En España los ciudadanos han ido a votar dos veces durante la pandemia: en las elecciones vascas y en las elecciones gallegas, ambas celebradas el 12 de julio de 2020. Estas elecciones deberían haberse celebrado en abril del año pasado, pero los dirigentes de dichas regiones decidieron posponerlas hasta que acabase el estado de alarma y cesara la emergencia sanitaria. Como la pandemia vuelve a ser una vez más el motivo para un aplazamiento electoral, en este caso el de las elecciones en Cataluña, resulta interesante analizar qué efectos pudo tener el coronavirus en la participación electoral de los ciudadanos en Galicia y en el País Vasco.
El impacto de la pandemia sobre la abstención podría ser de dos tipos. Uno, que hubiera disminuido la participación por el miedo al contagio y que ese descenso fuera de la misma intensidad entre los votantes. Sabemos que la particular incidencia del virus en ciertas zonas sí tuvo un impacto en la participación. Hace unas semanas publicábamos en este mismo blog un estudio sobre el impacto de la pandemia en las elecciones vascas que mostraba que el porcentaje de participación era menor en los municipios donde había habido casos de coronavirus que en aquellos donde no hubo fallecidos ni contagiados.
El segundo efecto posible de la pandemia, sobre el que me centraré en este post, es que el miedo al contagio afecte en mayor medida a algunos colectivos que a otros y que, por lo tanto, la participación caiga más en unos grupos de votantes. Si esto ocurre, entonces la pandemia estaría limitando el derecho al voto de unos grupos más que de otros. Y también podría tener implicaciones en los resultados de los partidos políticos. Si en las bases de apoyo de las formaciones políticas suelen pesar más unos colectivos que otros (por edad o género, por ejemplo) una abstención más intensa en alguno de esos grupos debido al coronavirus podría acabar perjudicando a los partidos a los que normalmente dan apoyo.
En principio, resulta plausible pensar que la pandemia pudo tener un efecto más intenso en las personas mayores que, temerosas de contagiarse durante el ejercicio del voto, decidieran quedarse en casa. Ello podría compensar el tradicional desequilibrio en participación entre jóvenes y mayores, pues los primeros son más propensos a abstenerse. Es lo que ocurrió en las elecciones autonómicas vascas del 2016, en las que los mayores se abstuvieron menos que los jóvenes, como muestra la figura de la izquierda del Gráfico 1 (la abstención mide quienes declaran no haber querido ir a votar). Sin embargo, aunque en las elecciones del pasado mes de julio de 2020 los electores de mayor edad se abstuvieron algo más que en las del 2016, dicha abstención también creció en otros grupos de edad, y lo hizo además en mayor medida que en el grupo de los de mayor edad.
Gráfico 1. Abstención por grupos de edad en las elecciones autonómicas del País Vasco 2016-2020
Para el caso de Galicia, el gráfico 2 muestra que en las elecciones gallegas de 2016 la abstención siguió el mismo patrón que en el País Vasco: los jóvenes acudieron menos a las urnas que los más mayores (de ahí la pendiente negativa de la figura de la izquierda). No obstante, en las elecciones de 2020, y a pesar de la pandemia, la abstención entre los más mayores se mantuvo en niveles similares a los del 2016.
Gráfico 2. Abstención por grupos de edad en las elecciones autonómicas de Galicia 2016-2020
En resumen, tanto en el País Vasco como en Galicia la celebración de unas elecciones durante la pandemia no generó una mayor desmovilización entre los votantes de más edad. En el País Vasco la abstención creció en casi todos los grupos de edad, mientras que en Galicia la de los más mayores se mantuvo a niveles similares que en el 2016.
Veamos ahora cuáles eran las motivaciones de aquellos que decidieron abstenerse en los comicios del pasado 20 de julio en Galicia y en el País Vasco. La Tabla 1 presenta las respuestas de quienes declararon que no quisieron ir a las urnas. Las categorías más frecuentes de respuesta tienen que ver con la insatisfacción con la política, como la desconfianza, el hartazgo y la percepción de que no hay alternativas satisfactorias entre los partidos. El miedo al contagio solo explica el 13% de las abstenciones en Galicia y el 15% en el País Vasco. Además, si analizamos las características de quienes justificaron su abstención por el miedo al coronavirus no aparece un perfil claro de edad, ni ideológico, ni de otro tipo. Sabemos, eso sí, que quienes declararon tener miedo al virus no eran abstencionistas habituales (pues participaron más en las elecciones del 2016 que quienes justificaron su abstención por otros motivos).
Tabla 1. Razones de quienes no quisieron ir a votar el 12J 2020 en País Vasco y Galicia
En definitiva, un primer análisis de las encuestas postelectorales muestra que votar durante la pandemia en Galicia y el País Vasco el pasado 12 de julio no desmovilizó en mayor medida a los votantes de más edad que al resto. Además, el miedo al contagio explica solo una parte de las abstenciones, siendo la insatisfacción por la política la motivación más frecuente entre quienes decidieron no acudir a las urnas.
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