“Errejón ha estado acumulando fuerzas desde Vistalegre 2 para asestar este golpe”
“Qué te habrán hecho mis manos, qué te habrán hecho para guardar en el pecho tanto dolor”. Juan Carlos Monedero (Madrid, 1963) gusta de usar canciones populares en mítines, programas y entrevistas para explicarse. Cita este tango en el plató donde graba el programa En la frontera que emite Público. Allí recibe a eldiario.es para hablar largo y tendido sobre la, quizá, última crisis de Podemos: la ruptura total entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón.
Monedero intenta hacer un análisis político de los motivos que han llevado a Errejón a hacer su movimiento y de por qué, considera, se ha equivocado. Pero también trasluce enfado con el que fuera su alumno en la Facultad de Ciencias Políticas. “Errejón no es fundador de Podemos”, dice. “Si eres desleal con tu secretario general, estás debilitando el proyecto político y anteponiendo tus intereses personales al proyecto político. Eso es intolerable”, añade. Y sitúa en Vistalegre 2, la II Asamblea Ciudadana de Podemos, el momento inicial de la estrategia de Errejón: “Nunca aceptó el resultado”.
Pero Monedero cree también que puede haber entendimiento de alguna manera en el futuro y que, tal y como él mismo teorizó en su día, Podemos puede ser esa “nave nodriza” que articule a toda la izquierda impugnatoria española. Desde IU y Anticapitalistas, hasta el PSOE y el “nuevo partido” de Errejón.
El jueves pasado Íñigo Errejón anunció de forma unilateral que lanzaba su plataforma con Manuela Carmena, Más Madrid. ¿Estamos ante la primera gran escisión de Podemos?
No sé si lo relevante es ordenarla. En Vistalegre 2 se intentó hacer las cosas de manera diferente a como tradicionalmente las hacían los demás partidos. Pero tampoco ha funcionado. En el PSOE o en el PP, miramos a Eduardo Madina o Sáenz de Santamaría, el que pierde es defenestrado. En Vistalegre 2, al que perdió se le ofreció un puesto de máxima relevancia en el organigrama interno de Podemos, pero al final ha sido él el que no ha aceptado ese gesto que hizo el ganador y ha tenido un comportamiento que a mí me recuerda a un tango, Naranjo en flor, cuando dice: “Qué te habrán hecho mis manos, qué te habrán hecho para guardar en el pecho tanto dolor”.
¿Se equivocó Pablo Iglesias después de Vistalegre 2? ¿O el año pasado, cuando se filtró por error el documento de Carolina Bescansa que trazaba un plan para desbancarle de la secretaría general, aunque Errejón dijo que no estaba en aquella jugada?
Errejón, que es de profundas lecturas peronistas, siempre dijo después de Vistalegre que el que ganaba lideraba y el que perdía, acompañaba. Asumió tener un papel en la ejecutiva de simple acompañante: de hecho, no ha ido nunca. Al parecer, se ponía al servicio de la nueva dirección, pero lo que ha hecho ha sido acumular fuerzas para, en un gesto que a mí me desborda y me deja consternado, asestar un golpe en el quinto cumpleaños del partido. No el día antes o el día después, en el quinto cumpleaños.
Es un poco el ADN de Podemos en muchas ocasiones, ¿no? Los golpes de efecto.
Pero es que este parece del Joker de Batman, un comportamiento lleno de ira. Cuando Pablo Iglesias está de permiso de paternidad, a cuatro meses de las elecciones, arrastrando en su comportamiento a Manuela Carmena.
Me temo que Carmena no había evaluado en qué medida eso golpeaba a esa candidatura de unidad, de ilusión, de suma que se creó hace cuatro años. Fue precisamente Podemos quien la señaló como representante. En mi caso, decidí no presentarme a alcalde. La jugada de Errejón está llena de ira infantil. Me llama la atención que una persona madura y que conoce la política como Manuela la haya apoyado, sobre todo porque todo el mundo reconoce que se ha hecho mal.
Errejón tenía derecho a entender que el proyecto de Podemos ya no funciona, tenía derecho a buscar la construcción de un nuevo partido, tenía derecho a no aceptar el resultado de Vistalegre, tenía derecho a anteponer su proyecto personal a cualquier otro proyecto existente. Pero todo el mundo reconoce que lo ha hecho con unas formas inadecuadas. Sobre todo, porque ha roto su palabra. Creo que eso le debilita, y debilita a Manuela Carmena.
