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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

48 horas decisivas para la unidad a la izquierda del PSOE

Quedan pocas horas para el gran acto de Yolanda Díaz en Madrid. La vicepresidenta segunda estará rodeada de un gran número de líderes políticos el próximo domingo en el polideportivo Alfonso Magariños, donde anunciará su candidatura y lanzará Sumar como proyecto político, pero entre ellos, si nada cambia en los próximos dos días –y no hay indicios de que lo vaya a hacer–, no estará la dirección de Podemos. En una de las fotos decisivas para la construcción de la unidad en la izquierda, quedará la silla vacía del principal partido de ese espacio político. 

Ahora mismo, todas las partes coinciden en que las negociaciones están paralizadas. Los equipos de Podemos y de Sumar llegaron a un punto muerto en las conversaciones el lunes del que aún no han sabido salir. El requisito que reclaman los de Ione Belarra para sentarse el domingo en primera fila, un compromiso de que habrá primarias abiertas para decidir las candidaturas, lo considera inasumible la ministra de Trabajo, que sí está dispuesta a firmar una declaración en la que figure que habrá primarias pero sin concretar más detalles que posterga a una futura negociación con todo el espacio, la quincena de partidos. 

El lunes por la tarde, la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, que lidera las negociaciones en nombre de su espacio, llamó a su interlocutor en Sumar, el jefe de Gabinete de Díaz, Josep Vendrell, para tratar de llegar a un texto consensuado. Las conversaciones quedaron atascadas en el mismo punto y desde entonces, aseguran las dos partes, no ha habido nuevos intentos de negociación. Más bien al contrario, las declaraciones en público y en privado apuntan a una foto sin acuerdo para el domingo. 

La vicepresidenta segunda repite desde hace días, y lo ha vuelto a hacer este jueves, que Podemos no tiene excusas para no acudir el domingo. “En Sumar cabe todo el mundo, todas las formaciones. Por supuesto que también Podemos. Podemos ha jugado un papel clave en nuestro país y no hay ninguna excusa para que no esté”, dijo en declaraciones en los pasillos del Congreso. Díaz hizo además un nuevo llamamiento a la secretaria general del partido, Ione Belarra, para que asista y avanzó que el domingo habrá “mucha gente de Podemos”. 

Los líderes de Galicia y Navarra irán al acto

El mensaje llega después de que la coordinadora de Podemos en Navarra, Begoña Alfaro, confirmase que estará en el acto del domingo, en contra del criterio de la dirección nacional. También estará allí el secretario general de Podemos en Galicia, Borja San Ramón, afín a la dirigente gallega. El movimiento de la líder autonómica navarra y el mensaje en Twitter del vicepresident del Govern de Baleares, Juan Pedro Yllanes, han llevado al entorno de Díaz a hablar de cierta “rebelión interna” contra la posición de la dirección nacional. 

Yllanes, que publicó un mensaje en sus redes para enviar todo su “apoyo” a la vicepresidenta, confirma a este diario que no podrá ir el domingo al no haber conseguido cuadrar su agenda. En las últimas horas se había especulado también con la presencia el domingo de Covadonga Tomé, la candidata de Podemos Asturias, que ganó recientemente las primarias en esa comunidad frente a la candidatura que promovía la dirección nacional. Tomé ha trasladado también un mensaje de apoyo a Yolanda Díaz este jueves, pero ha lamentado no poder asistir debido a los incendios que están castigando esa comunidad.

En Podemos descartan que pueda haber nuevas adhesiones de líderes territoriales que alimenten esa “rebelión interna” que de momento se limita a dos comunidades y niegan por otro lado haber amenazado con represalias a aquellos que decidan ir. El sábado, el partido celebra un Consejo Ciudadano Estatal, la ejecutiva de la formación, donde deberá abordarse este asunto, siempre y cuando no haya un acuerdo antes de ese día con Sumar. 

Quienes sí estarán ese día, a pesar de contar con el carnet del partido, son el secretario general de Unidas Podemos en el Congreso, Txema Guijarro, y el portavoz de Galicia en Común, Antón Gómez-Reino. Los dos hace tiempo que se alejaron de la dirección del partido y responden a la ministra de Trabajo. También irán a Magariños los catalanes Jaume Asens o Jessica Albiach, que forman parte de Podemos pero que siguen las directrices de la coalición En Comú Podem, liderada por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, cercana a Yolanda Díaz. Como parte de ese espacio estará el ministro de Universidades, Joan Subirats, que ya intervino en un acto de Sumar en enero en Madrid. 

“El acuerdo está en manos de Yolanda Díaz”

Sumar se ha centrado en los últimos días en visibilizar las adhesiones de diferentes partidos, organizaciones y sindicatos que ya han anunciado que estarán allí, algunas incluso de fuera de España, como la Izquierda Europea y el Partido Verde Europeo. En clave nacional, ya ha confirmado su asistencia la plana mayor de Izquierda Unida, con Alberto Garzón al frente, el líder de Más País, Iñigo Errejón, las de Más Madrid, Mónica García y Rita Maestre, el de Alianza Verde, Juantxo López de Uralde, y los de Verdes Equo, Florent Marcellesi y Silvia Mellado. En las últimas horas han confirmado también su presencia la Chunta Aragonesista, Batzarre, el Proyecto Drago de Alberto Rodríguez, exsecretario de Organización de Podemos, o el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de Ceuta, de Fátima Hamed. Por parte de Compromís asistirá el alcalde de Valencia, Joan Ribó.

