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La influencia del CIS en la participación electoral de abril de 2019

23 de febrero de 2021 06:00 h

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Tres días antes del inicio de la campaña electoral de las elecciones generales de abril de 2019, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) presentó un macrobarómetro preelectoral que, a la postre, se acercó bastante al resultado en las urnas. Esta presentación no fue un acontecimiento más en la precampaña, sino que, debido a su impacto mediático, fue uno de los eventos más importantes de las semanas previas a las elecciones. En concreto, el CIS ocupó el lugar más destacado en los medios de comunicación tradicionales desde el mediodía del día 9 hasta la mañana del 10, siendo la noticia que con más frecuencia abrió los telediarios de la tarde y de la noche del 9 y ocupando el lugar más destacado (siempre en portada) de todos los diarios digitales. Además, el CIS fue mencionado esos días en Twitter más que cualquier otro evento de la precampaña (como mostramos aquí). El periodista Pedro Piqueras, en el telediario de la noche del 9, calificó la publicación del macrobarómetro del CIS como un terremoto de alta intensidad. ¿Pudo influir este terremoto en el devenir de las elecciones?

La influencia de las encuestas sobre la participación y el voto en las elecciones es una de esas cuestiones de las que todo el mundo opina, pero sobre la que no tenemos demasiada evidencia científica. Como excepción, cabe destacar un estudio anterior que mostraba como el anuncio de los sondeos a pie de urnas en Francia hizo caer un 11% la participación en los territorios franceses de ultramar, que votaban después de conocerse estos resultados. Este tipo de ejercicios parciales, si bien son informativos, dejan abierta la pregunta de cuál es el efecto de las encuestas en el comportamiento electoral de todo un país. El problema radica en que, para estudiar su efecto, necesitamos tener buenos datos de lo que pensaban y tenían intención de hacer los ciudadanos antes y después de hacerse pública la encuesta. Unos datos que normalmente no están disponibles.

Por una coincidencia en el trabajo del CIS, el día 9 de abril se produjo un evento poco frecuente. Al mismo tiempo que el CIS presentaba los resultados de sus predicciones electorales para el 28 de abril, el mismo organismo estaba realizando el macrobarómetro preelectoral sobre las elecciones locales, autonómicas y europeas, una encuesta donde también se preguntaba por la intención de voto en las elecciones generales de abril. Así, mientras todos los medios de comunicación recogían los pronósticos electorales del CIS, cientos de personas eran preguntadas por el propio CIS acerca de si iban a ir a votar y qué votarían el día 28. Se trata de lo que en ciencias sociales llamamos un experimento natural.

Para responder a la pregunta inicial, estudiamos esta coincidencia en un trabajo recientemente publicado, donde comparamos las actitudes de los ciudadanos en los dos días anteriores a la presentación del macrobarómetro preelectoral con las de estos en los dos días inmediatamente posteriores a este. Aprovechamos el hecho de que durante todo el día 9, así como los dos días anteriores y posteriores, miles de personas fueron entrevistadas en España acerca de su intención de participar en las elecciones para estudiar si la presentación del macrobarómetro preelectoral influyó sobre las intenciones de los españoles.

El principal resultado de este estudio es que la publicación del macrobarómetro preelectoral del CIS de abril de 2019 efectivamente incrementó la intención de voto. Su efecto se ilustra en el gráfico 1. En el eje vertical, vemos el porcentaje de personas que pensaban ir a votar y en el horizontal el momento (días) con respecto a la presentación del macrobarómetro, representada por la línea continua vertical. Las dos líneas verticales de puntos muestran los datos que utilizamos para estudiar el efecto inmediato de la publicación y, si miramos toda la figura, vemos todos los datos correspondientes a la última semana de precampaña. Cada punto muestra la media de intención de participar de las personas entrevistadas en una franja horaria concreta (9–12,12:05–14, 14:05–16, 16:05–18, 18:05–21). Así, vemos que, desde el último fin de semana de la precampaña (dos días antes de la presentación) la participación iba cayendo hasta que, tras la publicación de la encuesta del CIS, esta da un salto para mantenerse más o menos estable hasta la llegada de la campaña electoral. Para ser más precisos, y esto es lo que marcan las dos líneas rojas horizontales, el 84% de las personas entrevistadas justo antes de la publicación decían que pensaban ir a votar, mientras que el 89% de las personas entrevistadas justo después pensaban hacerlo. La publicación del macrobarómetro preelectoral del CIS de abril de 2019 incrementó así el número de personas que pensaban ir a votar en un 5%.

Gráfico 1. Probabilidad de ir a votar antes y después de la publicación del barómetro del CIS

El CIS logró revertir una tendencia a la baja de la participación durante esos días. Traducido a personas, el CIS estaría activando a un número de electores que iría de varios cientos de miles a algo más de un millón, dependiendo de cómo esta intención de ir a votar se trasladara posteriormente a las urnas (la participación final fue del 72%). Una entrada anterior mostraba que la participación estimada del CIS predice muy bien, comparando todas las elecciones hasta la fecha, la participación que se dará en las elecciones después. Del mismo modo, hemos estudiado si la publicación tuvo algún efecto sobre el cambio de voto, y no fue así; todo el efecto se produjo sobre la participación electoral. Esto coincide con un estudio anterior que había mostrado un efecto similar de aumento de la participación, pero no de cambio de voto, tras atentados terroristas de ETA, utilizando una metodología parecida. Por tanto, la presentación del macrobarómetro del CIS cambió la tendencia de participación justo antes de entrar en la campaña electoral, activando a un buen número de electores en un momento en el que la participación estaba bajando.

Tres días antes del inicio de la campaña electoral de las elecciones generales de abril de 2019, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) presentó un macrobarómetro preelectoral que, a la postre, se acercó bastante al resultado en las urnas. Esta presentación no fue un acontecimiento más en la precampaña, sino que, debido a su impacto mediático, fue uno de los eventos más importantes de las semanas previas a las elecciones. En concreto, el CIS ocupó el lugar más destacado en los medios de comunicación tradicionales desde el mediodía del día 9 hasta la mañana del 10, siendo la noticia que con más frecuencia abrió los telediarios de la tarde y de la noche del 9 y ocupando el lugar más destacado (siempre en portada) de todos los diarios digitales. Además, el CIS fue mencionado esos días en Twitter más que cualquier otro evento de la precampaña (como mostramos aquí). El periodista Pedro Piqueras, en el telediario de la noche del 9, calificó la publicación del macrobarómetro del CIS como un terremoto de alta intensidad. ¿Pudo influir este terremoto en el devenir de las elecciones?

La influencia de las encuestas sobre la participación y el voto en las elecciones es una de esas cuestiones de las que todo el mundo opina, pero sobre la que no tenemos demasiada evidencia científica. Como excepción, cabe destacar un estudio anterior que mostraba como el anuncio de los sondeos a pie de urnas en Francia hizo caer un 11% la participación en los territorios franceses de ultramar, que votaban después de conocerse estos resultados. Este tipo de ejercicios parciales, si bien son informativos, dejan abierta la pregunta de cuál es el efecto de las encuestas en el comportamiento electoral de todo un país. El problema radica en que, para estudiar su efecto, necesitamos tener buenos datos de lo que pensaban y tenían intención de hacer los ciudadanos antes y después de hacerse pública la encuesta. Unos datos que normalmente no están disponibles.