En el bloque de poder de la derecha, pese a estar fragmentado, se encuentran entre ellos sin mayor problema. Y el bloque que tenemos que construir en ese amplio espectro de la izquierda se dificulta cuando se rompen las reglas básicas de la cortesía política, que es lo que ha hecho Íñigo.
¿Cree que Errejón y Carmena contaban con ganar el pulso, con que Pablo Iglesias no viera el órdago?
No han contado con que hay unas bases de Podemos que a lo largo de estos cinco años han ido consolidando una identidad de partido. Son las bases las que han tomado las grandes decisiones en esta organización. Son las bases las que han hecho las campañas electorales, las que han prestado dinero a Podemos para poderse presentar, las que han aguantado las acusaciones de todo tipo. Y pensar que esas bases van a tolerar sin más que en su quinto cumpleaños, cuando estaban preparándose para celebrarlo con globos, se los pinchen... Pensar que esa gente no se va a enfadar...
¿Confiaba Errejón en que, después del anuncio de la plataforma con Manuela Carmena, la respuesta de Podemos iba a ser aceptarlo por un bien superior como conservar el Ayuntamiento?
Le he dicho muchas veces a Errejón que a veces su comportamiento me parecía el de los niños que creen que los actos no tienen consecuencias. Que tú hagas cosas y pienses que los demás no van a reaccionar es absolutamente infantil. A veces creo que igual que los dioses antes de perder a los grandes hombres los ciegan, siempre he tenido la sensación de que algunos medios de comunicación ciegan a Errejón, presentándole un mundo que no se corresponde con el real.
Uno de los rasgos principales del peronismo es la lealtad, hasta el punto de que tienen incluso un Día de la Lealtad. Y estamos hablando del jaque Pastor, donde su mano derecha, que era Sergio Pascual, estaba en un chat junto con otros, donde también estaba Íñigo Errejón, planeando un ataque a la dirección de Podemos. También del Telegram de Carolina Bescansa. Son demasiados elementos donde él no termina de aceptar que en Podemos la gente le quería para algunas cosas, pero no para dirigir el partido. Creo que el no aceptar ese mandato le ha llevado a crear un partido propio.
¿Es este el germen de un partido propio? ¿No hay marcha atrás en esto?
Todo el ámbito de esa gran familia, o de ese gran aire de familia de la izquierda, va a tener que hablar, pero desde diferentes lugares. Hace cinco años, mi hipótesis sobre Podemos, que era muy diferente de la de Errejón y de la de Iglesias, planteaba que íbamos a tener muy buen resultado y que eso iba a generar una gran coalición entre PSOE y PP. Eso iba a generar que una parte del PSOE se iba a ir de ese partido e iba a integrar un frente amplio donde Podemos iba a ser la nave nodriza. De manera que íbamos a reconstruir un frente amplio donde Podemos era la centralidad de ese bloque de la izquierda, donde había una derecha que era el PSOE, y había una izquierda que eran IU y Anticapitalistas.
Con las vueltas que da la historia, impredecible, nos encontramos con que ese escenario sigue siendo válido. Estamos en un momento en el que esa derecha de la izquierda que iba a ser la socialdemocracia tiene un espacio curioso porque Sánchez, por una serie de carambolas, es presidente del Gobierno. Sigue teniendo una lucha interna entre su parte más coherente y otra parte amplia que estaría encantada de irse con Ciudadanos. Nos encontramos con que Podemos, liberado un poco de esa pérdida de energía constante de la lucha interna, puede reforzar su consistencia y tendrá que discutir con esa derecha que representa el sector de Errejón y el PSOE. Y tendrá que discutir con la izquierda, con IU y los Anticapitalistas.
El problema de fondo es si realmente hay un hueco para ese ámbito que quiere representar Errejón. Es una cosa que he podido discutirla con él y siempre le he planteado que Gabilondo no es [Antonio Miguel] Carmona. Y si no marca una diferencia vinculada al ciclo de impugnación del modelo neoliberal, que es lo que determinó el nacimiento de Podemos, no hay un hueco para ese espacio.
¿Hay diferencias tan grandes como para necesitar dos partidos?
El ciclo de impugnación sigue abierto, sigue habiendo desahucios, las desigualdades son brutales, como demuestra el informe de Oxfam. Estamos hablando de 600.000 familias en España que no reciben ni un solo ingreso, de sueldos de miseria, de más de un 13% de trabajadores pobres. Y si ese aire de familia de la izquierda no representa esa frustración, lo va a representar Vox.
