La semana pasada conocimos los resultados del último barómetro del CIS. Más allá de discusiones sobre la cocina de la encuesta y la estimación de voto de los distintos partidos, es indudable que en muy poco tiempo Podemos ha emergido con una fuerza inédita, situándose con autoridad en el tablero político. Entre los muchos comentarios y comparaciones que hemos podido oír los últimos días y semanas, no ha sido raro escuchar que Podemos simboliza lo que supuso el PSOE en los primeros años 80.
El símil creo que es sugerente y merece la pena ser explorado. Más allá de la comparación programática, en este post miro los apoyos electorales tanto del PSOE actual como de Podemos y los comparo con los apoyos electorales que tenía el PSOE en los primeros 80. Más en concreto, utilizo el barómetro del CIS de enero de 1984 porque teniendo una serie de variables con medidas homologables a las que se utilizan en el último barómetro, es el más cercano a la victoria de octubre de 1982. Es decir, los datos que aquí muestro son de apoyo electoral al PSOE cuando éste ya llevaba un año en el gobierno, pero creo que son bastante representativos del perfil demoscópico que aupó a González al gobierno. Por otro lado, en este post utilizo intención de voto en 1984 (no hay pregunta sobre simpatía en este barómetro) y lo comparo con el dato de voto+simpatía del último CIS.
El primer elemento de comparación es el perfil de edad de los votantes. Desde mi punto de vista, aquí es donde Podemos más se parece con el primer PSOE de González. Si por algo destacan ambos partidos, es por su éxito entre los sectores más jóvenes del electorado. Frente a partidos que simbolizaban algo viejo (y en los que probablemente muchos votantes ya situaban al PCE en los 80), el electorado joven se decantó entonces y lo hace ahora por un partido que simboliza algo nuevo. Como se puede comprobar en el siguiente gráfico, el paralelismo entre Podemos y el PSOE de los 80 es evidente (y solo se diferencian en el gran pinchazo de Podemos entre los mayores de 65). Por el contrario, el PSOE actual presenta una tendencia totalmente contraria, aumentando su electorado cuanto mayor es la edad. En parte, el PSOE todavía cuenta hoy con aquellos votantes jóvenes de los primeros 80 para los que sigue siendo su primeraopción electoral. Su problema es que a medida que estos votantes se han hecho mayores, el partido no ha conseguido reeditar esos niveles de fidelización del voto en las nuevas cohortes, resultando en poco atractivo en la actualidad entre los votantes menores de 34. Así, en términos de edad, el PSOE de hoy es su propio antagonista con el PSOE de 1984. Este elemento me parece fundamental. Si algo sabemos en ciencia política es que las lealtades políticas que los votantes generan en su juventud y en sus primeras participaciones electorales suelen ofrecer una fuerte resistencia. Que Podemos conquiste el electorado joven puede suponer que consolide apoyos que sigan dando réditos a largo plazo.
Gráfico 1: Relación entre edad y apoyo electoral
Un segundo elemento de comparación es el nivel educativo de los votantes. El siguiente gráfico muestra que las semejanzas entre el PSOE de los 80 y Podemos son mayores que las similitudes ente el viejo PSOE y el PSOE actual. El PSOE de los 80 destacaba por ser muy transversal en términos de la educación de sus votantes y cosechaba votos en todos los segmentos. Podemos todavía está lejos de esta transversalidad, pero quitando aquellos votantes de menor educación, que son en gran parte los de mayor edad del gráfico anterior, sus niveles de apoyo entre los grupos de mayor educación son bastante amplios y muy equivalentes a los del PSOE en 1984. De nuevo el PSOE actual refleja una composición muy distinta de la que el partido tenía en los 80. La tendencia es muy clara. El PSOE actual es muy exitoso en los sectores menos educados (que, como decíamos, correlacionan con la edad) y en cambio su éxito se desvanece cuanto mayor es el nivel de estudios.
