Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
Todos los barómetros del CIS que incluyen indicadores electorales y de valoración política suscitan siempre una gran expectación y son ampliamente comentados por los medios de comunicación. Sin embargo, la expectación generada por el último barómetro que ha dado a conocer este organismo público, a través de su página web, seguramente bate récords. Se esperaba este barómetro, realizado entre el 2 y el 11 de octubre, para valorar el impacto, a nivel nacional, de la crisis catalana en el clima social y el pulso electoral. Se trata del primer estudio de opinión pública realizado por el CIS después de que se produjera el estallido de la crisis catalana, tras la celebración el pasado 1 de octubre del referéndum independentista.
El acusado incremento de la preocupación social por la situación de Catalunya ha sido uno de los resultados que más se han comentado. Algo que no es de extrañar, si tenemos en cuenta que el desafío independentista se ha convertido en un solo mes en la segunda preocupación ciudadana, sólo superada por el paro y desbancando al tercer puesto del ranking de problemas la inquietud que genera la corrupción y el fraude.
Por otro lado, el crecimiento, respecto a la última medición realizada en julio, en voto estimado de Ciudadanos frente al estancamiento, o ligera pérdida, de los dos grandes partidos (PP y PSOE) y el considerable descenso de Podemos ha sido el segundo aspecto demoscópico más destacado. Parece que la formación de Albert Rivera es la única que ha rentabilizado su posición y estrategia política sobre Catalunya.
En Piedras de Papel hemos querido complementar este análisis preliminar, comentando otros aspectos de este barómetro que nos parecen destacables:
Catalunya como problema a derecha e izquierda
Uno de los grandes titulares de este barómetro ha sido el notable aumento de la preocupación por Catalunya. La independencia de Catalunya ya es el segundo problema para los españoles. ¿Pero quiénes son los que están preocupados por Catalunya? ¿Es un problema exclusivamente para la derecha española?
En el siguiente gráfico mostramos el porcentaje de gente que sitúa a Catalunya entre uno de los tres mayores problemas de España según su ideología declarada y el partido al que votaron en las elecciones de junio del año pasado.
Gráfico 1. Porcentaje de gente que sitúa a Catalunya entre uno de los tres mayores problemas de España según su ideología declarada
Fuente: Barómetros políticos del CIS.
Gráfico 2. Porcentaje de gente que sitúa a Catalunya entre uno de los tres mayores problemas de España según el partido al que votaron en las elecciones de junio 2016
Fuente: Barómetros políticos del CIS.
Probablemente la conclusión más clara es que la preocupación por Catalunya se extiende por todo el espectro político. Es cierto que el colectivo para el que esto supone un problema mayor es el centro-derecha español, donde la cuota de preocupación supera el 40%. Pero el riesgo de independencia de Catalunya también es mencionado como uno de los problemas del país en el centro-izquierda y la izquierda española en un porcentaje entre el 25 y el 30%.
Si miramos por partidos, el panorama es bastante coherente con el que acabamos de comprobar. Los ciudadanos que votaron a PP y Cs en junio de 2016 son los más preocupados por Catalunya. Pero la preocupación dentro de los votantes de PSOE y de Unidos Podemos con sus confluencias también es alta, superando el 28% para los primeros y el 24% de los votantes de los segundos.
Ayer se afirmaba muy tajantemente desde la mayoría de los medios de comunicación que esta alta preocupación por Catalunya que desborda a la derecha española y afecta tanto al centro como a la izquierda podía estar detrás de la caída de Podemos en intención de voto (cuya estrategia se ha podido ver como connivente con el independentismo) y del ascenso de Ciudadanos, que ha mostrado una posición firme en este ámbito. El exponencial y súbito incremento de la preocupación por el asunto catalán, además de su transversalidad, podría apuntar que esta hipótesis es cierta, pero solo podremos validarla cuando contemos con los microdatos del CIS y observemos si aquellos que abandonan Podemos y aquellos que ahora se decantan por Ciudadanos son ciudadanos que tienen a Catalunya en el centro de sus preocupaciones.
¿Está la cuestión catalana alterando el equilibrio entre bloques izquierda-derecha en España?
Evidentemente, esta es una pregunta difícil de responder con los datos de un único barómetro. Las consecuencias políticas y electorales de la crisis catalana no se acabaron en el último día del trabajo de campo de esta encuesta y sobre todo, dependerán de cuánto dure y cómo de polarizado sea el conflicto.