Ese ha sido siempre el debate teórico que he tenido con Errejón. El populismo es un momento destituyente, momentáneo, fugaz. Pero después tiene que venir el momento constituyente. Siempre le decía que no podemos hacer política diciendo “casta, casta, casta”... Hay que plantear, sobre todo, un programa alternativo, y si tu programa alternativo es simplemente el populismo, va a venir otro más populista que tú y te va a comer el bocadillo, que es lo que pasa con Rivera y con Abascal.
En ese marco populista lo relevante es la persona. Le escuchamos estos días y parece que él fuera a salvar todo un ámbito de impugnación del modelo neoliberal, pero realmente sin impugnarlo, porque al final dices que te vas a sentar con Vox o dices que hay que convivir con Uber.
No basta con que digas que eres tan importante, tan inteligente, un líder tan capaz porque lo dicen todos los medios de comunicación, que con mi mera presencia voy a transformar todo. Como decía antes, los dioses a los grandes hombres antes de perderlos los ciegan. Creo que eso también demuestra la falta de rumbo ideológico de todo lo que estamos viendo.
¿Y diferencias ideológicas?
Yo creo que las diferencias son tácticas y que los espacios políticos están dictados por cálculos de poder. Igual que ocurrió con Sánchez, que se hizo de izquierdas porque Susana Díaz estaba en la derecha. Si hubiera sido al contrario, Sánchez disputaría el hueco a Ciudadanos.
Dicen los medios que Errejón estaba a favor del gobierno de Sánchez con Rivera. Sin embargo, Errejón pidió el voto en contra de ese acuerdo. Fueron los medios quienes construyeron después esa diferencia. Errejón vio que las bases de Podemos iban a votar en contra, como ocurrió, y él dijo que iba a votar en contra. Sólo cuando los medios construyen esa imagen del Errejón moderado contra el Iglesias radical, él deja que se construya ese relato. Pero es mentira. No hay ni un documento ni una declaración del errejonismo a favor del acuerdo de Sánchez con Rivera. Y Errejón termina aliándose con los anticapitalistas en la disputa de Madrid. El grupo PRISA necesita inventar a un Errejón moderado para debilitar a Iglesias. Pero ni Iglesias es tan radical ni Errejón tan mojigato.
A Iglesias le pesa la tradición familiar de defensa de los trabajadores en la dictadura. Errejón es menos rehén de esos compromisos. Por eso pudo decir que se sentaría a discutir con VOX. Pero no porque tenga nada que discutir con ellos. Sino porque cree que eso le hace sumar votos.
Sitúa a Errejón a la derecha de Podemos. Desde Vistalegre 1 ha habido ese mar de fondo que daba a entender que podía terminar en el PSOE. ¿Cree que realmente esto es posible?
Creo que posible es, pero no probable. Cuando yo digo “la derecha”, fíjate que no lo digo en el continuum izquierda-derecha tradicional. No me refiero a eso, porque creo que Podemos sí que ejerce la transversalidad. Cuando digo “la derecha” es por cómo te posicionas respecto al statu quo. Es un matiz sutil, pero creo que muy relevante.
Todos en Podemos asumimos la transversalidad, todos en Podemos asumimos que hay mucho votante que ha votado al PSOE que nunca va a votar al PCE o a IU. Hay mucha gente que quiere estar en un ámbito de transformación, pero no quiere llevar la mochila de los errores de la izquierda durante el siglo XX. Eso lo entendemos. Entendemos perfectamente que la izquierda fue derrotada en los años 70, que hay que reinventarla, que hay principios que la izquierda siempre ha despreciado y que hay que incorporar, como una parte de mérito o esfuerzo, y hay una reinvención de ese espacio llamado antaño 'izquierda' al que acabo de dedicar un libro entero.
Podemos tendría que asumir la centralidad, que no es igual que el centro, que va a tener una parte más clásica por la derecha y una parte más clásica por la izquierda. La parte más clásica a la derecha es la que tiene que ver con el PSOE, que a su vez coincide con la que está más dispuesta a negociar con lo existente. Mientras que la parte de la izquierda está más dispuesta a vivir de la nostalgia. En el nacimiento de Podemos criticábamos las dos cosas: tanto a los nostálgicos como a los conformistas.
¿Y no pierde Podemos sin Íñigo Errejón parte de esa transversalidad que reclama como hecho fundacional del partido?
La pierde Podemos, pero la tiene que ganar ese frente amplio.
¿Cree que habrá una reunión, quizá posterior a las municipales, de las distintas piezas que podrían componer ese bloque histórico del que ha hablado Pablo Iglesias?
