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No sé quién eres. Y no importa

Hace unos días, en Onda Cero, el presentador del espacio Más de Uno, Carlos Alsina, abría la sección de las ocho de mañana con su habitual monólogo-comentario-editorial-opinión. En dicho espacio, el periodista llamaba la atención sobre unos datos que proporcionaba el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre el conocimiento de los actuales ministros. El viernes pasado, en la tertulia de dicho programa se insistió en el asunto –de forma tangencial- puesto que casi ninguno de los ahí presentes parecía tener en mente el nombre de Reyes Maroto, la titular de Industria, Comercio y Turismo.

Efectivamente, el barómetro de octubre proporcionaba una pregunta –la 16- en la que se pide por el grado de conocimiento de los respectivos ministros y la calificación que cada uno recibe. Alsina estaba sorprendido por el poco conocimiento que tenían los respectivos responsables de las carteras ministeriales.

Si uno se fija en las cifras, hay datos que pueden llamar la atención. Por ejemplo, de los 17 ministros, un 70% o más de los encuestados declaraban no conocer a 7 de estos: Calviño, Carcedo, Guirao, Maroto, Planas, Ribera y Valerio. ¿Es mucho? ¿Es poco? ¿Importa?

Las respuestas a las dos primeras dos preguntas dependen de la perspectiva de cada uno. Me sorprende, por ejemplo, el desconocimiento de la titular de Economía, pero es cierto que no se prodiga mucho en los medios y, más importante, todas las ministras llevan poco tiempo en el cargo: el gobierno se formó el 7 de junio. Si, además, se añade que en este tiempo han dimitido Màxim Huerta y Carmen Montón y que, durante el verano, la información política es algo más ligera, uno podría no extrañarse demasiado.

Otra opción es fijarnos en qué nos dicen los datos de otros gobiernos en otros momentos. Quiero decir, ¿es el actual gobierno más desconocido que los anteriores? Para responder a esta pregunta, he recurrido a los barómetros del CIS. Primero, me he fijado en la fecha de formación de gobiernos. Segundo, con esa fecha, he buscado el barómetro del CIS que incluye la pregunta sobre conocimiento de los ministros en un plazo de 4-5 meses. Así, por ejemplo, el primer gobierno de Mariano Rajoy se conforma el 21 de diciembre de 2011 y los datos que presento son del barómetro de abril de 2012. No siempre está disponible la pregunta en ese lapso de tiempo: el primer ejecutivo de Felipe González se forma en diciembre de 1982. El primer barómetro que pregunta sobre los ministros es el de octubre de 1983. Tercero, defino desconocimiento como aquellos que declaran no conocer. Es decir, aquellos que declaran no saber o no contestan no están incluidos en esta categoría. Cuarto, podría fijarme en todas las carteras: pero como el número es variable de un gobierno a otro y hay ministerios que desaparecen o se fusionan, he optado por tomar cuatro: Economía, Exteriores, Interior y Agricultura. La tabla que sigue muestra el grado de desconocimiento de los ministros de esas carteras, pocos meses después de haberse incorporado al gobierno: cuanto mayor el porcentaje, menos se conoce al responsable.

Grado de desconocimiento de ministros

¿Son los nuevos ministros menos conocidos que los anteriores? Como dice la canción de Jarabe de Palo, depende. Si lo comparamos con los primeros gobiernos de González y Aznar, las cifras así lo indican. Ahora bien, si lo comparamos con el primero de Zapatero y Rajoy, no lo podemos afirmar con rotundidad. Es verdad que la ministra de Economía es la más desconocida, pero no es menos cierto que es una recién llegada a la política nacional. El hecho que Boyer tuviera un conocimiento tan alto se explica tanto por el tiempo pasado desde su nombramiento como por la expropiación de Rumasa durante 1983. Igualmente, Rato había sido portavoz económico desde 1984. Solbes sucedió a Romero en 1991 como ministro de Agricultura Guindos fue Secretario de Estado con Aznar.

Parece también que haber estado tiempo en política nacional (Borrell) o haber tenido presencia mediática (Grande Marlaska) afecta al conocimiento, mientras que la experiencia autonómica no parece contar demasiado (Planas, Fernández Diaz). También parece claro que los titulares de Agricultura, en promedio, son los menos conocidos algo que sorprende poco.  

¿Importa conocer a los ministros respectivos? Lo primero es explicar a que nos referimos por ‘conocer’. Si es ponerle cara, nombre y/o apellidos o a saber algo más de sus acciones. Pero más importante es responder el para qué. La notoriedad puede ser negativa o positiva. Y seguramente muchos pasarán a ser recordados más por (des)afortunados comportamientos y anécdotas que por sus acciones concretas en el ministerio. Por ejemplo, Celia Villalobos fue ministra de Sanidad. Su máximo nivel de notoriedad se debió a su actuación en el caso de las ‘vacas locas’. Aquí tienen algunas de sus más famosas declaraciones en esa época. Pero también la vimos llamando tonto a su conductor, Manolo, y, más recientemente, jugando al Candy Crush en el Congreso. Seguramente su grado de conocimiento sea bastante superior al del ministro socialista Ernest Lluch, quien sienta las bases de la sanidad universal en nuestro país. Pero, uno se pregunta, ¿quién ha tenido mayor influencia en mejorar la vida de las personas? Seguramente debamos valorarlos por sus acciones y no tanto por cuantos los conocen.

 

Hace unos días, en Onda Cero, el presentador del espacio Más de Uno, Carlos Alsina, abría la sección de las ocho de mañana con su habitual monólogo-comentario-editorial-opinión. En dicho espacio, el periodista llamaba la atención sobre unos datos que proporcionaba el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre el conocimiento de los actuales ministros. El viernes pasado, en la tertulia de dicho programa se insistió en el asunto –de forma tangencial- puesto que casi ninguno de los ahí presentes parecía tener en mente el nombre de Reyes Maroto, la titular de Industria, Comercio y Turismo.

Efectivamente, el barómetro de octubre proporcionaba una pregunta –la 16- en la que se pide por el grado de conocimiento de los respectivos ministros y la calificación que cada uno recibe. Alsina estaba sorprendido por el poco conocimiento que tenían los respectivos responsables de las carteras ministeriales.