Probablemente usted no pertenecerá a ninguno de los votantes que voy a analizar. Si está leyendo este post, permítame que me la juegue. Probablemente usted sea un lector informado e interesado sobre la política, con una ideología definida y que vota con regularidad. Todo lo contrario que los votantes de los que voy a hablar. En realidad, votantes como usted es el tipo de ciudadano en el que solemos pensar cuando describimos la política y los procesos electorales. Solemos concebir las campañas electorales como este período de hiperexposición informativa en que se involucran ciudadanos dispuestos movilizarse, a informarse y a buscar el partido, si es que no lo conoce ya, que ofrece un programa más acorde con su ideología. En este post, utilizando datos de la encuesta pre-electoral del CIS, quiero hablar de otros votantes. Aquellos más desenganchados con el proceso electoral, que no se definen ideológicamente y a los que no les interesa la política. ¿Qué ocurre con estos votantes? ¿Por qué partidos muestran mayor interés de cara a las elecciones del próximo domingo?
Los votantes sin ideología
Aunque solemos plantear las elecciones en términos de derecha o izquierda, alrededor de un 40% de los electores escapan de estas etiquetas. Por un lado, un 22% de electores se declaran de centro y en este blog ya hemos analizado como parece que este votante se decantará el domingo por Ciudadanos y, en proporción ligeramente menor, por el PSOE. Tanto PP, como sobre todo Podemos, llegan pescando pocos votos en el centro.
Aparte de los electores de centro, hay un 17% de votantes que no declaran ideología (aquellos que o no saben o no contestan cuando son preguntados). Este es uno de esos colectivos que formando una proporción muy relevante en el electorado, solemos dejar de lado en los análisis. En cambio, son votantes de enorme interés. No solo por su volumen, que ya los hace relevantes electoralmente, sino por una característica muy peculiar. Como muestran en un interesantísimo estudio Luis de la Calle, Álvaro Martinez y Lluis Orriols, los votantes sin ideología en España destacan porque siempre votan por el partido en el gobierno. Incluso en las elecciones en que el partido en el gobierno pierde, los votantes sin ideología apoyan en su mayoría al status quo. Esta relación es muy fuerte en los 80 y 90 y que progresivamente se ha debilitado. La única excepción a esta “regla” es 2011, en que los votantes no ideológicos abandonaron al PSOE. En nuestro libro “Aragón es Nuestro Ohio” mostrábamos que el precedente de 2011 parecía que podía volver a repetirse. En primavera, el PP mostraba debilidad entre los votantes no ideológicos y esta era una de las causas de su caída en intención de voto. Pues bien, el gráfico 1 muestra que esto no parece que vaya a ser así en las elecciones del domingo y que los votantes sin ideología parecen decantarse por el PP, conforme a su patrón habitual. Utilizando la categoría de Voto+Simpatía del CIS como aproximación a lo que podría ser el voto en las elecciones, el PP es el que más apoyo obtiene dentro de estos votantes, seguido de cerca por el PSOE. Esto refuerza el carácter de aversión al riesgo de este colectivo, que tradicionalmente prefiere apoyar al status quo (sea quien sea) que nuevas opciones de gobierno.
Los abstencionistas de 2011
Las pasadas elecciones de 2011 registraron una participación del 71,7%, que en el cómputo general de las elecciones en España sería una participación media-baja. Para las elecciones del próximo domingo todo hace prever una participación alta. Primero, por el alto nivel de politización en la sociedad en los últimos años y, segundo, por la emergencia de nuevas opciones que amplían la oferta política. ¿Qué ocurre por tanto con los que se desengancharon de las elecciones en 2011? ¿Qué afiliación política muestran hoy aquellos que se abstuvieron en los pasados comicios y hoy vuelven a entrar en el juego electoral?
Esta pregunta no siempre es fácil de responder por el alto nivel de sobreestimación de la participación en las encuestas. A los ciudadanos nos cuesta reconocer que no votamos y cuando miramos los números siempre encontramos que hay más gente que dice haber votado en las pasadas elecciones que la que efectivamente lo ha hecho. Con esta advertencia en mente, y utilizando de nuevo la categoría Voto+Simpatía como aproximación, el barómetro preelectoral del CIS, obtenemos un resultado, a mi juicio, sorprendente. Uno esperaría que los que no votaron en 2011 fueran más propensos a votar o mostrar simpatía por cualquiera de las opciones políticas nuevas. En cambio, la opción preferida por este grupo de electores es el PSOE. Esto muestra que votantes probablemente desencantados con el PSOE en 2011 podrían volver a apoyarlo el domingo. Ciudadanos queda cerca, en segundo lugar. Es llamativo que Podemos aparezca como la cuarta fuerza, por debajo del PP, entre los abstencionistas de 2011. Durante bastante tiempo Podemos parecía ser el partido que conseguí atraer más votantes desde el abstencionismo. Parecería, a la luz de la encuesta preelectoral, que a medida que nos hemos acercado a las elecciones, otros partidos han conseguido igual movilización de abstencionistas. La tendencia de Ciudadanos ya parecía clara en el barómetro de octubre. No obstante, Podemos muestra una recuperación en las encuestas realizadas después de esa preelectoral y podrían deberse a que ha vuelto a movilizar este voto.
Votantes sin interés por la política
Por último, ¿qué ocurre con aquellos que no tienen interés por la política? Aquí la expectativa sería más bien que estos votantes son menos receptivos a las opciones nuevas, en parte porque desconocen los detalles de su oferta política. Esto queda confirmado en el siguiente gráfico en que muestro el Voto+Simpatía de aquellos que dicen estar nada interesados por la política. Como se ve, son votantes fundamentalmente del PP, y en nivel parecido, del PSOE. Los niveles de afiliación son mayores que para los grupos analizados anteriormente, lo que muestra que estos votantes, por el hecho de no estar informados, no son necesariamente los menos movilizados. Lo que sí que parece evidente es que son menos receptivos a las fuerzas emergentes y, probablemente, más desconocedores de estas. Esto podría deberse a que estos votantes son, en general, de mayor edad que la media electoral. Aunque esto es en parte cierto, no explica la relación que observamos. Cuando miramos (no mostrado aquí) Voto+Simpatía entre los votantes sin interés por la política menores de 35 años, el PSOE es la opción preferida, seguido de PP, que baja bastante en intención de voto, pero todavía supera por tres puntos tanto a Ciudadanos como Podemos. Es decir, entre los jóvenes sin interés por la política, PP y PSOE siguen siendo las opciones más apoyadas.
Con todo esto, creo que podemos concluir dos cosas. Primero, la importancia de tener en cuenta votantes que escapan a etiquetas, como los votantes no ideológicos, que forman grupos grandes dentro de la ciudadanía y tienen patrones de voto relevantes para explicar los resultados electorales. En segundo lugar, a nadie se le escapa que el tradicional bipartidismo español va a decaer el próximo 20D. Pero esto no significa que PP y PSOE estén condenados. Existen colectivos de votantes donde son opciones muy preferidas dentro de la oferta electoral española.