Hay que ver en qué queda todo. Yo creo que las propuestas de Errejón son equivocadas políticamente. Él está reclamando para la Comunidad de Madrid el modelo de Andalucía, que ha fracasado. Produce cierta consternación escucharle decir que lo que sucedió en Andalucía le ha llevado a dar este paso.
Si entiendo bien, la lectura es que el fracaso en Andalucía te lleva a hacer lo mismo que en Andalucía, donde no se ha presentado Podemos. En Andalucía se ha presentado una nueva plataforma, supuestamente más amplia, muy ligada al personalismo, muy ajena a las agendas que hemos manejado en el conjunto del estado, y el resultado ha sido catastrófico.
Para el PSOE también.
Claro. Por eso insisto en que el planteamiento de Errejón no se sostiene. Me llama mucho la atención que los medios de comunicación no le digan: oiga, lo que está usted planteando es idéntico a lo que se ha hecho en Andalucía y, por tanto, si lo que está usted diciendo es que lo que le ha llevado a dar este paso ha sido lo sucedido en Andalucía, debe usted hacer otra cosa. Como, por ejemplo, presentarse con el nombre de Podemos, y no lo contrario. Son movimientos a los que solo les veo lógica en la medida en que Íñigo se considera personalmente un candidato muy capaz que no acepta el resultado de Vistalegre 2.
Pero él no compitió directamente con Iglesias en Vistalegre. Podría haber modificado un poco los porcentajes, pero Iglesias iba a ganar Vistalegre.
No lo pensaba así Errejón y no lo pensaba así el grupo Prisa ni Susana Grisso. Por tanto, el mainstream de los medios españoles apostaba claramente por Íñigo Errejón y luego, estaban consternados. Estaban casi más consternados algunos periodistas que los miembros de la candidatura de Errejón.
Por edad, me he considerado autorizado para regañar a Íñigo en algunas cosas. Y un regaño recurrente es que no termina de atreverse.
Pero se ha atrevido esta vez.
No se ha atrevido. Fíjate que no se atrevió en Vistalegre 2, cuando puso esa foto de cartón piedra de Pablo Iglesias. Si le disputas el liderazgo a Pablo Iglesias, atrévete. Pero no se atrevió. Igual que ahora, de repente, no se atreve a decir que monta un partido, deja Podemos, el escaño y los cargos. Se refugia en el ala reconfortante y experimentada de Manuela Carmena como el ala protectora que cubre comportamientos sádicos, como anunciarlo el día del quinto cumpleaños [de Podemos] sin dejar el escaño ni irse del partido.
Por eso no tengo claro si realmente va a tener futuro el movimiento de Íñigo Errejón. Fíjate que si es un movimiento sustentado sobre Manuela Carmena, Manuela Carmena ha planteado que en política está porque se lo han exigido y estará hasta que esté.
Manuela Carmena iba a estar durante una sola legislatura y ya vamos a por la segunda.
Sí, pero con muchos peros y planteando con absoluta claridad que es la última. Y es precisamente por el hecho de habérsela exigido tanto que ella también ha tomado decisiones que en otras situaciones no hubiera planteado. Yo siempre he compartido con Manuela una mirada crítica con los partidos y al final ella monta un partido. A mí esto me hace reflexionar y me asusto un poco porque a ver si vamos a resucitar el cantonismo. Imaginemos que hay en cada provincia una personalidad que articula un partido en torno a una persona y al final resulta que en vez de articular un proyecto de país, articulamos 52 nichos donde cada uno se las apaña como puede.
Sería un profundísimo error y creo que eso es un error que comete Manuela en la medida en que se le ha exigido tanto que al final ha dicho que será ella pero poniendo sus condiciones. Creo que no hay que exigir tanto a la gente que asuma cargos porque las cosas tienen que ser más fluidas.
Tendríamos que diferenciar lo que son los partidos y lo que son las posiciones partidistas. Odiamos el partidismo, odiamos el politiqueo, pero los partidos políticos son estructuras más fiables que las personas. ¿A quién le rinden cuentas las listas Macron?
Macron lanzó una plataforma y ahora está intentando construir un partido. ¿Cree que esa es la intención de Errejón?
