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A ellos les cuesta más decir “no lo sé” (en política)

9 de marzo de 2023 10:44 h

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Las mujeres cada vez tienen mayor presencia en todos los ámbitos de la esfera pública. Sus resultados académicos son similares a los de los hombres y están incorporadas al mercado de trabajo. Sin embargo, cuando se les pregunta cuánto saben de política o si les interesa, las mujeres sistemáticamente parecen saber menos y declaran tener menos interés. Las investigadoras del equipo GENPOL llevamos tiempo tratando de entender el porqué de estas diferencias. Para ello, el equipo ha lanzado varias encuestas en las que se utilizan distintas estrategias innovadoras, especialmente metodologías experimentales, para entender qué hay detrás de la brecha de género.

Los estudios realizados a lo largo de los años arrojan un número de lecciones interesantes sobre el funcionamiento del conocimiento político. En primer lugar, qué se considera conocimiento político. Los temas que se eligen para identificar que una persona sabe de política tienen un sesgo de género. Las encuestas electorales tienden a incluir preguntas relacionadas con el nombre de actores políticos, con la política de partido o con asuntos económicos o de política internacional, todos ellos temas que interesar más a los hombres que a las mujeres[1]. De hecho, las diferencias entre hombres y mujeres en niveles de conocimiento se reducen significativamente, e incluso las mujeres muestran más conocimiento que los hombres cuando en las encuestas preguntamos por otros temas como la responsabilidad de determinadas políticas públicas o preguntas sobre el funcionamiento de la democracia. Las diferencias también son menores cuando, en lugar de preguntar por los últimos acontecimientos políticos, que requieren mayor tiempo libre para hacer seguimiento de las noticias, se pregunta por cuestiones de menor actualidad[2].

Cómo se pregunta también parece ser importante[3]. Los hombres tienen una mayor predisposición a arriesgarse mientras que las mujeres, en general, son más aversas al riesgo. Esto hace que la reacción ante la duda sea distinta en hombres y mujeres. Los hombres suelen preferir arriesgarse a dar una respuesta, aunque no estén seguros de si es correcta, mientras que las mujeres prefieren contestar que no saben a arriesgarse y fallar.

En el último trabajo publicado de este equipo, tres investigadoras de la Universidade da Coruña, de la Universidad Carlos III y de la Universidad Rey Juan Carlos, le damos la vuelta a la pregunta y examinamos qué ocurre cuando los hombres contestan que no saben a preguntas sobre alguna cuestión política[4]. Exploramos, en primer lugar, cuánto tardaban en contestar “no lo sé” hombres y mujeres ante cuestiones políticas. El gráfico 1 muestra que, de media, los hombres tardan más que las mujeres en contestar que no saben. Es cierto que la diferencia no es mayúscula y a priori unos pocos segundos de diferencia pueden no parecer importantes. No obstante, para contextualizar ha de tenerse en cuenta que en esta encuesta las personas entrevistadas tenían un tiempo limitado para contestar a una batería de preguntas con distintos temas y formatos, lo cual es habitual en este tipo de encuestas para evitar la tentación de buscar las respuestas online.

 

Gráfico 1. ¿Cuánto tiempo tardaron los entrevistados en contestar “no lo sé”?

Estos resultados abren una segunda pregunta. ¿Es relevante que la persona se interese por la política? Entre las personas motivadas para informarse sobre política, las diferencias entre hombres y mujeres podrían disminuir, ya que estas personas tienen un acicate para adquirir conocimiento. El gráfico 2 muestra el tiempo que tardan de media en contestar “no lo sé” en función de si les interesaba o no la política. Este gráfico muestra que a las personas interesadas les cuesta más que a los no interesadas contestar que no saben. Sin embargo, esta diferencia es mayor entre los hombres que entre las mujeres.

 

Gráfico 2. Tiempo que tardaron los participantes en función de su género y su grado de interés por la política

Nuestra interpretación es que los hombres son más reacios a admitir que no saben de política, de ahí que tarden más en admitir que no saben una respuesta. De ellos se espera que estén interesados en el mundo político e informados de lo que ocurre, lo que aumenta la presión para contestar. Reconocer que no se sabe una respuesta implicaría no ajustarse al estereotipo. Aunque hace falta investigar más sobre cómo los estereotipos de género afectan a cuánto saben hombres y mujeres de política, los resultados de estas investigaciones apuntan a que estos estereotipos encorsetan tanto a hombres como a mujeres.

En conjunto, estos resultados permiten realizar varias reflexiones sobre los estudios de comportamiento político y las herramientas que utilizan. Dado que las sociedades son crecientemente complejas, saber de política no debe entenderse sólo como conocer el nombre de una ministra o el del líder de la oposición. Es necesario incluir preguntas sobre cuestiones políticas que vayan más allá de la economía o la política partidista. De este modo, se obtendría una impresión más realista del conocimiento político de hombres y mujeres. En segundo lugar, debemos tener en cuenta que el significado del “no lo sé” es distinto para hombres y para mujeres. Para los hombres es mucho más costoso que para las mujeres. Por su parte, las mujeres a veces contestan “no lo sé” aunque sí tengan conocimiento. La estrategia habitual de interpretar este tipo de respuestas como incorrectas está magnificando la brecha de género que observamos en conocimiento político. Fuera del ámbito puramente académico, estos resultados ilustran las dificultades que tienen las mujeres para encontrar espacios en los que sentirse suficientemente confiadas para hablar de política. Resulta más fácil y más ajustado a las expectativas sociales decir que no saben. En contraste, los hombres podrían estar sintiendo presión para hacer oír su voz incluso cuando quizá no han tenido la oportunidad de formar una opinión o de informarse. Tener en cuenta estas diferencias podría ayudarnos a ponernos en el lugar de la persona con la que conversamos y entendernos mejor.

[1] (Ferrín et al., 2019)

[2] (Ferrín et al., 2018)

[3] (Ferrín et al., 2017)

[4] (Ferrín et al., 2022)

Las mujeres cada vez tienen mayor presencia en todos los ámbitos de la esfera pública. Sus resultados académicos son similares a los de los hombres y están incorporadas al mercado de trabajo. Sin embargo, cuando se les pregunta cuánto saben de política o si les interesa, las mujeres sistemáticamente parecen saber menos y declaran tener menos interés. Las investigadoras del equipo GENPOL llevamos tiempo tratando de entender el porqué de estas diferencias. Para ello, el equipo ha lanzado varias encuestas en las que se utilizan distintas estrategias innovadoras, especialmente metodologías experimentales, para entender qué hay detrás de la brecha de género.

Los estudios realizados a lo largo de los años arrojan un número de lecciones interesantes sobre el funcionamiento del conocimiento político. En primer lugar, qué se considera conocimiento político. Los temas que se eligen para identificar que una persona sabe de política tienen un sesgo de género. Las encuestas electorales tienden a incluir preguntas relacionadas con el nombre de actores políticos, con la política de partido o con asuntos económicos o de política internacional, todos ellos temas que interesar más a los hombres que a las mujeres[1]. De hecho, las diferencias entre hombres y mujeres en niveles de conocimiento se reducen significativamente, e incluso las mujeres muestran más conocimiento que los hombres cuando en las encuestas preguntamos por otros temas como la responsabilidad de determinadas políticas públicas o preguntas sobre el funcionamiento de la democracia. Las diferencias también son menores cuando, en lugar de preguntar por los últimos acontecimientos políticos, que requieren mayor tiempo libre para hacer seguimiento de las noticias, se pregunta por cuestiones de menor actualidad[2].