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La situación económica de los votantes y el 20D

Este artículo es el primero de una serie conjunta con nuestros amigos de Politikon sobre el 20D. La idea es aportar diferentes enfoques y mantener un debate en las redes (#20DPolitikonPdP) sobre cuestiones que nos parecen claves para entender estas elecciones.Politikon

Hoy hablamos, desde dos perspectivas complementarias, del efecto de la posición económica del individuo en el voto. En el artículo de Politikon, Jorge Galindo relaciona el mercado de trabajo con el voto. Yo aquí me centraré en cómo la percepción subjetiva de bienestar económico está relacionada con las preferencias partidistas de los votantes, y para ello explotaré el último barómtero del CIS del que disponemos de microdatos, el del pasado mes de Octubre.

Una aclaración inicial relacionada con la variable principal que usaré para medir el estado de la economía del individuo: la declaración por parte del entrevistado por el CIS de que su situación económica personal es “buena o muy buena” (un 32% de los encuestados caen en esta categoría), “regular” (un 50%) o “mala o muy mala (un 18%). Aunque es muy posible que esta variable no mida exclusivamente las condiciones económicas objetivas del encuestado (una misma situación económica puede ser evaluada por dos encuestados de forma diferente), el hecho de que esté fuertemente correlacionada con indicadores ”objetivos“ de bienestar (estar en el paro, tener pocos ingresos, o disponer de un trabajo precario) hace, creo yo, defendible usarla como indicador aproximado del bienestar económico de los individuos.

¿Está relacionada la situación económica del entrevistado con sus preferencias políticas? Para responder esta cuestión, trato de descontar el efecto que otras variables sociodemográficas que sabemos que están asociadas a la propensión a preferir a alguno de los cuatro grandes partidos que competirán el 20D: la edad, el género, el tamaño del municipio de residencia o el nivel educativo del entrevistado. Así, los resultados que se presentan en el gráfico 1 muestran el efecto de tener una determinada situación económica en la propensión a votar a cada partido, para individuos de iguales características en estas otras variables. Así, podemos descartar por ejemplo que la relación entre situación económica desfavorable y, digamos, voto a Podemos, se deba a que los votantes de Podemos suelen ser más jóvenes y que, como es el caso, los jóvenes tienden a ser económicamente más vulnerables.

Gráfico 1. Efecto de la situación económica del entrevistado (mala, regular, buena) en la probabilidad de votar a PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos.

Fuente: Barómetro Octubre CIS.

Respecto a la mitad de entrevistados que declaran disfrutar de una situación económica “regular”, atravesar por una situación “buena o muy buena” está asociado a una propensión mayor a votar a PP y a Ciudadanos, y menos al PSOE (la probabilidad de votar a Podemos es también algo más baja, pero como muestran las líneas que muestran los intervalos de confianza, en este caso la diferencia no es significativa). Por su parte, declarar que se está en una situación económica “mala o muy mala” no cambia signifcativamente la probabilidad de votar a ningún partido respecto a aquellos que la juzgan como “regular”, con la excepción de Podemos, que sí experimenta un aumento significativo en intención de voto más cercanía. En resumen, los individuos en situaciones económicas favorables son más propensos a elegir PP y Ciudadanos, y menos al PSOE, y Podemos es más preferido entre aquellos que están en situaciones económicas más desfavorables que entre los que no lo están.

Un ejercicio interesante es el de ver en qué medida estos juicios sobre el estado de la economía personal interactúan con la percepción del entrevistado sobre el estado general de la economía española: ¿son aquellos individuos que perciben que la situación económica del país está mejorando mientras que la de ellos no los más críticos con el gobierno y los que más optan por opciones nuevas? ¿o son por el contrario aquellos que, además de atravesar una situación personal mala, creen que la economía en su conjunto ha seguido empeorando en este último año?

Los gráficos 2 y 3 muestan el porcentaje de entrevistados con intención de votar a cada partido (o que se muestran cercanos a él) en función no sólo de su situación económica personal, sino también de cómo creen ellos que es la situación de la economía española respecto a la de hace un año: mejor (un 22% de los entrevistados lo creen así) igual (un 53%) o peor (un 24%).

Gráfico 2. Intención de voto más simpatía a Podemos y Ciudadanos en función de la percepción de la evolución de la economía española en el último año (mejor, igual, peor) y de la situación económica personal (mala, regular, buena).

Fuente: Barómetro Octubre CIS.

Gráfico 3. Intención de voto más simpatía a PP y PSOE en función de la percepción de la evolución de la economía española en el último año (mejor, igual, peor) y de la situación económica personal (mala, regular, buena).

Fuente: Barómetro Octubre CIS.

La intención de voto a Ciudadanos es mayor entre los que tienen una opinión favorable de la evolución de la economía española, y, como se veía en el gráfico anterior, más aún cuanto mejor es la situación económica personal del entrevistado. En el caso de Podemos, la lectura del gráfico es algo más complicada e interesante: Entre aquellos que creen que la economía ha empeorado, la posición económica individual del entrevistado no afecta a la propensión a votar al partido de Pablo Iglesias. Pero entre los que creen que la economía española en su conjunto no está peor hoy que hace un año, la posición económica del individuo juega un papel crucial: aquellos que atraviesan situaciones económicas malas son mucho más proclives a Podemos que el resto, una propensión que es incluso mayor que la de los encuestados que tienen una visión negativa de la evolución de la economía española. Una posible interpretación de estos resultados es que la percepción de que “la economía está echando a andar pero me está dejando a mí descolgado” podría ser uno de los impulsores del voto a Podemos.

Para PP y PSOE (gráfico 3) los resultados son menos llamativos: el voto al PP, como es esperable, está muy fuertemente correlacionado con una evaluación positiva de la economía durante este último año, y el voto al PSOE con lo contrario. La situación económica del individuo juega un papel menor, con la excepción del voto al PSOE entre aquellos que creen que España no está ni mejor ni peor que hace un año: entre ellos, los individuos con posiciones más acomodadas son claramente menos proclives a votar socialista, como ya se apuntaba en el gráfico 1.

En conjunto, estos resultados apuntan a que la economía será una variable importante para entender lo que ocurra el 20D. La situación económica de los votantes no sólo estará relacionada con grado de apoyo o descontento respecto del partido en el gobierno, sino también con las preferencias de los votantes entre los “nuevos” partidos: mientras que el nivel de apoyo a Ciudadanos crece entre aquellos con posiciones buenas o muy buenas, el de Podemos es mayor entre aquellos que dicen atravesar una situación económica personal mala o muy mala, y este efecto podría ser mayor entre aquellos que creen que la economía española ha dejado de empeorar en este último año.

Este artículo es el primero de una serie conjunta con nuestros amigos de Politikon sobre el 20D. La idea es aportar diferentes enfoques y mantener un debate en las redes (#20DPolitikonPdP) sobre cuestiones que nos parecen claves para entender estas elecciones.Politikon

Hoy hablamos, desde dos perspectivas complementarias, del efecto de la posición económica del individuo en el voto. En el artículo de Politikon, Jorge Galindo relaciona el mercado de trabajo con el voto. Yo aquí me centraré en cómo la percepción subjetiva de bienestar económico está relacionada con las preferencias partidistas de los votantes, y para ello explotaré el último barómtero del CIS del que disponemos de microdatos, el del pasado mes de Octubre.