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Las estrategias no caen del cielo: ¿qué diferencia a Madrid?

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Son meses de enfrentamientos constantes entre la Comunidad Autónoma de Madrid y el Gobierno de España, cuya tensión está alcanzando cotas bastante elevadas en los últimos tiempos. Hasta cierto punto, bajo la presidencia de Isabel Díaz Ayuso, parece que el PP madrileño se está convirtiendo en el principal bastión de facto de oposición contra el gobierno nacional, incluso con mayor capacidad y relevancia mediática que el propio presidente nacional y líder de la oposición en el Congreso. En este breve post queremos aportar una posible explicación parcial de por qué es Isabel Díaz Ayuso quien lidera esta estrategia, y no otros barones territoriales ni con tanta relevancia mediática el propio Pablo Casado.

Sea cual sea el fenómeno político que tratemos de explicar, rara vez -por no decir nunca- llegaremos a comprenderlo fijándonos tan solo en una causa. Multitud de factores explicativos juegan su papel de forma que nuestras explicaciones han de ser siempre multidimensionales. Es muy probable que parte de la estrategia del PP madrileño pueda explicarse por la ideología de élite política, por su poder interno dentro del partido para fijar una agenda estratégica propia, por la competición por los electores volátiles dentro del bloque de la derecha, etc. No obstante, aquí queremos centrarnos en una explicación alternativa. Como ocurre en todos los partidos, sus potenciales votantes a nivel nacional no son homogéneos, sino que pueden presentar diferentes características según la Comunidad Autónoma. Por ello, el presidente nacional del partido representa a un potencial votante mucho más heterogéneo. Dado que algunos ejes discursivos pueden pasar factura en función del tipo de votantes, así como entre los barones territoriales, cabe pensar que el presidente nacional del partido verá más restringida su capacidad para fijar su estrategia, dado que tiene que ponderar los beneficios y costes de ésta ante electores y líderes territoriales heterogéneos.

Sin embargo, esa no es la situación de la presidenta regional, donde puede encontrarse con un electorado más homogéneo y mayor independencia para establecer su hoja de ruta. Si bien la estrategia de confrontación con el gobierno central puede tener, como mínimo, dos efectos: (1) ganar votantes que se ubican más hacia la derecha y (2) perder votantes moderados. Por supuesto que podrían ocurrir otros escenarios, el resto de partidos también juegan sus cartas. No obstante, para que la estrategia sea beneficiosa debe haber o bien un electorado que la 'demande' o bien un electorado potencialmente proclive a ella. Por tanto, lo que queremos saber es si el potencial votante del Partido Popular es diferente en Madrid del resto de Comunidades. Si en algún aspecto lo fuera, esto nos ayudaría a entender parcialmente por qué es Madrid quien lidera la oposición al Gobierno de Sánchez, y no otras regiones ni, con tanta proyección mediática, el líder nacional del PP.

Para testar esta hipótesis, vamos a centrarnos en cómo los ciudadanos que se ubican en la derecha (del '6' centro derecha a '10' extrema derecha) de la escala ideológica perciben a los partidos políticos en el eje izquierda-derecha. Calculamos la media de ubicación según los bloques ideológicos: izquierda (PSOE y Unidas Podemos) y derecha (PP, VOX y Cs). ¿Por qué? No tiene las mismas implicaciones que un ciudadano perciba a los bloques de forma relativamente cercana, supongamos que ubica al bloque de la izquierda en un '4' (izquierda) y a la de la derecha en un '6' (centro derecha), a que lo haga en un '2' (extrema izquierda) y un '9' (extrema derecha) respectivamente. Lo que esperamos encontrar es que los ciudadanos de Madrid perciban sistemáticamente mayores distancias entre bloques que los ciudadanos del resto de las Comunidades Autónomas. De ser así, esto podría implicar que estaban más predispuestos a una estrategia de confrontación con el Gobierno de España. También esperamos que cuanto más a la derecha se sitúe el votante (entre el '6' y el '10') mayor sea la percepción de distancia entre bloques, y que la interacción con Madrid lo potencie.

Para comprobarlo, hemos utilizado los dos macrobarómetros de marzo y octubre de 2019 del CIS, los cuales son representativos por Comunidad y Ciudad Autónoma. Estos barómetros son previos a las dos elecciones nacionales que tuvieron lugar el pasado año, los que nos permite conocer el estado de la opinión pública con anterioridad a la pandemia. ¿Qué resultados obtenemos? Mientras en marzo no hay diferencias significativas con respecto a ser de Madrid, la situación cambia drásticamente en octubre de 2019. En la antesala de la repetición de las elecciones, con el contexto vivido estos meses y un posible pacto entre PSOE y Unidas Podemos todo parece cambiar. La distancia ideológica percibida entre el bloque de izquierda y derecha es sistemáticamente superior para los madrileños en comparación al resto de Comunidades Autónomas. De media, ser de Madrid lleva a percibir una distancia entre bloques dos puntos por encima de cualquier otra Comunidad. Además, cuanto más a la derecha se autoubique la persona -como a priori es lógico suponer- se refuerza la percepción de distancia. Lo que no se corresponde con el resultado esperado es que la interacción de ambos no se refuerza. Veamos visualmente qué ocurre.

En el gráfico 1 se muestra la interacción entre ser de Madrid y la autoubicación Ideológica de la persona. Lo que nos dice este gráfico es que cuando las personas se sitúan en la derecha moderada ('6'), derecha ('7') o derecha más cercana hacia el extremo ('8'), el hecho de ser de Madrid hace que sistemáticamente perciban una mayor distancia ideológica entre bloques con respecto al resto de Comunidades. Esta diferencia deja de ser relevante entre los ciudadanos de extrema derecha ('9' y '10').

También podemos preguntarnos si encontramos esta diferencia respecto a todas las Comunidades y las dos Ciudades Autónomas. Como puede verse en el gráfico 2, la respuesta es afirmativa. Hasta en 10 de ellas los ciudadanos presentan percepciones de la distancia ideológica entre bloques significativamente menores, y en las otras 8, aunque no es significativo, la distancia media también es menor.

De este modo, entre el electorado que se ubica en la derecha y, por tanto, es potencial votante del Partido Popular, el grueso de éste percibe una mayor distancia ideológica entre bloques si es de Madrid. Esto quiere decir que antes de comenzar la pandemia el electorado madrileño de derechas concebía el gobierno nacional de izquierdas mucho más alejado de sus posturas que el resto, pudiendo significar incluso una 'amenaza' para sus convicciones y creencias. Junto con el resto de explicaciones alternativas y complementarias que nos ayuden a comprender qué está ocurriendo, aquí presentamos una: ya existía una actitud previa a la pandemia entre el electorado ideológicamente de derechas en Madrid que el Partido Popular regional puede estar tratando de explotar, y así encabezar de facto la oposición contra el Gobierno nacional de izquierdas.

 

 

Son meses de enfrentamientos constantes entre la Comunidad Autónoma de Madrid y el Gobierno de España, cuya tensión está alcanzando cotas bastante elevadas en los últimos tiempos. Hasta cierto punto, bajo la presidencia de Isabel Díaz Ayuso, parece que el PP madrileño se está convirtiendo en el principal bastión de facto de oposición contra el gobierno nacional, incluso con mayor capacidad y relevancia mediática que el propio presidente nacional y líder de la oposición en el Congreso. En este breve post queremos aportar una posible explicación parcial de por qué es Isabel Díaz Ayuso quien lidera esta estrategia, y no otros barones territoriales ni con tanta relevancia mediática el propio Pablo Casado.