'Los Papeles de la Castellana', realizada conjuntamente con La Marea y Diagonal, asociados al buzón seguro filtrala.org.
Borja Pérez-Maura es el hijo de Ramiro Pérez y Gabriela Maura de Herrera, heredera del ducado de Maura tras la muerte de su padre, Gabriel Maura y Gamazo. Gabriel Maura fue ministro de Trabajo durante unos meses justo antes de la proclamación de la II República en 1931 y antes había ocupado otros cargos como el de presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Se exilió al estallar la Guerra Civil y no regresó a España hasta 1953. El rey Alfonso XIII le concedió el ducado en reconocimiento a su padre, Antonio Maura, que fue presidente en cinco ocasiones durante su reinado y líder del partido conservador tras el abandono de las filas liberales.
La saga Pérez-Maura es una de las más ricas de España y está emparentada con otras familias del poder económico, como los Botín, los Gamazo o los Herrera. Según el ranking de El Mundo, la familia Pérez-Maura, que posee la naviera Pérez y Cía, es una de las 100 fortunas españolas y maneja más de 300 millones de euros. Borja Pérez-Maura formó parte del consejo de administración de la sociedad familiar de la que fue vicepresidente hasta 2014.
La fortuna que el matrimonio Pérez-Maura regularizó en 2012 procedía en un 90% de la herencia del padre (Ramiro Pérez de Herrera) y del abuelo materno del empresario (Gabriel Maura y Gamazo), según figura en las anotaciones del gestor que contrataron los Pérez-Maura. El manuscrito explica que eran beneficiarios de una fundación en Liechtenstein con dinero en dos bancos (UBS y HSBC). “Bonos en el 90% de distintas entidades”, rezaba el escrito en el que señalaba también que la “pretensión” de los clientes era “dejarlo todo allí”, es decir, en Suiza tras la regularización y el “levantamiento del velo” de las “fundaciones no residentes interpuestas”.
“Por razones familiares, desde hace muchas generaciones, la familia ha tenido patrimonio fuera de España”, justifican fuentes cercanas a la familia en declaraciones a los medios que investigan Los Papeles de la Castellana. Uno de los motivos que aducen sobre la posesión de dinero fuera de España es que los Pérez-Maura tienen “orígenes y familia fuera del país”. El abuelo materno de Pérez-Maura, del que procede la herencia, según la documentación del despacho fiscal en la que se realizó la amnistía, se exilió al estallar la Guerra Civil en 1936. “Es un dinero que viene de mucho antes de la guerra”, zanja un allegado a la familia que sitúa en varias generaciones anteriores el origen del dinero aunque no sabe especificar a qué rama familiar pertenecía el dinero: “Es dinero que se ha ido heredando de padres a hijos y que ahora se ha regularizado”.
El dinero que los Pérez-Maura regularizaron mediante la amnistía fiscal estaba oculto en tres cuentas en el UBS y en el HSBC abiertas en 2003 y 2004, respectivamente, a nombre de Fuentas Foundation, creada en 1993. “Al día de hoy, según consta en nuestros registros, aparece Mauro Borja Francisco de Pérez (sic), nacido el 12.08.1938, y Berta de la Pena (sic), nacida el 08.06.1944, como beneficiarios económicos”, figura en los certificados de titularidad emitidos por las entidades bancarias en septiembre de 2012, dos meses antes de que los dueños se acogieran a la amnistía fiscal.
Amnistía fiscal para evitar la paralela de Hacienda
El despacho contratado por los Pérez-Maura planteó dos opciones para aflorar esos activos: la Declaración Tributaria Especial aprobada por Cristóbal Montoro o la “regularización ordinaria” mediante la presentación de complementarias del IRPF y patrimonio del periodo 2007-2011, es decir, los “ejercicios no prescritos (administrativa y penalmente)”.
La recomendación de los asesores fue que se acogieran a la amnistía fiscal por varias “ventajas”, entre ellas que el coste era similar, que no se interrumpía el periodo de prescripción y, además, que tenía mayor seguridad que mediante la presentación de complementarias del IRPF. “En la declaración ordinaria, la solicitud de devolución de los ejercicios 2008-2009 podría dar lugar a una comprobación administrativa”, advertía el despacho, según la documentación a la que ha tenido acceso esta redacción.
Unos meses después de la regularización presentaron el modelo 720 por el que se declaran los activos legales que se poseen en el extranjero. Ese documento reflejaba un saldo total de bienes declarados en el extranjero superior a los 18 millones de euros.
Los activos de la Fundación Fuentas gracias a la que los Pérez-Maura habían eludido al fisco español estaban valorados en nueve millones de euros en el año 2012, según la declaración del matrimonio a través del modelo 720. Esa sociedad se constituyó en Vaduz (Liechtenstein) el 1 de junio de 1993 por Borja Pérez-Maura, que gozaba de un poder de su esposa firmado en 1983 para gestionar los bienes familiares, y pasó a estar administrada por dos testaferros.
En los estatutos de la fundación patrimonial se establecía como beneficiarios a Borja Pérez-Maura y Berta de la Peña y, una vez fallecidos, a su hija Gabriela Pérez-Maura de la Peña. El escrito, rubricado por los fundadores de la sociedad, también nombraba a dos miembros del clan familiar para tutelar el patrimonio de la fundación en caso de fallecimiento de los beneficiarios si la hija aún no había cumplido los 21 años –la fundación se formó cuando tenía ocho años–.
Los 'tutores' del patrimonio de Gabriela Pérez-Maura en esa sociedad eran Ramiro y Ángel. El primero es el heredero del ducado de Maura. El otro elegido para administrar los bienes de la fundación Fuentas fue Ángel Pérez-Maura García –familiar de los Botín (su madre era prima del fallecido presidente de Banco Santander Emilio Botín)–.
Ángel Pérez-Maura García está en busca y captura en Guatemala por el presunto soborno al expresidente Otto Pérez Molina y a la exvicepresidenta de ese país Roxana Baldetti. Pérez-Maura está implicado supuestamente en una trama de cobro de comisiones por la concesión de un contrato a la filial del grupo español TCB (Terminal de Contenedores de Barcelona), de la que fue accionista mayoritario a través de la empresa familiar Pérez y Cía.