Los sondeos auguraban un fuerte retroceso de los dos grandes partidos en los comicios europeos. Pero entre las sorpresas que deparó el recuento de votos el pasado domingo destaca la (inesperada) magnitud de ese retroceso. Frente a las estimaciones electorales que situaban la suma del PP y del PSOE por encima del 60% de los votos, el saldo de ambos partidos quedó finalmente reducido a un 49,06%, poco más 7.600.000 votos y 30 escaños. Respecto a las elecciones de 2009, en las que se registró un nivel de participación similar al de estos comicios, PP y PSOE han perdido de forma conjunta más de 5 millones de votos, cerca de 32 puntos porcentuales en apoyo electoral y 17 escaños.
A estas cifras suficientemente contundentes se añade al hecho de que por primera vez el PP y el PSOE no suman juntos el 50% de los votos. El gráfico 1 pone dicho dato en perspectiva histórica. Si bien las primeras cuatro convocatorias para elegir a nuestros representantes al Parlamento Europeo dieron a los dos principales partidos un porcentaje conjunto de alrededor del 60%, en los comicios de 2004 y 2009 PP y PSOE sumaron más del 80% de los votos. Desde ese nivel de apoyos, la caída del bipartidismo resulta aún más dura.
Gráfico 1: Suma del porcentaje de votos obtenido por el PSOE y el PP en las elecciones al Parlamento Europeo celebradas en España (1987-2014).
La caída del bipartidismo ha sido, además, generalizada. Así, en todas las provincias españolas el cómputo del PP y PSOE ha cotizado a la baja, con una caída media de 27,8 puntos porcentuales. Si bien, el apoyo a los dos grandes partidos ha acusado más el golpe en provincias como Valencia (-41,3), Las Palmas (-38,9), Alicante (-36,5), Asturias (-35,8), Zaragoza (-35,4) o Madrid (-35,3). Al menos en 20 de las 50 provincias y las 2 ciudades autónomas, el apoyo al PP y al PSOE retrocedió 30 puntos porcentuales. El gráfico 2 ilustra semejante revolcón electoral.
Gráfico 2. Evolución del porcentaje de voto que suman juntos PP y PSOE en las elecciones europeas de 2014 respecto a las elecciones europeas de 2009, por provincias.
Si nos fijamos en la evolución que han seguido de forma separada el PP y el PSOE nos encontramos que ambos han retrocedido de forma (acusadamente) parecida, lo que ha puesto aún más el foco de atención en la caída del bipartidismo. Del 42% en 2009 al 26% de voto que ha logrado ahora, el PP se ha dejado en el camino 16 puntos porcentuales en apoyo electoral y 8 euro-escaños (pasando de 24 a 16). Por su parte, las pérdidas del PSOE se cuantifican en 15,8 puntos en porcentaje de voto (del 38,8% en 2009 al 23% ahora) y 9 euro-escaños (de 23 a 14). Ni siquiera la victoria del PP en los comicios ha podido ocultar su gran retroceso. Ni en el caso del PSOE los malos resultados del PP le han podido servir de consuelo, ante el hecho de que los socialistas siguen sin tocar suelo electoral, al haber cosechado un peor resultado que el logrado en su histórica derrota de las elecciones generales de 2011 (con el 28,8% de votos).
Unos datos que, por otra parte, son aún más preocupantes para los dos grandes partidos porque su evolución electoral ha sido negativa, sin excepción, en todas las provincias y en las dos ciudades autónomas. Y particularmente en los que han sido sus tradicionales graneros de voto: en el caso del PP en las tres provincias valencianas y en Madrid, con un retroceso superior al que ha sufrido en el conjunto de España (cuadro 1).
Cuadro 1. Diferencia del porcentaje de voto obtenido por el PP en las elecciones europeas de 2014 respecto a las elecciones europeas de 2009, por provincias.
Y en el caso de PSOE, su evolución ha sido más negativa en las provincias catalanas (cuadro 2), a lo que se suma su resultado agridulce en Andalucía, pues aunque ha sido su principal bastión de resistencia electoral, ha perdido votos en todas las provincias andaluzas.
Cuadro 2. Diferencia del porcentaje de voto obtenido por el PSOE en las elecciones europeas de 2014 respecto a las elecciones europeas de 2009, por provincias.
Tanto de forma conjunta, como de forma separada, populares y socialistas han sufrido un importante revés. ¿Pero cómo se han ampliado, o en su caso, acortado las distancias entre los dos grandes partidos? El gráfico 3 nos ayuda a responder a esta pregunta. Las provincias que se ubican por arriba de la línea horizontal del 0 son aquellas en donde el PP ha conseguido más votos que el PSOE en las recientes elecciones europeas (2014), y las que se ubican por debajo en donde el PSOE lo ha hecho mejor que los populares. Asimismo, las provincias que estén a la derecha de la línea vertical del 0 son aquéllas en donde el PP ha conseguido más votos que los socialistas en las elecciones europeas de 2009, y las que estén a la izquierda en las que el PSOE ha ido por delante del PP.
En el cuadrante 2 (superior-derecha) vemos aquellas provincias en donde el PP había estado por encima del PSOE en las elecciones del 2009 y vuelve a estarlo hoy. Son prácticamente 3/5 del total de provincias, lo que sigue indicando el importante poder territorial de los populares en relación a sus principales competidores. No obstante, de entre las provincias que se sitúan en este cuadrante, la mayoría ha visto como la distancia de los populares y los socialistas se recortaba en estas elecciones (aquellas que están por debajo de la línea de 45° en rojo).
Justo lo contrario es lo que ilustra el cuadrante inferior izquierda (3). Aquí vemos las provincias en donde el PSOE ha estado por arriba de los populares en el 2009 y que lo han seguido estando en el 2014. Ahí aparecen principalmente las provincias andaluzas y extremeñas (y allí donde el PP es realmente poco competitivo –Catalunya y Euskadi), pero son sólo 4 provincias en donde el PSOE ha aumentados su distancia con el PP, aquella debajo de la línea de 45° grados (Badajoz, Granada, Jaén y Málaga por la mínima).
Ninguna de las provincias en donde el PSOE ha superado al PP en estas elecciones habían sido antes provincias en donde el PP superaba a los socialistas (cuadrante 4). Sin embargo, en 3 provincias (Huesca, Zaragoza y Álava) los populares consiguieron más votos que el PSOE siendo que éste último partido había estado por arriba en las europeas del 2009.
Gráfico 3. Distancia, en % de voto, entre PSOE y PP en las elecciones europeas de 2004 y 2009.
De esta forma, y aunque los dos partidos parecen estar de capa caída, los populares han visto recortada su ventaja electoral en varias provincias en relación al PSOE. ¿Cómo podría cambiar esto con una nueva alternativa de izquierdas o con un PSOE renovado? El que pensaba que con las elecciones europeas se aclararían muchas incógnitas se equivocaba. Hoy tenemos aún más sobre la mesa.