Gráfico 2: Relación entre estudios y apoyo electoral
El tercer y cuarto gráfico nos permiten hilar un poco mas fino y comparar utilizando las categorías socioeconómicas del INE. Esto nos proporciona un dibujo algo más preciso de qué sectores de la población se decantan por cada partido y en qué medida se parecen a los que auparon a González a la presidencia. Sin ánimo de ser muy exhaustivo, diría que el PSOE de los 80 comparte cosas con ambos. El PSOE actual se asemeja con su antecesor de hace treinta años en su éxito dentro de los obreros cualificados, los pensionistas y las personas que realizan trabajo doméstico no remunerado. Entre Podemos y el PSOE del 84 existen tal vez más grupos donde los niveles de apoyo son más equivalentes. En concreto, donde encontramos una semejanza muy fuerte entre Podemos y el PSOE de principios de los 80 es en lo que podemos calificar como profesionales de rango medio: comerciantes y pequeños empresarios, personal de administración y servicios y profesionales y técnicos por cuenta ajena. Podemos es sorprendentemente más exitoso que el PSOE de los 80 en la primera categoría del tercer gráfico (mi impresión es que esto se debe principalmente a funcionarios y profesionales y no tanto a los empresarios). Finalmente, aunque Podemos parece hacerlo bien entre parados y estudiantes, tal y como ocurrió con el PSOE de 1984, las cotas de apoyo de estos sectores a este último eran algo más altas.
Gráfico 3: Relación entre condición socioeconómica y apoyo electoral (I)
Gráfico 4: Relación entre condición socioeconómica y apoyo electoral (II)
La última comparación que podemos hacer con los pocos datos disponibles en el último barómetro es analizar los apoyos según ideología. En los tres apartados anteriores (edad, educación y categoría profesional) las semejanzas entre Podemos y el PSOE de los 80 me parecen claras, aunque no definitivas. En cambio, en la ideología de los votantes creo que es donde radica la principal diferencia entre Podemos y el PSOE de González. Igualmente es donde el PSOE actual sigue siendo muy parecido a lo que era. El PSOE de los 80 consiguió acceder al poder con apoyos en la izquierda, pero sobre todo arrasando en el centro-izquierda (del 3 al 5 en la escala del CIS). El PSOE actual sigue basando sus apoyos en este segmento del electorado. En cambio, Podemos emerge como una fuerza con un éxito abrumador en las posiciones más de izquierda, decayendo notablemente a partir del 4 en el eje ideológico.
Gráfico 5: Relación entre ideología y apoyo electoral (1, extrema izquierda – 10 extrema derecha)
Con todo lo anterior, creo que no es descabellado trazar una similitud, aunque con obvios matices, entre el PSOE de los 80 y Podemos. Este paralelismo es una buena radiografía de lo que está ocurriendo. En primer lugar, tanto en los 80 como en la actualidad un sector muy importante de votantes jóvenes no se identifica con los viejos partidos y busca opciones nuevas. En segundo lugar, el apoyo de entonces al PSOE o el de ahora a Podemos viene en gran medida espoleado por votantes de estudios altos y una condición económica no necesariamente desfavorecida, lo cual refleja que los desencantados por la crisis no son solo los votantes que económicamente están peor. No obstante, el panorama que he mostrado es obviamente una simplificación y un retrato provisional. Podemos es un nuevo actor político y el mapa de sus apoyos todavía se está dibujando. Solo el tiempo dirá si los consigue consolidar para obtener los éxitos electorales que obtuvo el PSOE en los 80.
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NOTA: Los barómetros del CIS utilizados son el estudio 1390 de enero de 1984 y el estudio 3041 de octubre de 2014. La razón para utilizar el barómetro de enero de 1984 es la de facilitar la comparación, dado que los anteriores no incluyen la pregunta de ideología con diez categorías, sino únicamente con siete.
La semana pasada conocimos los resultados del último barómetro del CIS. Más allá de discusiones sobre la cocina de la encuesta y la estimación de voto de los distintos partidos, es indudable que en muy poco tiempo Podemos ha emergido con una fuerza inédita, situándose con autoridad en el tablero político. Entre los muchos comentarios y comparaciones que hemos podido oír los últimos días y semanas, no ha sido raro escuchar que Podemos simboliza lo que supuso el PSOE en los primeros años 80.
El símil creo que es sugerente y merece la pena ser explorado. Más allá de la comparación programática, en este post miro los apoyos electorales tanto del PSOE actual como de Podemos y los comparo con los apoyos electorales que tenía el PSOE en los primeros 80. Más en concreto, utilizo el barómetro del CIS de enero de 1984 porque teniendo una serie de variables con medidas homologables a las que se utilizan en el último barómetro, es el más cercano a la victoria de octubre de 1982. Es decir, los datos que aquí muestro son de apoyo electoral al PSOE cuando éste ya llevaba un año en el gobierno, pero creo que son bastante representativos del perfil demoscópico que aupó a González al gobierno. Por otro lado, en este post utilizo intención de voto en 1984 (no hay pregunta sobre simpatía en este barómetro) y lo comparo con el dato de voto+simpatía del último CIS.