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Seguridad contra libertad

En los últimos meses, Europa ha sufrido una excepcional actividad terrorista que ha conmocionado a las opiniones públicas de los países afectados y de los de su entorno. Incidentes como los actos terroristas de París en noviembre de 2015 o los ataques con vehiculos en el paseo marítimo de Niza o en un mercadillo navideño del centro de Berlín, han dejado el mayor saldo de acciones terroristas de las últimas dos décadas en Europa occidental. Como suele ser habitual, estos episodios han abierto de nuevo el ya clásico debate sobre la necesidad de potenciar la seguridad ciudadana aún a costa de recortar algunas libertades individuales.

No parece sorprendente que parte de la opinión pública reaccione ante un atentado terrorista priorizando la seguridad por encima de la libertad. Según el psicólogo americano Abraham Maslow, las preferencias o necesidades de las personas están ordenadas de una manera jerárquica. Las necesidades más básicas son las fisiológicas (como comer o descansar) y la seguridad física. Sólo cuando estas prioridades se encuentran suficientemente cubiertas, los individuos empiezan a preocuparse por la consecución de otros valores como la amistad, la tolerancia o la libertad. Los atentados terroristas acentúan el temor a la integridad física y provoca que muchos ciudadanos dejen, al menos de forma provisonal, su preferencia por libertad a un lado.

Los estudios de opinión pública muestran que las preocupaciones de los ciudadanos están muy condicionados por la actualidad. Un ataque terrorista alienta el miedo a nuevos atentados y, con ello, se fomenta la predisposición a ceder libertades para llevar a cabo medidas de seguridad ciudadana como el control o supervisión de emails o llamadas telefónicas. En el caso de los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York, las encuestas mostraron que tras el 11S el porcentaje de americanos favorables a la afirmación “es necesario que la gente corriente renuncie a algunas libertades civiles con el fin de luchar contra el terrorismo” se duplicó.

Los temores de los ciudadanos a nuevos ataques terroristas desaparecen con el paso del tiempo. Entonces los deseos por la libertad se recuperan y desciende el apoyo a las políticas de seguridad ciudadana. Sin embargo, tras la conmoción generada por un atentado terrorista se abre durante un tiempo una ventana de oportunidad que puede ser aprovecahada por gobiernos conservadores para empujar su agenda de “ley y orden”.

Es frecuente escuchar que la actual oleada de atentados terroristas en territorio europeo está llevando las opiniones públicas hacía posiciones más autoritarias. Pero, ¿es así en el caso de España? En el gráfico 1 se muestra la evolución de las preferencias en torno al binomio seguridad vs libertad (usando encuestas del CIS). Los datos no parecen apoyar la idea de que nuestro país se encuentre en una tendencia hacia posiciones más favorables a la restricción de libertades en pro de la seguridad. De hecho, la tendencia es la opuesta: el número de españoles que priorizan la libertad a la seguridad ha ascendido un 60% en los últimos siete años. Si bien en 2009 algo más de la mitad de los españoles eran más partidarios de potenciar la seguridad aún a costa de perder libertades, en la actualidad esta cifra es sustancialmente menor. Aún hay más partidarios de la seguridad que de la libertad pero las diferencias se han reducido sustancialmente: en 2009 los pro-seguridad eran 35 puntos más que los pro-libertad; en cambio actualmente ha descendido a apenas 10 puntos.

Gráfico 1: Evolución de la preferencia por la libertad y la seguridad entre 2009 y 2016, CIS*Gráfico 1:

Este enorme incremento de los partidarios de la libertad se ha producido especialmente entre los españoles de izquierda. Entre este colectivo, ha habido un cambio muy sustancial de sus preferencias, pues si bien en 2009 las posturas pro-seguridad superaban las posturas pro-libertad, actualmente ocurre lo contrario. En cambio, entre los españoles de derechas los cambios ha sido mucho más modestos y la seguridad sigue siendo la preferencia mayoritaria entre este colectivo.

Gráfico 2: Preferencia por la libertad y la seguridad según ideología, 2016 CIS*Gráfico 2:

¿Cuáles son los motivos tras el hecho de que la libertad esté ganando terreno a la seguridad en nuestro país? Muy probablemente la principal explicación se encuentre en el cese de actividad terrorista tras la desaparición de ETA. Además España se ha mantenido relativamente libre de los actos terroristas islamicos desde los atentados de Atocha en 2004. Otra posible explicación es la creciente desconfianza de la ciudadanía hacia las instituciones políticas. El hecho de que los ciudadanos acepten renunciar a parte de sus libertades a cambio de mayor seguridad implica que estén dispuestos a ceder más poderes al gobierno. Sin duda, la creciente desconfianza hacia los gobernantes y las instituciones políticas no parece ayudar a que los ciudadanos simpaticen con la idea de perder sus libertades con el fin de ofrecer más poder a unos políticos en los que cada vez se confían menos.

En definitiva, las encuestas parecen indicar que en España el principio de la libertad goza hoy de mejor salud que en el pasado. Este hecho puede ayudar a entender por qué nuestro país se ha librado de la expansión de los partidos de extrema derecha populista que están viviendo otros países de nuestro entorno. Uno de los pilares esenciales de estas formaciones políticas es el autoritarismo y mantener la ley y el orden. La creciente adhesión de los españoles a la libertad podría convertirse en un valioso dique que ayude a aislar a nuestro país de la imparable expansión de la extrema derecha populista por el territorio europeo.

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Nota metodológica: los gráficos están basados en la siguiente encuesta del CIS: “Algunas personas consideran que lo más importante es, ante todo, que todos/as los/as ciudadanos/as tengan el máximo de libertad, aunque eso pueda implicar perder algo de seguridad, representando el punto '0' en una escala. Otras, en cambio, creen que lo más importante es conseguir el máximo de seguridad, aunque eso pueda implicar perder algo de libertad, siendo el punto '10' de esa escala. Por último, algunas personas se sitúan en posiciones intermedias. ¿En qué lugar se situaría Ud.? ” Los que priorizan la libertad son aquéllos encuestados que responden valores de 0 a 4 y los que priorizan la seguridad aquéllos con valores entre 6 y 10. El punto medio (5) son los que priorizan por igual ambos valores.

En los últimos meses, Europa ha sufrido una excepcional actividad terrorista que ha conmocionado a las opiniones públicas de los países afectados y de los de su entorno. Incidentes como los actos terroristas de París en noviembre de 2015 o los ataques con vehiculos en el paseo marítimo de Niza o en un mercadillo navideño del centro de Berlín, han dejado el mayor saldo de acciones terroristas de las últimas dos décadas en Europa occidental. Como suele ser habitual, estos episodios han abierto de nuevo el ya clásico debate sobre la necesidad de potenciar la seguridad ciudadana aún a costa de recortar algunas libertades individuales.

No parece sorprendente que parte de la opinión pública reaccione ante un atentado terrorista priorizando la seguridad por encima de la libertad. Según el psicólogo americano Abraham Maslow, las preferencias o necesidades de las personas están ordenadas de una manera jerárquica. Las necesidades más básicas son las fisiológicas (como comer o descansar) y la seguridad física. Sólo cuando estas prioridades se encuentran suficientemente cubiertas, los individuos empiezan a preocuparse por la consecución de otros valores como la amistad, la tolerancia o la libertad. Los atentados terroristas acentúan el temor a la integridad física y provoca que muchos ciudadanos dejen, al menos de forma provisonal, su preferencia por libertad a un lado.