Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
Un examen detallado permite comprobar que, si bien los trasvases entre los partidos son importantes, los movimientos desde y hacia la abstención lo son aún más para explicar los resultados del pasado 12M
En estos días se ha discutido mucho sobre si los resultados electorales de Cataluña son más bien consecuencia de trasvases entre partidos o de circulación de votantes desde y hacia la abstención. ¿Hay suficiente flexibilidad para cambiar de voto? ¿Tanto como para saltar las líneas de división más importantes? ¿Cuántos votantes de ERC se han ido al PSC y cuántos a la abstención? ¿Cuánto debe el PSC su victoria a la movilización de nuevos votantes y cuanto al cambio de voto? ¿Pesa más la división entre soberanistas y no soberanistas o la división entre la izquierda y la derecha a la hora de cambiar de voto? ¿De dónde viene el voto al nuevo partido de extrema derecha nacionalista en Cataluña?
Para una primera aproximación a estas preguntas proponemos utilizar una herramienta de inferencia ecológica (lphom, detalles más abajo), de libre disposición, que permite estimar las transferencias entre partidos, así como desde la abstención, a partir de los datos de las secciones censales. Este tipo de estimación se ha demostrado eficaz en multitud de circunstancias en las que la ciencia política y la sociología hacen estimaciones de comportamiento individual sin disponer de encuestas, bien por obligación -porque no las hay, como de momento es el caso para Cataluña- o por elección, ya que los resultados son generalmente tanto o más fiables que los de las encuestas postelectorales.
Los gráficos 1 y 2 resumen la información esencial para el conjunto de Cataluña (un análisis más pormenorizado puede hacerse para cualquier subconjunto territorial). La primera tabla (tonos amarillos) representa en cada fila los destinos de los votos de 2021 en los partidos de 2024. Los porcentajes mayores son, por lo general, los de los votantes fieles, el resto de cada fila indica cómo se reparten aquellos que cambian de voto. La segunda tabla (tonos salmón) representa en cada columna la composición de los electorados en 2024, el origen de los votos en términos de los partidos de 2021. Los porcentajes mayores son el grueso de su electorado, que normalmente corresponde a sus antiguos votantes, es decir, su capacidad de retención; el resto representa en qué medida el partido ha sido capaz de atraer nuevos votantes de distintas opciones, o de la abstención.
Un examen detallado permite comprobar que, si bien los trasvases entre los partidos son importantes, los movimientos desde y hacia la abstención lo son aún más para explicar la estructura fundamental de los resultados. Aunque no para el partido de Puigdemont, que crece sobre todo por arrastre de otras fuerzas soberanistas. También es importante destacar que el peso de la división soberanista frente a no soberanista parece ser bastante mayor que la división entre izquierda y derecha: dentro del bloque soberanista se producen flujos entre izquierda y derecha, pero los cambios entre soberanistas y no soberanistas son menos frecuentes. Fuera del bloque soberanista se producen muy pocos intercambios entre izquierda y derecha. El soberanismo refuerza la división territorial en el conjunto y debilita la división izquierda y derecha entre electores soberanistas.
En cuanto a los partidos concretos, conviene destacar la importancia de la movilización de nuevos votantes en la victoria del PSC (menos del 4% de sus votantes provienen de ERC) y la desmovilización en el caso de ERC, que cede a la abstención casi tanto como cede a otros partidos soberanistas. El nuevo partido de extrema derecha en el Parlament (AC) obtiene un tercio de sus votos de antiguos abstencionistas, pero los otros dos tercios son de votantes soberanistas, casi en igual medida antiguos votantes de la izquierda y de la derecha.
En el campo soberanista la competencia es intensa y parece que seguirá siéndolo, con un resultado de desmovilización relativa para ERC, pero no para el conjunto de fuerzas soberanistas. Entre los partidos que no son soberanistas la competencia entre izquierda y derecha está muy demarcada, con pocos trasvases entre ellos, y su fortuna electoral ha dependido, sobre todo, de su capacidad de atraer votantes que se habían abstenido en 2021.