Sí, pero no funciona en casi ningún lado. Los partidos tienen órganos colegiados, tienen deliberación, tienen responsabilidades. Los partidos no deciden de repente hacer esto o aquello. ¿Sabes cuál es un problema terrible? Y esto lo he visto mucho en América Latina, en Europa y en España. Cuando las listas se construyen en términos muy personalistas, al final esas personas, que tienen un aura de legitimidad carismática, terminan haciendo recaer su máxima confianza en familiares. Y eso es un problema porque un yerno, un primo, un cuñado o un hijo... Hay que tener cuidado porque son gente que no pasa ningún tipo de filtro electoral.
O las parejas, ¿no?
Que las parejas hagan política es una constante porque nosotros nos juntamos con la gente que es afín a nosotros, y no es extraño que cuando tienes una vida militante tu pareja también sea militante. Yo no lo plantearía en términos de pareja y por eso lo dejo fuera. La pareja, en tanto en cuanto está legitimada electoralmente, para mí es correcta. Ahí están Pepe Mujica y Lucía Topolansky, los dos guerrilleros, presos, militantes y en el gobierno; y a nadie se le ocurriría decir que es una pareja política ilegítima.
Pero hay otros ejemplos en los que dices, ¿y esta persona de dónde ha salido? Y eso es porque al faltar el partido, las estructuras de confianza las tienes en tu entorno más personal. Esas listas tan personalistas son peores que los partidos políticos.
¿Ha hablado con Errejón después del anuncio del jueves pasado?
No.
¿Cuándo fue la última vez que habló con él? No sé si mantienen algún tipo de contacto.
A Errejón y a mucha otra gente que está con él les tengo mucho cariño porque han sido alumnos y, cuando eran alumnos, yo era un profesor de referencia de ellos que siempre les ha acompañado. Siempre les he cuidado y ellos siempre han tenido una relación conmigo en esos términos. Mi relación con Errejón siempre ha sido de cariño, incluso cuando ha metido la pata, que creo que lo ha hecho muchas veces. Mi cariño por él sigue intacto.
Yo le he avisado muchas veces diciéndole que creía que estaba equivocado, pero las cosas se enfrían cuando ves que no hay ningún tipo de ascendencia. Que dices que las cosas van mal y ves que al final no se traduce en nada
Entrevistó en el programa a Carmena hace un par de meses. ¿Hubo algo en esa entrevista que le hiciera pensar que esto podía ocurrir?
No.
¿Cuál cree que ha sido el detonante? ¿Cree que lo tenía pensado desde Vistalegre? ¿Desde lo de Bescansa? ¿O desde que la dirección de Podemos expulso a Rita Maestre y al resto de concejales del Ayuntamiento?
Creo que todo ha formado parte de la misma estrategia.
Pero ¿dónde arranca esa estrategia?
Seguramente en Vistalegre II. Creo que Íñigo nunca aceptó el resultado y lo sé también por amigos compartidos, que él no entendía haber perdido Vistalegre 2 porque, como te decía, se había creído el discurso de los medios que le daban ganador. Una frase que ha repetido mil veces Íñigo es que no le gusta perder ni a las chapas.
Pablo Iglesias también lo ha dicho muchas veces.
Sí, sí. Porque fíjate que, curiosamente, Pablo e Íñigo han tenido más en común que ellos dos conmigo, también por edad. Creo que cuando eres mayor sabes que, inevitablemente, te vas a caer, te va a tocar levantarte, te va a tocar otra vez caerte. Y eso te hace menos amargo ante los fracasos. Pero el fracaso de Errejón en Vistalegre le dejo en shock porque no podía entender cómo unos votantes equivocados no habían hecho lo que todos los medios de comunicación decían que había que hacer y deseaban que ocurriera.
Cuando confundes tus deseos con la realidad, la vida te da un golpe y te quedas en shock.
Hablábamos de Vistalegre II, pero si nos remontamos a Vistalegre I, a esa foto de los cinco llamados cofundadores de Podemos...
Bueno, a los que llamaron cofundadores porque en esa foto no están todos. Por ejemplo, Errejón no es fundador de Podemos.
Eso ya lo dijo Pablo Iglesias en el cierre de campaña del 26J en Madrid, donde hizo una breve cronología de cómo había sido el proceso fundacional de Podemos y dijo que “Íñigo y su gente llegaron los últimos”. ¿Se arrepiente de haber hecho ese trabajo de convencer a Íñigo Errejón para que se sumara a Podemos?
No. Ni mucho menos. Siempre pensé que no iba a cometer el error de mis mayores, que se caracterizaban por su falta de generosidad. Me tocó una generación en la que los que mandaban entonces siguen mandando ahora. Yo entendí que le tocaba a otra generación y creo que Íñigo y también Pablo y la gente joven tenían una ambición que yo no tengo. Y creo que su ambición compensaba la falta de la mía. Y entendía que ellos tenían un empuje, unas ganas, un hambre de gol.
