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El Gobierno admite la pérdida de control sobre la legislatura

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la tribuna de oradores del Congreso. /EFE

Gonzalo Cortizo

Rajoy “está enfadado y cansado”. Lo dice una de las personas que trabaja mano a mano con el presidente y que le acompaña en sus desplazamientos a diario. Se trata de un enfado que el presidente no quiso ocultar durante la rueda de prensa, en la que valoró la decisión de Pedro Sánchez de ponerse a buscar cualquier equilibrio parlamentario para echarlo de Moncloa. En esa comparecencia, el presidente del Gobierno dio más pistas, al hablar en pasado de su gran logro reciente: los presupuestos. Fuentes de Moncloa admiten que mantener el Gobierno ya no está en su mano y reconocen las opciones del secretario general del PSOE: “Puede ganar”. Por ahora, Rajoy aplicará la técnica que más éxitos le ha granjeado: estarse quieto.

El PP ha perdido el control de la legislatura que creyó suyo hace solo unos días, tras la aprobación en el Congreso del proyecto de Presupuestos Generales del Estado. En cuestión de horas, se ha esfumado la euforia. La convicción de que Rajoy podría agotar su mandato se ha consumido en un tiempo record, alimentada por la sentencia del Caso Gürtel.

“Nosotros tenemos la confianza ganada hace 72 horas con los presupuestos. No nos examinamos, se examina el señor Sánchez”, aseguran en Moncloa. Tras conseguir el equilibrio parlamentario para sacar sus cuentas, Rajoy fía ahora toda su suerte a lo que decida hacer el PNV y a la discusión desatada en el independentismo catalán sobre qué hacer con sus votos en el Parlamento español, el día de la moción de censura.

En el Gobierno y en el Partido Popular no quieren presionar al PNV ni insinuar que los compromisos millonarios pactados entre ambos podrían venirse abajo en el Senado, en donde el PP conserva la mayoría absoluta y por donde todavía deberán pasar los presupuestos, antes de su aprobación definitiva. “Nosotros no jugamos con las cosas de comer. No tiene sentido volver a abrir una subasta. Bastante hemos tenido”, aseguran fuentes de Moncloa.

La opinión de la dirección del PP es la misma. Fuentes de Génova afirman que no se presentarán enmiendas a los presupuestos en el Senado “porque eso implicaría que después habría que volver a llevarlos al Congreso”, alargando los plazos y complicando la posibilidad de que el Gobierno llegue a tiempo para sacar sus cuentas y tenga margen para presentar a Europa la nueva cifra de techo de gasto. Rajoy se sigue comportando como si no estuviera amenazado por una moción de censura.

En Moncloa hay dudas sobre la postura de Albert Rivera: “Ciudadanos no quiere apoyar la moción de censura, pero tampoco sabemos lo que quieren hacer”, aseguran. Sin descartar las posibilidades de Sánchez para salirse con la suya, en el entorno del presidente creen que la suma con independentistas se presenta muy complicada: “Son muchos, muy variados y con intereses contrapuestos”.

En Génova están convencidos de que “la moción de censura no tiene sentido” pero afirman que si sale adelante Sánchez “va a sudar tinta para gobernar con 84 diputados”. En ese análisis coincide el entorno del propio líder socialista: “Va a ser difícil”, asegura uno de los principales asesores del candidato a quitarle a Rajoy las llaves de Moncloa.

En cualquier caso, el PP asume el movimiento del líder socialista con mucha preocupación: “No creo que tengamos mucho margen de maniobra”, asegura un miembro de la dirección popular.

Rajoy, mientras tanto, ha decidido anular su visita a Kiev para asistir a la final de la Champions: “Lo del fútbol no dejaba de ser un palizón, cinco horas de ida y otras tantas de vuelta”, dicen en Moncloa. Según su entorno, el presidente quiere analizar la situación y empezar a preparar el debate que habrá de encarar en la fecha que decida la presidenta del Congreso, Ana Pastor.

Lo que por ahora se descarta es el único movimiento con el que Rajoy podría frenar de inmediato la moción de censura: dimitir. La ley le impide disolver Las Cortes y convocar elecciones con una moción ya registrada pero no le limita para presentar una dimisión sin más. En ese caso, la moción decaería y en su lugar se convocaría una sesión de investidura, para la que el rey tendría que abrir un periodo de consultas y proponer un nombre. Sobre la opción de dimitir se manifiesta rotundamente una de las autoridades más próximas al presidente: “Ni te lo plantees”.

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