Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
De la crisis territorial a la crisis climática: desenmarañando los discursos de investidura
23 de noviembre de 202306:00 h
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Era inevitable. La bronca política a cuenta de la amnistía ha copado los titulares tras el debate de investidura de Pedro Sánchez. No era difícil imaginar que la cuestión territorial eclipsaría todo lo demás. Sin embargo, aunque en la prensa y en las calles hayan pasado desapercibidos, en el hemiciclo se abordaron asuntos tanto o más relevantes. Uno de ellos fue el cambio climático. Bastaron tres minutos de intervención para que Sánchez colocara la emergencia climática como una de sus prioridades de gobierno. Alberto Núñez Feijóo también se refirió al cambio climático en su propia investidura. El actual líder del PP usó un tono muy distinto al de su predecesor, Mariano Rajoy, que coqueteaba con el negacionismo. Más allá del ruido generado por la amnistía, ¿cuáles eran las prioridades de Feijóo y cuáles son las de Sánchez de cara a la legislatura que ahora empieza? ¿En qué se diferencian sus enfoques respecto a la crisis climática? ¿Qué estrategias pueden desarrollar de cara a la implementación de la transición ecológica?
Para responder a estas preguntas, hemos analizado los discursos de Sánchez y Feijóo durante sus respectivos debates de investidura mediante análisis de contenido cuantitativo. Esta técnica nos permite obtener una radiografía muy precisa de los temas que los dos líderes abordaron. El procedimiento es sencillo. Asignamos a cada frase un código numérico en función de un esquema de clasificación que cubre todas las preferencias políticas (nosotros hemos usado el que propone el Regional Manifestos Project) para luego calcular el peso específico que otorgaron a cada uno de esos temas (% respecto al total de frases de cada discurso). Dos gráficos nos permiten visualizar qué temas enfatizó cada líder. Recordemos que, tal y como contempla la Constitución, durante el debate de investidura el candidato expone el programa político del Gobierno que pretende formar, así que estos gráficos ofrecen pistas de las potenciales apuestas de cada partido para la próxima legislatura.
Empezando por el líder del PP, casi la mitad de su discurso se centró en tres temas. El primero fue Cataluña y la cuestión territorial (15,5%). El segundo, las menciones a la democracia y al diálogo (15,1%). Las críticas a Sánchez, junto con los logros electorales del PP y la integridad moral del propio Feijóo, ocuparon el tercer lugar en este ranking de temas más enfatizados (14,1%). Solo en cuarto lugar aparecieron referencias a políticas más concretas, sobre todo vinculadas a la economía. Con un 13,2% de menciones, la economía se define como uno de los principales argumentos que usará la principal fuerza de la oposición contra el Gobierno progresista.
La estrategia de Feijóo en su discurso es la de intentar ensancharse por el centro. Una de sus herramientas es enfatizar temas como la sanidad pública, la vivienda o las pensiones, que aparecen en quinta posición (8,1%). Así el círculo se cierra, complementando la gestión económica y el nacionalismo español, temas en los que el PP ya era fuerte, con un tercer nuevo elemento: el estado del bienestar. El resto de políticas quedan relegadas a un segundo plano, ocupando menos del 5% de las frases del discurso de Feijóo. El medio ambiente y el cambio climático quedan relegados al puesto número 11.
Por su parte, parece que Pedro Sánchez intentará consolidar su proyecto. Como nos recuerda Lluís Orriols, el votante socialista está dividido en el conflicto territorial. Los favorables a una mayor centralización son tantos como los que desean más autonomía para las distintas Comunidades Autónomas. Centrarse en aquellas políticas públicas relevantes para su electorado parece ser la principal forma de recordarles aquello para lo que le votaron. Esto es lo que ilustra el segundo gráfico. Tras las menciones a la democracia (14,6%), las políticas del estado del bienestar ocuparon casi un 12% del discurso de Sánchez. Las medidas vinculadas a la igualdad de género y el feminismo cobraron también un peso considerable (9,1% de menciones). Así pues, la cuestión territorial junto con la argumentación para justificar la ley de amnistía, aunque presente en el discurso de Sánchez, solo es una entre muchas. El PSOE sabe que no le beneficia este último tema y como partido en el Gobierno sabe también que su mejor estrategia consiste en dejar huella en las cuestiones que afectan de forma inmediata a la ciudadanía.
