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Durante la celebración de Gamergy ya contamos cuáles estaban siendo los reyes de la feria. Entre ellos estaba Clash Royale, un juego para móviles cuyo éxito parece estar empezando a equipararse al de League of Legends. ¿De dónde sale y por qué atrae a más jugadores cada día?
Clash Royale se lanzó, en fase beta, durante el mes de enero de 2016. Salió al completo en marzo de ese año para diferentes países, entre ellos España. Es un juego de Android e iOS desarrollado por Supercell, una compañía fundada en 2010 que se centra en títulos para dispositivos móviles y tabletas, con este juego como el más joven de ellos. Su hermano mayor, Clash of Clans, llegó a ser el título con mayores ingresos en Estados Unidos a los tres meses de su lanzamiento. Juntos han llegado a generar ingresos de 2,5 millones de dólares diarios.
En junio de 2016, el gigante asiático Tencent compró el 84% de Supercell (en manos de Softbank) por 7.600 millones de euros. Este gran titán es, también, propietario de Riot, la compañía detrás de League of Legends.
El juego entra dentro del género de estrategia, aunque no deja de ser un multijugador online masivo. Puede jugarse 1vs1 o 2vs2. Cada jugador cuenta con tres torres, una en el centro, llamada la torre del Rey (en el modo de 2vs2 tenemos dos torres centrales), y dos a los lados, conocidas como las torres de coronas. A nuestra disposición tenemos un total de nueve arenas distintas. Éstas se diferencian por el aspecto, ya que la jugabilidad es la misma. El terreno está dividido en dos por un río, por lo que las unidades terrestres solo pueden cruzar por los puentes.
Si se destruye una de las torres laterales, el jugador que la haya derribado se lleva un punto. Si se derriba la torre central, se gana la partida. También, llegado el caso, podremos encontrarnos con la 'Muerte súbita'. Este modo se activa cuando, pasado el tiempo, ninguno de los dos jugadores ha conseguido vencer. Es entonces cuando tendrán un minuto de tiempo extra. El primero que consiga tirar una torre, ganará. Si no se consigue, quedarán en empate.
En este título tenemos que conseguir cartas de personajes y criaturas que ya aparecían en Clash of Clans. Éstas aparecen en los cofres que ganamos tras cada partida (o que compramos con dinero real). Las cartas y los cofres se dividen, además, en distintas categorías de rareza o valor. Cada una de las primeras tiene una función y unas características (su ataque, su vida, su objetivo, etc.) y podemos tener distintas barajas, según la estrategia que queramos llevar a cabo.
El toque de emoción en este juego lo aporta el hecho de ser completamente distinto a lo que se espera en un juego de cartas: aquí no hay turnos ni tiempos de espera. La partida se juega en tiempo real.
La principal clave de su fama reside en su gran accesibilidad. Cualquier jugador, tenga la edad que tenga, con habilidad o no para determinados videojuegos, puede disfrutar de Clash Royale sin muchas complicaciones. Todo perfil de usuario puede encontrar su hueco en este título. Aunque busques partidas casuales como crecer y subir puestos en el clasificatorio, el trabajo de Supercell tiene para todos los gustos.
Por lo general, seremos asignados a una arena con jugadores que posean nuestro mismo nivel de habilidad. Así quedan las partidas equilibradas y nadie se queja de que el juego sea endiabladamente complicado. Es decir, Clash Royale puede disfrutarse a cualquier nivel, seas un niño de seis años, como alguien de treinta. Por lo que no es nada raro ver a estudiantes jugar en el descanso entre clase y clase… y a algunos trabajadores en la oficina echando un par de partidas.
La accesibilidad está también relacionada con su sencillez. El mapa y nuestro objetivo son simples. Lo único que otorga más complejidad es la gran cantidad de cartas a nuestra disposición. Puede que al principio cueste un poco entenderlo, pero en seguida se entiende.
Por último, el tercer punto clave de su éxito es su plataforma. Ser un juego para dispositivos móviles le facilita mucho las cosas. No necesitamos un gran ‘equipo técnico’ detrás, no es un juego con muchos requisitos y puede jugarse en cualquier momento y lugar (siempre y cuando tengas conexión a Internet, claro).
Los juegos gratuitos están de moda, nos atraen con facilidad por no tener que llevar a cabo un importante desembolso de dinero. Los descargamos, los instalamos, y ya podemos jugar con total tranquilidad. Pero algunos de estos ‘free to play’ son considerados también un ‘pay to win’. ¿Qué significa eso? Que por mucho que el juego en sí no nos cueste nada, en la mayoría de los casos, para avanzar, necesitaremos pagar con dinero real. Es la forma que tienen muchas compañías de sacar rentabilidad al juego.
No es el caso de Clash Royale. Absolutamente todo lo que compone el juego puede conseguirse de forma gratuita. Esto no quita que algunas cartas resulten más difícil de ver que otras, dependiendo de su grado de rareza.
Por supuesto, puedes gastar dinero en el juego. Para ello, Clash Royale hace uso de unas gemas, que pueden conseguirse con dinero real o jugando. Si solo intentas conseguirlas jugando, el proceso se vuelve mucho más lento. Ya dependerá del tipo de jugador, paciente o no, para ver si compensa esperar o gastarse el dinero. Por suerte, es un juego en el que avanzar con lentitud se torna algo natural, como un progreso persistente que necesitamos tomarnos con calma.
Al igual que en Clash of Clans, Clash Royale cuenta con un sistema de clanes. Estos permiten hacer amigos o juntarnos con los que ya conocemos, además de ayudarnos a crecer en el clasificatorio. En ellos puedes pedir diferentes cartas y cada miembro podrá dar dos unidades de cada una, hasta que llegues a conseguir 10 cartas, si es de tipo común, o una si es Rara. Pueden pedirse cada 8 horas.
Estos clanes son la estrategia perfecta para los clubes de esports, ahora que Clash Royale está cada vez más metido en la competición. Los jugadores profesionales crean su propio clan, atraen a sus seguidores y fortalecen el equipo. Pero no solo para los clubes, sino para el propio juego. Youtubers, bloggers, influencers… Si visitamos canales y medios, ingleses y de habla hispana, vemos espacios dedicados exclusivamente a Clash Royale que cuentan con millones de seguidores.
En algunos países pueden llegarse a ver eventos que son hasta televisados. El efecto mediático ayuda al juego a crecer, no sólo como juego casual, sino como uno más en el fenómeno de los deportes electrónicos. En España, una de las historias más sonadas es la de TheAlvaro845 y su Team Queso. Álvaro empezó a subir vídeos en Youtube con Clash of Clans para pasar a convertirse en un referente de nuestro país.
Gracias a la LVP, Clash Royale empieza ahora una nueva etapa, iniciándose en la Super Liga Orange tras haber demostrado en Gamergy lo que vale como esport.
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