Veámoslo con algo más de detalle.
Soberanismo, no soberanismo y movilización
El voto soberanista en su conjunto no se ha desmovilizado. El saldo de movilización y desmovilización de votantes para estos partidos (Junts, ERC, CUP, PdCat, AC) solo es ligeramente negativo. Aunque más de un cuarto de millón de votantes han pasado de abstenerse a votar a alguno de ellos, un número parecido, algunos más, han pasado de votar a partidos soberanistas a la abstención: su saldo negativo es de aproximadamente 29.000 votantes, un 0,5% del electorado. En conjunto, muy poco.
Por el contrario, los partidos no soberanistas, tomados como un conjunto, han crecido considerablemente gracias a votos de catalanes que en 2021 se abstuvieron. Más de 320.000 votantes desmovilizados en 2021 han votado ahora por algún partido no soberanista. Descontando a quienes ahora se abstienen, el saldo positivo supera el cuarto de millón de votantes (el 4,68% del censo)
La movilización se ha repartido de forma bastante simétrica entre los bloques de partidos de izquierda (soberanistas o no soberanistas) y de derecha (idem), aunque favoreciendo un poco a la derecha. Para esta, el saldo de movilizados menos desmovilizados es de unos 135.000 votantes, mientras que para la izquierda de unos 120.000. (El 2,4 y el 2,05% del censo respectivamente, en nuestra estimación).
Los partidos y la movilización
Visto como lo ven los partidos, los cambios hacia y desde la abstención explican una parte importante de su fortuna. La movilización beneficia al PSOE y a todos los partidos de la derecha, soberanista o no. Los partidos de la izquierda salvo el PSOE pierden más votos con la abstención de los que recuperan con la movilización de abstencionistas.
El balance del PSC con la abstención tiene un saldo neto de 155.000 votos positivos, un 17% de sus votantes en 2024 y casi la mitad de lo ganado por los partidos no soberanistas. Entre los partidos no soberanistas, en el polo opuesto se encuentra el caso de Podemos (ECP), que deja unos 20.000 votantes, nuevos abstencionistas, que no recupera Comuns-Sumar. Por el lado derecho, Vox extrae un beneficio de la movilización (ganancia menos pérdidas) de cerca de 64.000 votos, y el PP de algo más de 44.000.
En el bloque soberanista, Junts ha logrado atraer más votos desde la abstención de los que pierde, aunque su saldo es modesto: un incremento de su apoyo equivalente a unos 15.000 votos. El partido soberanista que más ha perdido en los trasvases hacia la abstención es ERC: 39.000, o más del 6% de sus antiguos votantes.
Trasvases a través de las líneas divisorias
La línea divisoria entre partidos soberanistas y no soberanistas parece más impermeable que la que divide a izquierda y derecha, que resulta más porosa para los trasvases de votos. Hay un movimiento de votantes de soberanista a no soberanista y de izquierda a derecha, pero se mueven dos veces más votantes entre bloques ideológicos que entre soberanistas y no soberanistas. Hay una interacción, pues la mayor parte del cambio de voto entre izquierda y derecha se produce dentro del bloque soberanista.
Algo más de cien mil votantes del bloque soberanista en 2021 han votado a partidos no soberanistas, y algo más de treinta mil han hecho el viaje inverso. El saldo favorable al bloque no soberanista es de unos 75.000 votos (1,3% del censo). Si hacemos la partición de bloques entre izquierda y derecha, el flujo es mucho mayor: la derecha ha ganado unos 135.000 votantes a expensas de la izquierda (ha ganado 170.000 y cedido 35.000)
El partido nuevo: ¿De dónde vienen los votos de AC?
Aproximadamente un 60% provienen de los partidos nacionalistas catalanes y un 30% provienen de la abstención o de votantes en blanco. Los antiguos votantes de ERC y Junts contribuyen prácticamente con los mismos votos al estreno de este partido (entre ambos constituyen la mitad de su electorado) pero también CUP y PdCat (el otro 10%).
