Iván Redondo, un jefe de Gabinete para “ampliar el ancho de banda” del Gobierno

“Siempre he sido una persona discreta. Creo mucho en la discreción y en la prudencia”. Iván Redondo (San Sebastián, 1981), el recién elegido director de la Oficina o jefe de Gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se describía a sí mismo con esas palabras en una entrevista que le realizó el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en su programa Otra vuelta de tuerka, en 2016. Discreción y prudencia son las dos cualidades han guiado en los últimos días el camino de Sánchez de la oposición de Estado a la moción de censura y de allí a la configuración de un Gobierno inédito que ha provocado muchas sorpresas. Porque en todo el proceso estaba Redondo, en la sombra, trabajando por el histórico cambio político que, por primera vez, ha dado el Ejecutivo al triunfador de una moción de censura.

Discreción y prudencia han sido también las premisas con las que Redondo llegó a la vida de Sánchez, hace ocho meses. Trabajadores de Ferraz reconocen que así se ha movido este licenciado en Humanidades y Comunicación en la Universidad de Deusto, especializado en Información Económica en la Complutense de Madrid, por la sede socialista y junto al líder del PSOE. “Lo habré visto una vez”, apuntaba una empleada. Y con discreción y prudencia realizará su trabajo hasta el final de la legislatura, evitando hablar directamente con los medios de comunicación y centrándose en su papel de estratega político y comunicativo.

Es una tarea que lleva realizando desde hace años, primero en el Gabinete de la Presidencia del Sindicato Nacional de Enfermería (SATSE), después en la prestigiosa agencia Llorente & Cuenca y, más tarde, en su propia consultora Redondo & Asociados Public Affairs Firm. Su primer contacto con la política se dio en el PP de San Sebastián, su ciudad natal. A ese mismo partido estaría vinculado durante años desde finales de los años 2000 y hasta 2015. Asesoró al expresidente del PP vasco Antonio Basagoiti durante y después de la campaña electoral de 2009. También contribuyó a aupar a la Presidencia de la Junta de Extremadura a José Antonio Monago, de quien fue jefe de Gabinete entre 2011 y 2015. Ese último año también aconsejó al entonces alcalde de Badalona y hoy líder de los populares catalanes, Xavier García Albiol.

“No actúa en función de ocurrencias”

A quienes han trabajado con él les ha sorprendido más bien “nada” el acontecer de los últimos días que ha llevado a Pedro Sánchez a la Moncloa en apenas una semana, algo que, conociendo al personaje, dicen que estaba “bien medido y meditado”. Uno de los asesores del PP que fue compañero de Redondo en una de sus etapas en las filas populares no escatima en calificativos positivos hacia él: “Es muy currante y todo lo que plantea tiene justificación. No actúa jamás en función de ocurrencias”.

Una de sus cualidades es que “siempre trata de dar aire fresco a las organizaciones en las que trabaja. Siempre aporta algo nuevo y no se acomoda en la tradición que mantenga el partido o la empresa en la que esté en ese momento. Suele ser innovador y rompedor”, explican quienes en su día estuvieron bajo su mando. Además, añaden, “tiene una trayectoria que le avala” porque “las cosas que él hace siempre aportan resultados”. No necesariamente más apoyo electoral pero sí que “su aportación profesional” produce “cambios positivos” allá donde va.

Con Basagoiti, la campaña pilotada por Redondo recibió un premio de la Asociación Americana de Consultores Políticos (AAPC). En el anuncio de televisión premiado aparecían niños y niñas de entre 6 y 15 años con el eslogan “Quiero ser lehendakari” y finalizaba con el mensaje “Vuelve a creer en la política”. En cuanto al anuncio impreso galardonado, consistía en una fotografía infantil del candidato del PP con el lema “Hola, soy Antonio Basagoiti y quiero ser lehendakari”. Fue algo rompedor para la época.

Maestro de “la política pop”

También fue novedosa la campaña que aupó a Monago a la presidencia de Extremadura tras décadas de socialismo. Se optó por una estrategia que ponía en el centro a la figura del que se convertiría en el jefe del Ejecutivo autonómico y no tanto al partido, que nunca ha llegado a tener calado en una comunidad donde el PSOE tiene una fuerza determinante. Una vez nombrado jefe de Gabinete, allí llegó a ser llamado “el octavo consejero” porque se le asignó “rango de consejero”, y se sentaba en las reuniones del Consejo de Gobierno.

Cambió la imagen de los populares extremeños hacia una más campechana y cercana, con un Monago presumiendo de su antigua condición de bombero, con el casco puesto encima de las rodillas. Y su trabajo generó entonces un fuerte rechazo en el PSOE que estaba en la oposición. El pasado septiembre, cuando se conocía el fichaje de Redondo por parte de Pedro Sánchez, el hoy presidente y líder de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara, aseguraba: “Como suele decir el refrán, lo que nos quedará por ver; son hechos que ocurren”. Atribuía la decisión de su jefe de filas a que Sánchez creería que “puede aportar cosas positivas al trabajo que tiene que desarrollar”.

Asimismo, fue impactante, aunque generó un fuerte rechazo por su contenido xenófobo, el mensaje 'Limpiando Badalona' que acompañó a Albiol en su campaña a las municipales y que también surgió de la estrategia de Redondo.

Es considerado un “renovador” que introdujo “la política pop” en los mítines políticos, con actuaciones de grupos en directo o con proyecciones. “Además, es una persona que trabaja con mensajes transversales y que busca que el ancho de banda de los partidos sea muy grande. Hace aportaciones profesionales válidas para unos y otros independientemente de su ideología con mensajes transversales”, señalan quienes trabajaron con él. Es en esa línea en la que enmarcan la configuración del nuevo Gobierno, con perfiles que pueden gustar a izquierda y derecha. Y será la estrategia que marcará previsiblemente la acción del Ejecutivo y la campaña del PSOE a las próximas generales.

“La política es un deporte de equipo”, aseguraba este jueves en el programa Espejo Público en el que actuó como asesor político en los últimos años, cuando le preguntaban por su contribución a derrocar a Mariano Rajoy. Y lanzaba un mensaje claro sobre cómo será su gestión en la Moncloa: “En España toca modernidad, intentarlo al menos”.