Una de esas cuestiones es el cambio climático y la sostenibilidad, que aparecen en la quinta posición en el ránking de temas más enfatizados por Sánchez durante su discurso (8,7%). El PSOE viene desde 2019 trabajando en posicionarse de cara al electorado como el partido más capacitado para afrontar este reto, con perfiles más técnicos como los de la ministra Teresa Ribera. Pero nunca ha concedido tanto protagonismo a esta cuestión. ¿Una huida hacia adelante o una estrategia a largo plazo?
Las posturas pro-ambientales han estado siempre presentes en las agendas políticas de PSOE y PP, como refleja el tercer gráfico. Es un tema que podría ser “de sentido común”, transversal a distintas posiciones políticas. Y teniendo en cuenta que las consecuencias del cambio climático y el deterioro ambiental cada vez serán más difíciles de camuflar, lo insensato sería que los principales partidos no diesen una pátina verde a sus programas.
Como anticipábamos, el PP ya no puede jugársela con comentarios negacionistas sobre el cambio climático. Sobre todo ahora que apuesta por captar votantes del PSOE, a la vez que intenta diferenciarse de Vox. En su discurso, Feijóo decía: “Me propongo afrontar este asunto con las evidencias que la ciencia nos aporta. Con los instrumentos que la tecnología ofrezca en cada momento”. Su propuesta, dice, sigue el “sentido común de la mayoría” que exige una economía más verde que compatibilice desarrollo económico con sostenibilidad ambiental pero “sin visiones apocalípticas”. Se coloca en una opción moderada, activando un imaginario futurista que promete una solución tecnológica.
Sánchez también activa este mismo imaginario a pesar de su mayor ambición y urgencia. La transición energética, la movilidad sostenible y la descarbonización de la economía disfrutaron de un desarrollo considerable en su intervención. Sin embargo, en un contexto tan polarizado como el actual, un énfasis mayor en las cuestiones climáticas por parte del PSOE podría tener el efecto de arrastrar la transición ecológica al cajón de los temas divisivos. No solo sería una estrategia para expandirse por la izquierda, hacia Sumar, sino también para obligar al PP a escorarse más a la derecha en esta cuestión. Si esto sucediese el PSOE sería el primer beneficiado: aquel votante de centro al que le importen las cuestiones climáticas tendría que elegir.
Pero para que esto suceda el PSOE necesita que el PP tome una decisión. Y es aquí donde entra en juego otro potencial conflicto territorial que tiene mucho que ver con el modelo de transición energética. El PP gobierna en la mayoría de Comunidades Autónomas. Esto significa que, si el PSOE quiere ser el campeón de las renovables, en aquellas autonomías en las que gobierna la derecha sólo podrá tramitar megaproyectos eólicos y solares por encima de los 50 MW de potencia. Los que se encuentran por debajo de esa potencia son competencia de los Gobiernos autonómicos.
Ya se empiezan a vislumbrar los problemas territoriales que suponen estos grandes parques. Colectivos conservacionistas, pero también agricultores y ganaderos empiezan a mostrar recelo. Y este descontento no ha pasado desapercibido para la derecha. Vox se une a las denuncias del sector agrario, pero Feijóo se ha visto en una disyuntiva visible en su discurso del pasado septiembre. Dijo apostar por la energía limpia y barata, pero a la vez quiso hacer un guiño al mundo rural: “Los hombres y mujeres que trabajan en el campo, son los primeros guardianes del territorio, y desde ese punto de vista, los mejores ambientalistas.” El PP puede verse en la tentación de denunciar los megaproyectos de renovables impulsados por el Ministerio de Transición Ecológica para alimentar la percepción de agravio que empieza a manifestar el campo. Aunque criticar los megaproyectos le ayudaría a proteger y ampliar su voto rural, le alejaría del centro y de aquellos que ven en la transición energética una gran oportunidad económica o una necesidad urgente. En cualquier caso, esperamos que en la legislatura que empieza no se hable solo de la crisis territorial en Cataluña y se empiece a hablar más de otra crisis que es ya una prioridad global: la crisis climática.
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