La imagen que se perfila le sirve a Díaz para tratar de mostrar a Podemos que ese día únicamente faltarán ellos. “Hago un llamamiento a la secretaria general de Podemos, me encantaría que estuviese porque el día 2 empieza todo y porque en los días clave de la historia, hay que estar”, dijo este miércoles la vicepresidenta para responder a los mensajes que le enviaron esta misma semana tanto Belarra como la ministra de Igualdad, Irene Montero: “El acuerdo está en manos de Yolanda Díaz”. 

Este jueves, Verstrynge trasladó la misma idea: “Para nosotros es prioridad un acuerdo entre Podemos y Sumar. Hemos hecho una propuesta sencilla y realista, unas primarias abiertas en las que pueda participar cualquier ciudadano”. En el partido creen que la petición que le están trasladando a Sumar es algo “mínimo”, un requisito básico que les proporcione garantías para poder asistir a ese acto. 

Díaz dijo este viernes, mucho más claro que otras veces, que habrá “primarias con garantías” en Sumar, pero Podemos quiere especificar que sean abiertas y sobre esa idea giró la negociación del fin de semana, sobre el texto de una declaración en la que Podemos ofrecía una redacción que garantizase primarias abiertas. El entorno de la vicepresidenta segunda traslada que esa concreción debe darse en una negociación con el resto de fuerzas, pero el temor de fondo que verbalizan algunas fuentes en Podemos es que Díaz ya haya alcanzado compromisos con otras formaciones que le impidan suscribir una declaración en la que se hable de primarias abiertas, algo que por otra parte niegan en Sumar y en el resto de partidos. Íñigo Errejón dijo esta misma semana que a su partido no le hacía falta “firmar ningún papel” para asistir a ese acto. 

Podemos también traslada, frente a la idea que quiere vender Sumar (“El 2 de abril empieza todo”), que el acto del domingo es simplemente eso, un acto. Y que su ausencia en ningún caso implicaría la ruptura de las negociaciones, que además no empezarían realmente hasta pasadas las elecciones autonómicas y municipales, por deseo expreso de las fuerzas regionalistas con intereses en esos comicios en los que en algunos casos compiten directamente con Podemos. Lo que nadie discute es que una imagen de completa unidad en el lanzamiento de la candidatura de Díaz enviaría un mensaje positivo tanto a la interna como al electorado antes de una cita en la que la izquierda mide por primera vez de manera general su peso después de la primera experiencia con un gobierno nacional de coalición. 

Temor en el PSOE

El último choque entre Podemos y Yolanda Díaz no ha venido sino a confirmar los temores que albergan desde hace meses en el PSOE sobre una hipotética división a su izquierda, un escenario que podría condenar a los socialistas a perder gobiernos municipales, autonómicos e incluso el Gobierno central. Fuentes de Ferraz señalan principalmente a Pablo Iglesias como el gran hostigador del Gobierno de coalición en su conjunto y de la vicepresidenta segunda en particular. E incluso hay dirigentes convencidos de que el exlíder de Podemos trabaja desde hace ya tiempo en una hipótesis rupturista del Ejecutivo y del propio espacio hoy aún llamado Unidas Podemos que él comandó. 

En la Moncloa, más prudentes, no esconden no obstante el profundo malestar que en el entorno del presidente del Gobierno han causado en los últimos meses actitudes públicas y privadas de dirigentes de Podemos e incluso de sus propias ministras Ione Belarra e Irene Montero. Ocurrió durante la negociación de la reforma del ‘solo sí es sí’, en cuya tramitación parlamentaria los de Belarra llegaron a comparar a sus socios con PP y Vox, y pasó también más recientemente con la moción de censura, cuando Podemos maniobró para intentar que las ministras de Derechos Sociales y de Igualdad interviniesen en la sesión. 

Esas tensiones han puesto en pie de guerra a cargos del PSOE, donde en las últimas semanas ha cundido la sensación entre varios dirigentes de que sus socios de Gobierno traspasaban las líneas rojas de cualquier convivencia y faltaban el respeto a sus siglas, como cuando se les acusó en el Congreso de traicionar a las mujeres. Pero el mensaje que está trasladando Pedro Sánchez entonces y ahora, cuando más frágil parece la unidad de la izquierda, es rotundo: defender el modelo de coalición progresista frente a un pacto de PP y Vox como alternativa de Gobierno. 

Esa orden de Sánchez estuvo implícita en la crisis de Gobierno que solo ha afectado a las dos ministras socialistas que concurren a las elecciones municipales. Creen en la Moncloa que cualquier ruptura abrupta con Podemos podría precipitar el final de la legislatura por el ambiente irrespirable que reinaría en la izquierda y la sensación de fracaso de la coalición que los socialistas piensan que no se corresponde con la realidad por el legado legislativo del Ejecutivo.

Es precisamente la idea que quiso contrarrestar Yolanda Díaz con el discurso en la moción de censura de la semana pasada, donde reivindicó uno por uno a los ministros y ministras del Gobierno y rescató las principales medidas de la coalición, como hizo el acuerdo de pensiones aprobado este mismo jueves en el Congreso, el primero, dijo Díaz, que recupera derechos. “De esto va la política”, suele repetir la vicepresidenta para rehuir las cuestiones internas que, a pocas horas del acto en Madrid, son ya ineludibles. “Creo que en los momentos que pueden cambiar la historia de un país se debe estar, yo lo haría así”, insistió este jueves para devolver la pelota al tejado de Podemos. Aunque el 2 de abril “empieza todo”, como sostiene Sumar, la negociación seguirá abierta después del domingo. Desde aquí hasta entonces los teléfonos siguen activados para un acuerdo o una vía intermedia que pueda servir como gesto para retomar las conversaciones al día siguiente.