Este artículo es el quinto de la serie conjunta sobre el 20D con nuestros amigos de Politikon. Hoy escribimos a la par que Roger Senserrich sobre la cuestión territorial. Seguimos también en las redes (#20DPolitikonPdP).Politikon
Si Pedro Sánchez le preguntara al espejo de la madrastra de Blancanieves si su partido es el más parecido a los ciudadanos del Reino, la respuesta sería afirmativa. Si se atreviera a preguntarle si esa virtud le ayudará a ganar las elecciones, el espejo seguramente le contestaría que no (o quizás le recomendara leer este post). En este cuento de Blancanieves adaptado a la campaña electoral los datos no son fabulados, porque el partido más parecido ideológicamente a la sociedad española sigue siendo el PSOE. Si vamos a algo más específico como la cuestión territorial, los votantes socialistas también son, a día de hoy, quienes más se parecen al conjunto de la ciudadanía si tomamos como referencia el promedio de respuestas sobre el modelo territorial preferido, como puede verse en el gráfico 1 con los datos de la última encuesta preelectoral del CIS.
Gráfico 1. Preferencias por la organización territorial del Estado según partido (voto+simpatía)
La paradoja es que, a pesar de esta sintonía con los españoles, este es un asunto electoralmente peliagudo para el PSOE. En primer lugar, el PSOE no es percibido como el partido más capaz de gestionar el Estado Autonómico: lo es el PP por una ligera ventaja y, lo que es más importante para esta campaña, Ciudadanos aparece como el partido mejor valorado para gestionar el problema territorial entre los votantes de centro.
En segundo lugar, ser el partido más parecido al electorado es una ventaja si la distribución de los votantes se concentra alrededor de las posiciones de centro, sea en la cuestión territorial o en la ideología. El problema es que las preferencias sobre la cuestión territorial en España se han polarizado progresivamente desde el estallido de la crisis económica: ha aumentado el porcentaje de quienes preferirían que se recentralizara el Estado y se ha incrementado el número de ciudadanos que apuestan por un Estado más descentralizado. Esta polarización se puede observar en la tabla 1 y ha sido tratada en otros posts de Piedras de Papel. La variación entre Comunidades Autónomas es considerable: en las más recentralizadoras, como las dos Castillas y Aragón, más de un 30% querría tener un único gobierno central sin autonomías. En Cataluña y País Vasco un 42% y 33% respectivamente de la opinión pública prefiere un Estado en que las CCAA puedan ser independientes.
Tabla 1. Preferencias por organización territorial 2010 y 2015
En este contexto más polarizado, la posición del PSOE en la cuestión territorial se complica. La polarización convierte en insoslayable un dilema clásico en la izquierda sobre la cuestión territorial entre un alma jacobina que teme que la autonomía territorial derive en desigualdades territoriales y la de quienes conciben la descentralización del poder como una profundización de la democracia. Esta dualidad, largo tiempo gestionada por el PSOE través del tándem organizativo y electoral del PSC y el PSOE, se ha vuelto difícilmente sostenible cuando los barones territoriales del partido responden a electorados con preferencias muy diversas. Además, mantener un discurso a la vez preciso y cohesionado resulta más complicado desde la oposición, cuando no se dispone de los fondos de la administración central ni de la financiación autonómica con los que engrasar la colaboración interterritorial.
A mi juicio, estos dos problemas explican la cada vez menos diferenciada posición del PSOE respecto a la cuestión territorial. El PSOE no tiene ningún incentivo a activar este asunto en campaña porque es probable que acabe perdiendo votos hacia los partidos que tienen una posición menos centrada. Es lo que le pasó a PSC y a En Comú Podem en las pasadas elecciones catalanas. Y es lo que, en sentido contrario, le podría haber ocurrido al PSOE si el tema catalán hubiera predominado más de durante la campaña, cosa que no ha hecho. Según la empresa MyWord, los ciudadanos creen que el tema de Cataluña es el que ha tenido menor peso en la campaña. Además, quienes dudan entre PSOE o Podemos y PSOE o Ciudadanos no son muy distintos de los votantes del PSOE en la cuestión territorial y en cambio sí lo son en en la ideología (puede verse en el gráfico 2). En definitiva, el PSOE sigue siendo el partido más parecido al conjunto de la ciudadanía, pero en un entorno polarizado respecto a la cuestión territorial no existe ningún incentivo para hacer de Cataluña el eje central de los últimos días de la campaña. Y ello a pesar que los socialistas podrían jugar un papel esencial en la gestión del conflicto en Cataluña durante la próxima legislatura.
Gráfico 2. Media ideológica (1-10) y sobre preferencia organización territorial (1-5) según voto
Nota: Las categorías de la variable “organización territorial” son: 1“Un único gobierno central sin autonomías” 2“Menos competencias a las CCAA” 3“Un Estado Autonómico como el actual” 4“Más competencias a las CCAA” 5“Un Estado donde las CCAA pudieran ser independientes”
Este artículo es el quinto de la serie conjunta sobre el 20D con nuestros amigos de Politikon. Hoy escribimos a la par que Roger Senserrich sobre la cuestión territorial. Seguimos también en las redes (#20DPolitikonPdP).Politikon
Si Pedro Sánchez le preguntara al espejo de la madrastra de Blancanieves si su partido es el más parecido a los ciudadanos del Reino, la respuesta sería afirmativa. Si se atreviera a preguntarle si esa virtud le ayudará a ganar las elecciones, el espejo seguramente le contestaría que no (o quizás le recomendara leer este post). En este cuento de Blancanieves adaptado a la campaña electoral los datos no son fabulados, porque el partido más parecido ideológicamente a la sociedad española sigue siendo el PSOE. Si vamos a algo más específico como la cuestión territorial, los votantes socialistas también son, a día de hoy, quienes más se parecen al conjunto de la ciudadanía si tomamos como referencia el promedio de respuestas sobre el modelo territorial preferido, como puede verse en el gráfico 1 con los datos de la última encuesta preelectoral del CIS.