¿Hay una generación que se ha visto defraudada?
¿Sabes qué problema había también? Que esta generación no se dio cuenta de que la generosidad de darles paso no debían confundirla, como hicieron, con pensar que Podemos era algo que se habían inventado ellos en un garaje, como Bill Gates con Microsoft. Sino que tenían que darse cuenta de que, de hecho, al principio, los medios de comunicación me señalaban siempre como el número dos porque era el más conocido y recorría España con Pablo y con Miguel Urbán montando círculos. Y recuerdo que Íñigo quería ser número dos.
Y lo acabó siendo.
Sí, sí. Es curioso que ahí ya hay un problema de fondo inicial porque Íñigo en el autonombramiento de la ejecutiva dice que es secretario Político, algo que no existe en ningún partido.
Inicialmente lo que era positivo para Podemos, esa amistad de ese núcleo promotor, en un momento dado se convierte en un problema porque los amigos, cuando te han votado cinco millones de personas, tienen que entender que la relación no puede ser ya solamente de amistad. Tiene que ser también orgánica porque estamos representando a mucha gente. Y eso implica dejar de lado esa relación originaria porque estamos en otra pantalla. Creo que eso nunca lo aceptó Bescansa, nunca lo aceptaron Errejón o Alegre.
De aquella foto en primera línea solo queda Pablo Iglesias. Y usted es el único que respalda al secretario general de Podemos.
Si nos metemos en política debemos ser responsables y una obligación de la gente que hace política es apoyar críticamente siempre a su secretario general, porque si eres desleal con tu secretario general, estás debilitando el proyecto político y anteponiendo tus intereses personales al proyecto político. Eso es intolerable.
Curiosamente yo soy el menos partidario de todos. Luis Alegre venía de militar en los Anticapitalistas. Errejón, en formaciones de la izquierda anarquista. Y al final, a esta gente que debía tener una disciplina de partido superior a la mía, que siempre he sido más libertario, tengo que decirles que no confundan sus posiciones personales con las obligaciones que tiene un partido político. Y eso ha ocurrido.
Eso se ve en el comportamiento errático de Bescansa, que quiso presentarse para ser secretaria general en Vistalegre 2, fue vapuleada y después comete un acto terrible con esa estrategia chusca donde, supuestamente con Errejón, ella va a ser la número dos en Madrid e iba a revertir la dirección de Iglesias. Después intenta presentarse en Galicia y no saca ningún resultado y ahora, a esperar a la siguiente. Por eso digo que esa idea inicial de unos amigos en algunas personas no se ha traducido en entender que esto es una opción política de los fundadores.
Pero algo tiene que ocurrir al otro lado para que de los cinco, tres, incluido Luis Alegre, una persona muy fiel a Pablo Iglesias y con una amistad más profunda con Iglesias que la que tenía Íñigo, se hayan separado.
Seguramente formará parte de una reflexión que deberá hacer Pablo Iglesias. Podría haberlo hecho algo mejor. Parece que es evidente. Aunque es verdad que la política genera, como decía Andreotti, amigos, conocidos, adversarios, enemigos y compañeros de partido. Seguro que Pablo Iglesias hace esa reflexión. Y que cuando mira si ha merecido la pena el esfuerzo de estos cinco años, él valorará la ruptura que ha tenido con sus amigos.
Me consta que le ha dolido. Igual que le ha dolido mucho el comportamiento de Errejón. Iglesias es una persona muy sentimental .
¿Se plantea Monedero regresar a la primera línea? ¿Ser candidato en mayo?
Yo no me he ido nunca de la primera línea.
Me refiero a volver a la dirección o a encabezar una candidatura.
El hecho de que esté en los medios y siendo crítico con los medios es una forma de estar en Podemos. Pero no rehuyo tu pregunta.
Yo no he querido ser candidato. En una reunión donde estaban Errejón, Alegre y Bescansa me obligaron a aceptar la candidatura de Podemos a la Alcaldía en Madrid. Hice una evaluación sobre pros y contras, quién podía ganar y decidí no ser candidato, generándole un problema a Podemos que devino en la elección de Manuela Carmena. Se me ha preguntado muchas veces si quería ser eurodiputado, diputado, alcalde, cualquier cosa que quisiera. Pero mi espacio no está ahora mismo en puestos de representación y, por tanto, no lo considero.