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Las 38 horas de presión en el Gobierno y el PSOE que hicieron caer a Montón

Montón, minutos antes de presentar su dimisión en la sede del ministerio, este lunes.

Gonzalo Cortizo / Irene Castro / José Precedo

El Gobierno de Pedro Sánchez pierde al segundo ministro antes de cumplir los cien días. Carmen Montón, la gestora sanitaria que había encarnado la pelea contra la privatización de los hospitales en Valencia y las políticas para dar la vuelta a los recortes de Mariano Rajoy, deja su cartera, acorralada por las irregularidades de su máster. Antes había caído Màxim Huerta, a las pocas horas de ser nombrado ministro de Cultura, por un fraude fiscal que motivó una multa de Hacienda durante su etapa de presentador.

La presión en el PSOE e incluso dentro del Consejo de Ministras se había hecho insoportable desde el lunes, cuando eldiario.es destapó el rosario de falsedades en la forma de obtener un título en la Universidad Rey Juan Carlos. Pocos dirigentes socialistas entendían que se pudiera mantener en el puesto y menos después de que el PSOE hubiera presentado una moción de censura en Madrid contra Cristina Cifuentes, cuando este mismo medio desveló que sus notas habían sido falsificadas, y acusado duramente al nuevo líder del PP, Pablo Casado, por las falsedades de su currículum.

El presidente, Pedro Sánchez, optó por sostenerla, frente a la opinión de ministros y miembros de la dirección del PSOE, la tarde-noche del lunes durante una reunión en Moncloa, rodeado de sus principales asesores. Por si acaso, todo estaba listo para el relevo: el plan de comunicación, los argumentarios e incluso había un nombre para sustituirla en una cartera clave en el Ejecutivo. Pero Sánchez mandó parar. Y el Gobierno siguió el guión previsto. Este martes, Montón acudió a primera hora a una entrevista en la Cadena Ser, donde intentó dar explicaciones y trató de desvincularse de las irregularidades de la universidad, que a esa hora ya eran muchas. La última, que alguien había cambiado fuera de plazo una de las notas de su máster para convertir un no presentado en aprobado.

Los débiles argumentos de Montón aumentaron la desolación entre los dirigentes socialistas que veían amenazada una de las principales señas de identidad del proyecto, al que ellos mismos habían bautizado como “Gobierno de la dignidad”. Pero el plan seguía en marcha.

La portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, una persona de la máxima confianza de Sánchez, tenía la orden de comparecer sobre las 10:30, justo antes de entrar a la reunión del Grupo Socialista. Pero decidió esperar a que finalizase esa cita y no habló hasta dos horas después. En ese tiempo, las presiones sobre Sánchez y su equipo continuaron para intentar forzar la dimisión de la ministra. El presidente no cedió.

“Se ha enrocado, nunca lo había visto así ”, se lamentaba a esa hora uno de los dirigentes que había trasladado a Sánchez su opinión contraria a la continuidad de Montón en el Consejo de Ministras.

La portavoz parlamentaria se puso finalmente ante los micrófonos sobre las 12:30 para respaldar a Montón: “Ha dado todas las explicaciones, ha enseñado hasta correos electrónicos y comparecerá a petición propia [en el Congreso] porque no tiene nada que ocultar”. El ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, se pronunció en el mismo sentido, dentro de la estrategia urdida desde Moncloa.

Faltaba por defenderla en público el presidente, quien lo hizo a primera hora de la tarde: “Montón está haciendo un extraordinario trabajo y seguirá haciéndolo”.

Pero al escándalo del máster, otro más en la controvertida universidad Rey Juan Carlos, le quedaba un capítulo por escribir. La Sexta accedió a última hora del martes al trabajo de fin de máster que la ministra se había negado a facilitar desde que tres periodistas de eldiario.es acudieron el pasado día 4 se septiembre a preguntarle sobre su título. Ese documento que Móntón exhibió como argumento principal para desmarcarse de las irregularidades de dirigentes del PP como Cifuentes y Pablo Casado tenía muchas páginas plagiadas.

Moncloa activó de urgencia el plan B: la dimisión. Programó la comparecencia de Montón, se rescataron los argumentarios y se contactó con la sustituta de Montón, María Luisa Carcedo, hasta ahora comisionada del Gobierno contra la pobreza infantil.

La ministra compareció poco después de las 21 horas en la sede del Ministerio para anunciar su marcha y agradecer “el apoyo y la calidad humana del presidente del Gobierno”. Montón insistió en que hizo el máster “con esfuerzo”, negó ser responsable de ninguna irregularidad, e hizo repaso de los logros de sus primeros “cien días” en el gabinete de Sánchez. No llegó a cumplirlos. Al día 96 abandonó para que las noticias de su máster “no afecten al Gobierno”.

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