Si comparamos con el último barómetro político del CIS, hay una levísimo, estadísticamente insignificante, desplazamiento hacia la derecha de la ideología del electorado (del 4,58 al 4,75), que no podemos descartar que se deba al error muestral. Si indagamos en qué tipo de electores son los que han movido esa media, parece que son los votantes del PSOE los que más se “derechizan” (estaban en el 3,6 y ahora están en el 3,94). ¿Es posible que algunos de estos electores cambien hacia partidos a la derecha, alterando el relativo equilibrio entre bloques que ha caracterizado la distribución de preferencias electorales de los españoles?
No parece que así sea: según el CIS, el PSOE de hecho recibe más transferencias de exvotantes de Ciudadanos que al revés. La probabilidad de que los votantes de los partidos de izquierda voten a Ciudadanos y al PP no es mayor ahora que en Junio, y las mayores transferencias que este barómetro detecta entre partidos (un 10,4% de votantes del PP que ahora dicen que votarían a Ciudadanos, y un 7% de votantes de Unidos-Podemos que ahora votarían al PSOE) son intra-bloques. Es cierto que la intención de voto conjunta de los dos partidos más a la derecha aumenta respecto a la de los dos partidos más a la izquierda, pero en buena medida esto es porque los votantes de estos últimos se muestran ahora más indecisos sobre el sentido de su voto.
No es del todo descartable que esta indecisión se acabe traduciendo en fugas hacia el otro “bloque” en el futuro, pero hay un elemento que debería limitar este proceso: los ciudadanos perciben a los partidos cada vez más distanciados en el eje ideológico, como muestra el gráfico. En ningún barómetro previo Ciudadanos había sido ubicado tan a la derecha, y en ningún barómetro previo Podemos había sido ubicado más a la izquierda. Por su parte, el PSOE sí parece derechizarse ligeramente, en línea con sus votantes, compensando parte de la izquierdización percibida tras su último cambio de liderazgo.
Gráfico 1. Ideología media percibida de cada partido, desde 2015 hasta la actualidad.
Fuente: Barómetros políticos del CIS.
¿Ha influido el conflicto catalán en la percepción que tienen los ciudadanos de la situación política y económica de España?
En términos demoscópicos, una de las características de esta legislatura que comenzó hace un año es el mayor pesimismo que muestran los ciudadanos hacia la situación política, que ante la situación económica. Así lo han reflejado, mes tras mes, los barómetros realizados por el CIS.
Un mes antes de que estallara la crisis catalana, con la celebración del referéndum del 1 de octubre, un 70,5% de los ciudadanos calificaban como mala o muy mala la situación política, mientras el porcentaje de los que valoraban negativamente la situación económica de España se reducía al 51,6%.
Era de esperar que, a lo largo de octubre, con la escalada de tensión institucional en las relaciones entre Catalunya y España como telón de fondo, empeorara la percepción de la situación política. Y el último barómetro del CIS así lo confirma, pues ha crecido en más de 6 puntos porcentuales la cifra de ciudadanos que valoran negativamente la situación política. De hecho, con un porcentaje que llega casi al 77%, nos encontramos en el momento en el que hay más insatisfechos con la situación política.
Ahora bien, el empeoramiento de la valoración política no ha tenido un efecto arrastre en la percepción que tienen los ciudadanos de la economía. Pese a la gran repercusión que han tenido las noticias sobre los efectos negativos que puede tener el desafío independentista en el crecimiento económico del conjunto del país, no parece que, de momento, los ciudadanos sientan un mayor nivel de preocupación por este tema. Al contrario, no sólo no ha empeorado la percepción económica en el último mes, sino que ha mejorado ligeramente. Concretamente, el porcentaje de los que califican como mala o muy mala la situación de la economía española ha pasado de ser casi 52% en septiembre a algo menos del 49% en octubre. Es la cifra más baja de la legislatura.
La diferente evolución que han seguido, respectivamente, los indicadores de valoración política y económica, hace que el saldo entre la percepción negativa de la situación política y económica se haya agrandado hasta casi los 30 puntos porcentuales. Ya no es la economía, sino la política el centro de preocupación de los ciudadanos.
Gráfico 1.Porcentaje de ciudadanos que valoran de forma negativa (Mala+Muy Mala) la situación económica y política de España.
Fuente: Serie CIS (noviembre 2016-octubre 2017)
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