El ganador: ¿De dónde vienen los votos del PSC?
El 68% del respaldo obtenido por este partido proviene de sus anteriores votantes y el 18,5% de la abstención. Los trasvases que obtiene de otros partidos derivan sobre todo de su posición en el eje de izquierda y derecha: obtiene un 5% de ERC y un 3,8% de ECP, pero su atracción de votantes de partidos de derecha es muy baja.
El perdedor: ¿A dónde van los votos de ERC?
ERC retiene solo al 56% de sus antiguos votantes. Las mayores pérdidas se dirigen a la abstención (13,3%) a lo que se añade la suma de voto blanco y nulo (2,2%). Los partidos más atractivos para los antiguos votantes de ERC son Junts (el 9,8% de sus votantes se pasan a la lista de Puigdemont), el PSC (7,2% de sus votantes) y Aliança Cat (4,8%). En conjunto, pierde el doble de voto por el eje soberanista que por el eje de izquierda. Apenas hay trasvases hacia otros partidos de izquierda, sea o no soberanista.
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Metodología. Las transferencias de votos entre partidos se han estimado utilizando las funciones del paquete lphom (Pavía y Romero, 2022, 2024) del software estadístico R. Estas funciones emplean modelos de inferencia ecológica para aprender las distribuciones cruzadas de votos entre elecciones. Los modelos estiman las transferencias a partir de los cambios que se producen en los votos registrados entre elecciones en las diferentes unidades espaciales (secciones censales) en que está dividido el electorado.
Los resultados pueden mejorarse cuando haya encuestas postelectorales disponibles, que pueden utilizarse para informar al algoritmo de qué trasvases son más o menos probables, pero los resultados que presentamos, en los que el algoritmo aprende solo a base de observar lo que sucede en cada distrito electoral de Cataluña, sin ningún conocimiento previo, son resultados robustos.
Datos. Para las elecciones de 2024, resultados provisionales (al 99,48% escrutado) disponibles a nivel de mesa electoral en https://resultats.eleccionsparlament.cat/ca/descargas>. Para las elecciones de 2021, resultados provisionales para las Elecciones al Parlamento de Catalunya 2021 disponibles en GIPEyOP (http://sea.uv.es/gipeyop/sea.html) a nivel de sección censal (Pérez et al., 2021). Las estimaciones están basadas en los resultados de 5.076 secciones censales (99,20%). En el análisis se han omitido 41 secciones censales al no disponerse en esas unidades de los resultados de 2024.
Pérez, V, Aybar, C y Pavía, JM (2021) “Spanish Electoral Archive. SEA database”, Scientific Data, 8, 1-12. DOI: https://doi.org/10.1038/s41597-021-00975-y
En estos días se ha discutido mucho sobre si los resultados electorales de Cataluña son más bien consecuencia de trasvases entre partidos o de circulación de votantes desde y hacia la abstención. ¿Hay suficiente flexibilidad para cambiar de voto? ¿Tanto como para saltar las líneas de división más importantes? ¿Cuántos votantes de ERC se han ido al PSC y cuántos a la abstención? ¿Cuánto debe el PSC su victoria a la movilización de nuevos votantes y cuanto al cambio de voto? ¿Pesa más la división entre soberanistas y no soberanistas o la división entre la izquierda y la derecha a la hora de cambiar de voto? ¿De dónde viene el voto al nuevo partido de extrema derecha nacionalista en Cataluña?
Para una primera aproximación a estas preguntas proponemos utilizar una herramienta de inferencia ecológica (lphom, detalles más abajo), de libre disposición, que permite estimar las transferencias entre partidos, así como desde la abstención, a partir de los datos de las secciones censales. Este tipo de estimación se ha demostrado eficaz en multitud de circunstancias en las que la ciencia política y la sociología hacen estimaciones de comportamiento individual sin disponer de encuestas, bien por obligación -porque no las hay, como de momento es el caso para Cataluña- o por elección, ya que los resultados son generalmente tanto o más fiables que los de las encuestas postelectorales.