Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
La coexistencia como formaciones separadas se vislumbra como extremadamente complicada en un contexto como el español. La lucha apenas comienza y muchas cosas pueden cambiar. Sin embargo, las primeras evidencias no parecen del todo favorables para Podemos
7 de febrero de 202422:38 h
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Actualmente, en el espectro político español, dos partidos compiten desde la izquierda del PSOE. Sin embargo, es improbable que ambos puedan sobrevivir. Esta incógnita se presenta como uno de los dilemas más apasionantes en la política española reciente. La coexistencia de Podemos y Sumar como formaciones separadas se vislumbra como extremadamente complicada en un contexto como el español, donde el umbral de voto necesario para obtener escaños en unas elecciones generales es excesivamente alto en prácticamente todas las provincias españolas. Un partido de ámbito nacional que no logre superar con cierta holgura los dos dígitos de voto, se ve abocado a quedar atrapado y absorbido por las peligrosas arenas movedizas del sistema electoral español.
En este escenario, surge la pregunta crucial: ¿cuál de estos dos partidos logrará subsistir tras el próximo ciclo electoral? Son muchos los que creen tener certezas, pero sería prudente admitir que aún es temprano para hacer augurios inapelables. Las elecciones europeas se erigen como el primer test, la primera parada en esta carrera por la supervivencia. Es cierto que, en estas elecciones, prácticamente todos los partidos tienen cabida. Se trata de unos comicios particularmente permisivos para las formaciones políticas más pequeñas, ya que alrededor de 300-400 mil votos a nivel nacional (dependiendo de la participación) son suficientes para obtener representación. Este umbral resulta especialmente bajo, siendo casi irrisorio si lo comparamos con las elecciones generales, donde un partido con ese nivel de apoyo quedaría completamente marginado del escenario político nacional.
Ni Podemos ni Sumar cuentan con raíces territoriales y organizacionales lo suficientemente sólidas como para sobreponerse fácilmente a un eventual fracaso. Unos resultados desastrosos en este ciclo electoral podrían significar el fin del proyecto. Es probable que los españoles pronto comprendan que la supervivencia simultánea de ambos partidos en el ecosistema político español es altamente improbable. Y cuando esto suceda, solo quedará por responder la pregunta clave: ¿cuál de los dos es el voto útil? Los ciudadanos desean que su voto se transforme en escaños. No les gusta apoyar a partidos que al final no obtienen representación.
Es por esta razón que, ante una situación como esta, la izquierda tarde o temprano buscará un objetivo común: la coordinación. Ya sea mediante un acuerdo entre las élites de Podemos y Sumar para unificar su proyecto (lo cual parece poco probable en estos momentos), o mediante un “voto estratégico” por parte de los ciudadanos, respaldando al partido que consideren con mayores posibilidades de sobrevivir. Sin embargo, para adoptar una estrategia es esencial contar con información precisa (¿cuál partido tiene más posibilidades de ganar?), y esta información dependerá en gran medida de los resultados de las próximas citas electorales.
Mientras tanto, y en la espera de las elecciones europeas, nos queda recurrir a la demoscopia. Ya están surgiendo las primeras encuestas que dividen el voto entre Podemos y Sumar. Aunque estos datos son todavía incipientes, pueden proporcionarnos algunas pistas. Después de todo, en ausencia de elecciones, los ciudadanos recurrirán a las encuestas como guía para coordinarse e intentar votar por el partido que consideren más viable.
Si nos enfocamos en el barómetro de enero del CIS, la contienda parece favorecer ampliamente a Sumar en este momento. Según el estudio, un 59% de los votantes que respaldaron a la Coalición Sumar el pasado 23 de junio ahora optarían por la papeleta de Sumar, mientras que solo un 16% se inclinaría por la de Podemos. El resto de votos se distribuiría entre el PSOE (10%) o no tendrían aún bien definido su voto. Esto indica que la ventaja de Sumar sobre Podemos entre quienes se han quedado en este espacio político es de 4 a 1. De cada 5 votos, solo 1 correspondería ahora a Podemos. Si trasladamos estos datos al número de votos basándonos en los resultados de las pasadas elecciones generales, Podemos obtendría alrededor de medio millón de votos. Esta cifra, extrapolada a las elecciones europeas (con una participación media menor), nos llevaría a estimar que Podemos alcanzaría los 400 mil votos, suficientes para llevar a Irene Montero al Parlamento Europeo. Este escenario, por lo tanto, dejaría la competición aún abierta, ya que ambas formaciones serían capaces de sobrevivir si las tendencias actuales se mantienen.
¿Cómo se caracterizan los votantes que todavía respaldan a Podemos? ¿Son notablemente diferentes de aquellos que optan por Sumar? Aunque los datos disponibles son limitados, los votantes comparten similitudes la mayor parte de aspectos, como era de esperar. Sin embargo, hay ciertos rasgos distintivos que se pueden identificar. El perfil de los votantes de Podemos tiende a ser algo más masculino y se identifica más con la izquierda.
Pero existe un dato crucial del perfil del votante que resulta desfavorable para las perspectivas de Podemos. Un 28% de aquellos que actualmente votarían por Podemos tienen a Sumar como su segunda opción preferida, mientras que solo un 9% de los votantes de Sumar eligen a Podemos como su segunda preferencia. Esta diferencia es significativa, siendo tres veces menor en el caso de Sumar. Este dato es clave para entender cómo puede influir el “voto útil” en este espacio ideológico. Hay muchos más votantes de Podemos dispuestos a apoyar a Sumar que viceversa. En cuanto a los partidarios de Yolanda Díaz, la mayoría estaría más inclinada a unirse al Partido Socialista. En el momento de elegir alternativas, los datos indican que Sumar es una opción sustitutiva para una porción relevante de los votantes de Podemos, algo que no ocurre en el caso de los votantes de Sumar.
Es fundamental tomar con cautela los datos de la demoscopia, ya que solo nos ofrecen una imagen borrosa del momento actual. La lucha por la supervivencia apenas está comenzando y muchas cosas pueden cambiar. Sin embargo, las primeras evidencias de la contienda no parecen del todo favorables para Podemos. ¿Podrán lograr una remontada? Solo el tiempo lo dirá.
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Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
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