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El Estado Autonómico: ruegos y preguntas

El desacuerdo sobre qué hacer con el Estado Autonómico es probablemente el caballo de batalla más importante de la política española. A pesar de ello, y más allá del habitual titular sobre si los españoles quieren más o menos poder para las Autonomías o el frecuente debate sobre la autodeterminación que pone sobre la mesa el independentismo, en realidad sabemos poco de cuáles son los problemas que los españoles específicamente identifican con el Estado Autonómico.

Precisamente para conocer mejor este asunto, el pasado mayo realicé una encuesta junto a Sandra León. En ella, pudimos preguntar a una muestra representativa de la población española cuáles eran, entre otras cuestiones, los problemas más relevantes del Estado Autonómico. En concreto, se pedía a los encuestados que señalaran, de entre una lista larga, el primer problema y el segundo problema más importantes en el Estado Autonómico. El gráfico 1 muestra algunos de los problemas más señalados y el porcentaje de individuos que lo citan ya sea como primer o como segundo problema.

  

Gráfico 1: Problemas del Estado Autonómico más señalados

Como decía anteriormente, normalmente se plantea el debate sobre el Estado Autonómico en términos de si los ciudadanos quieren más o menos (des)centralización . En cambio, los dos problemas sistemáticamente más citados son la existencia de duplicidades y la falta de coordinación entre Gobiernos. Más allá de la verdadera extensión de estos problemas (existe investigación, por ejemplo, que muestra deficiencias en la coordinación entre gobiernos y plantea reformas para mejorarla), es interesante resaltar que para el conjunto de la ciudadanía española los problemas del Estado Autonómico tienen que ver más con la percepción de su eficacia y menos con la habitual discusión sobre mayor o menor descentralización. Es decir, problemas de corte institucional y no político. Los ciudadanos tienen la percepción de que existen problemas de funcionalidad en el Estado Autonómico que se expresan, según ellos, en duplicidades y falta de coordinación. Obviamente, podemos pensar (y seguramente sea así) que para algunos ciudadanos esto se traduce en recentralizar el poder. No obstante, solo un 11,66% de los encuestados indica explícitamente la necesidad de recentralización (“El Gobierno central tiene poco poder”) como un problema, una vez han podido elegir de una lista mayor que incluye otro tipo de problemas. También es interesante indicar, en este mismo sentido, que hay un número ligeramente mayor de ciudadanos que, de hecho, mencionan el insuficiente poder de las Comunidades Autónomas como uno de los dos principales problemas del Estado Autonómico. Por último, y en la línea de percepción de insuficiente funcionalidad, el tercer problema más citado es la politización del Tribunal Constitucional.

Como algún lector se estará planteando, este gráfico disimula importantes diferencias entre perfiles de individuos. Dependiendo de nuestra sensibilidad política, es más probable que pensemos que algunos problemas del Estado Autonómico son más acuciantes que otros. Por eso, en el siguiente gráfico muestro la probabilidad de que el encuestado cite alguno de los problemas anteriormente listados como uno de los dos más importantes según su intención de voto. Emergen patrones esperados en la mayoría de los casos y tal vez alguno inesperado.

Mientras existen algunos asuntos que son poco divisivos, otros lo son bastante más. Los menos divisivos probablemente puedan formar parte de una agenda de reforma común en el futuro. Entre estos, se encuentra la financiación autonómica. A pesar de ser uno de los problemas más destacados del Estado Autonómico, esta percepción no parece generar división. Votantes de todos los partidos concuerdan que es un elemento a mejorar en el Estado Autonómico. En la misma línea, la reforma del Senado es otro elemento poco divisivo. Aunque es señalado como problema por un porcentaje menor de ciudadanos, hay pocas diferencias entre los electores de partidos distintos. Únicamente los votantes de Podemos son ligeramente más propensos a mencionar esta deficiencia del Estado Autonómico. Por último, los problemas de coordinación también generan bastante consenso, aunque este está limitado a los votantes de PP, PSOE y Cs, siendo menos problemáticos para Unidos Podemos y, sobre todo, para el nacionalismo vasco y catalán.

Existen otros asuntos, en cambio, que son esperadamente más divisivos. Por ejemplo, las duplicidades, que aunque son el problema más citado, son más sobre todo muy mencionadas por los votantes de PP y Cs, mientras que los votantes independentistas y del PNV son mucho propensos a percibir este problema. Los problemas de coordinación también generan una fractura entre los votantes de partidos estatales, que lo consideran un problema relevante, y los votantes de partidos periféricos que no lo consideran así. En la dirección contraria, otros asuntos como el no reconocimiento de la autodeterminación generan altas divergencias porque son muy mencionados por independentistas catalanes y votantes del PNV, y no por el resto. Lo mismo ocurre con la politización del Tribunal Constitucional, aunque este también es un problema percibido por los votantes de Podemos. 

 

Gráfico 2: Probabilidad de señalar un problema del Estado Autonómico según intención de voto

 

Las similitudes de los electores de Cs y el PP suelen ser grandes en la mayoría de asuntos menos en dos. Por un lado, los votantes de Ciudadanos son los que tienen una probabilidad mayor de mencionar los problemas de coordinación, que probablemente es el elemento funcional por excelencia, mientras que los del PP se diferencian por reclamar que el gobierno central tiene poco poder. Ambos resultados concuerdan con la aproximación que ambos han tenido al Estado Autonómico y a las Administraciones Públicas en general. En cambio, por el lado contrario del eje político, los votantes de PSOE y Podemos son menos parecidos en su evaluación del Estado Autonómico. En algunos asuntos,  los votantes del PSOE tienden a parecerse más a los de Cs y PP en las áreas que les genera malestar en el Estado Autonómico, mientras que los de Podemos oscilan hacia posturas más parecidas a las de independentistas catalanes y peneuvistas.

En definitiva, un análisis más detallado del malestar con el Estado Autonómico nos ofrece algunas claves que van algo más allá de la tensión centralización/descentralización. Una parte importante de los ciudadanos motiva su malestar como problemas de funcionalidad y mientras las percepciones de los problemas son muy variadas y siguen un patrón claramente ideológico, existen algunos asuntos sobre los que hay menor división y sobre los que, tal vez, sea más fácil generar consensos en el futuro.

El desacuerdo sobre qué hacer con el Estado Autonómico es probablemente el caballo de batalla más importante de la política española. A pesar de ello, y más allá del habitual titular sobre si los españoles quieren más o menos poder para las Autonomías o el frecuente debate sobre la autodeterminación que pone sobre la mesa el independentismo, en realidad sabemos poco de cuáles son los problemas que los españoles específicamente identifican con el Estado Autonómico.

Precisamente para conocer mejor este asunto, el pasado mayo realicé una encuesta junto a Sandra León. En ella, pudimos preguntar a una muestra representativa de la población española cuáles eran, entre otras cuestiones, los problemas más relevantes del Estado Autonómico. En concreto, se pedía a los encuestados que señalaran, de entre una lista larga, el primer problema y el segundo problema más importantes en el Estado Autonómico. El gráfico 1 muestra algunos de los problemas más señalados y el porcentaje de individuos que lo citan ya sea como primer o como segundo problema.