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El PP y Franco: de alabar al dictador en la fundación de AP a evitar condenar el régimen y callar ante la exhumación

Casado, este miércoles, durante su visita a la Comunidad Valenciana.

Iñigo Aduriz

Alianza Popular (AP), germen del actual Partido Popular (PP), fue fundado como federación en octubre de 1976 por seis exministros franquistas –Manuel Fraga Iribarne, Cruz Martínez Esteruelas, Federico Silva Muñoz, Laureano López Rodó, Gonzalo Fernández de la Mora y Licinio de la Fuente– y un exalto cargo de la dictadura –Enrique Thomas de Carranza–. En marzo de 1977, en un congreso histórico, la organización se convertía en partido reivindicando “la memoria” del dictador y ante unos 3.000 simpatizantes que, según la prensa de la época, gritaban: “¡Franco, Franco, Franco!”.

43 años después, el PP surgido en 1989 de la refundación de AP, sigue condicionado por esos orígenes. El partido ha evitado condenar la dictadura en Las Cortes hasta en seis ocasiones y ahora ha decidido guardar silencio ante la exhumación del dictador prevista para este jueves. Su líder, Pablo Casado, no dedicó ni una sola palabra al desentierro en su única intervención pública de este miércoles, unas horas antes de la exhumación. El PP trata de mantenerse al margen de la iniciativa con la que el Gobierno pretende dar cumplimiento a la ley de memoria histórica, que los de Casado consideran “electoralista” y que, a su juicio, no atiende a las “prioridades” de los españoles.

Se trata de un argumento que también comparte ahora Ciudadanos, una formación que, a diferencia de la de los populares, en el pasado reciente sí se manifestó a favor de la exhumación pero que en su actual giro a la derecha, en plena lucha con el PP por el electorado más conservador y por convertirse en el principal partido de la oposición a Pedro Sánchez, se ha mimetizado con la posición de los populares al respecto.

En julio de 2018, a punto de que el Ejecutivo aprobara la exhumación, Casado ya se puso de perfil y evitó respaldar el desentierro: “Yo no gastaría un euro en desenterrar a Franco y no gastaría un euro en volverlo a enterrar”, dijo entonces. El mes pasado insistió en esa idea y criticó al Gobierno por preocuparse “más por los dictadores muertos que por los vivos”, en alusión al presidente venezolano, Nicolás Maduro. Y la semana pasada criticó que el Ejecutivo vaya a desenterrar a Franco durante la precampaña del 10N, a pesar de que la iniciativa se aprobó hace más de un año por una amplia mayoría del Congreso, pese a la abstención de PP y Ciudadanos.

Un tema “que le interesa a la izquierda”

Ante la campaña electoral, la dirección popular llegó a enviar una consigna a todos sus cargos orgánicos: centrarse en hablar en la economía y en la “capacidad de gestión” el PP y evitar asuntos como el aborto y el franquismo que, según llevan explicando desde el equipo de Casado prácticamente desde que se hizo público el adelanto electoral, “son temas que le interesa sacar a la izquierda” porque “perjudican” a los conservadores de cara al electorado más de centro.

El líder del PP, que durante los primeros meses de su mandato emprendió un giro a la derecha que le llevó a acercarse a los postulados de Vox en asuntos como la memoria histórica, la inmigración o Catalunya trata precisamente ahora de vender una imagen más moderada del partido para intentar seducir al electorado de centro derecha que pudo marcharse a Ciudadanos e incluso a parte del centro izquierda “desencantado” con el PSOE.

Las maniobras y los equilibrios para evitar la condena del franquismo persiguen a los populares desde hace décadas. Lo que suelen argumentar los dirigentes del PP para evitar manifestar ese rechazo en las instituciones es que en 2002 ya condenaron en el Congreso el golpe de Estado contra la II República del bando franquista que dio inicio a la Guerra Civil. El PP, sin embargo, evitó después una condena explícita de la dictadura hasta en seis ocasiones.

En 2003, cuando José María Aznar tenía mayoría absoluta, todos los grupos salvo el de los populares promovieron un homenaje a las víctimas del franquismo con motivo de los actos por los 25 años de la Constitución. El PP no participó y, meses después, impidió la aprobación de una propuesta para anular los juicios políticos del franquismo. También en 2007 los populares votaron en contra de la ley de memoria histórica acusando a su principal impulsor, el PSOE, de “remover el pasado” y “reabrir heridas”.

Negativas y abstenciones

Cinco años después, en 2013, el PP rechazó la propuesta de la Izquierda Plural para declarar el 18 de julio como Día Oficial de Condena de la Dictadura. También en 2015, los populares fueron los únicos en rechazar dos iniciativas que perseguían instar al Gobierno a retirar varios símbolos franquistas, rebautizar calles y plazas que llevaban el nombre de colaboradores del dictador y revocar los honores y títulos que el Estado concedió a Francisco Franco, sus familiares y sus acólitos. Ese mismo año el PP rechazó extraditar o juzgar a los ministros franquistas

Asimismo, en 2017, el PP votó en contra de una proposición no de ley del PSOE dentro de la Comisión Constitucional del Congreso en la que instaba al Gobierno a exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos en cumplimiento de la ley de memoria histórica y en 2018 se abstuvieron en la votación de una iniciativa en el Senado que pedía la condena “rotunda” del franquismo y “cualquier acto de exaltación del mismo”, la ilegalización de las fundaciones que exaltan el fascismo y volvía a pedir la exhumación del dictador.

El PP llegó a amenazar al Ejecutivo con llevar el decreto ley sobre el desentierro de Franco ante el Tribunal Constitucional porque en un principio el Gobierno lo tramitó por la vía de urgencia, es decir, como Real decreto ley. Cuando el texto llegó al Congreso y el PSOE aceptó tramitarlo por la vía ordinaria los populares desecharon esa idea, aunque se abstuvieron en la votación del Pleno de septiembre de 2018 argumentando la inoportunidad de la medida.

“Me da vergüenza que en España se hable de una Comisión de la Verdad”, apeló en aquel debate el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, en nombre del PP, argumentando que “la bibliografía sobre la Guerra Civil es una de las mayores que hay en relación con cualquier hecho histórico en la historia de la Humanidad”.

El viraje de Rivera

Ciudadanos, en cambio, sí apoyó la iniciativa votada en 2017 en la Comisión Constitucional de la Cámara Baja que hablaba de la resignificación del Valle de los Caídos y que incluía el desentierro de Franco. Pero en 2018, cuando los de Rivera emprendieron un giro a la derecha para tratar de competir con el PP como el partido hegemónico del centro derecha, el partido tampoco votó a favor de la propuesta del Senado y en septiembre de ese año se abstuvo junto a los populares en la votación de la convalidación del Decreto ley del Gobierno que aprobó oficialmente la exhumación.

Los de Rivera explicaron entonces que consideraban que la exhumación era una solución “insuficiente” con un instrumento “inadecuado” porque desenterrar el cadáver de Franco “no es prioritario ni urgente para la mayoría de los españoles”. “Quien tiene una necesidad urgente es Pedro Sánchez. Tiene la necesidad urgente de lanzar una cortina de humo que tape las vergüenzas de su Gobierno”, dijo el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas.

El 'número dos' de Rivera se dirigió directamente al presidente del Gobierno: “Señor Sánchez, le voy a dar una mala noticia: la cortina de humo del cadáver de franco no da para tapar su incapacidad, su debilidad y su incompetencia”.

En el último año Ciudadanos no ha variado su postura. El pasado 24 de septiembre, cuando el Tribunal Supremo rechazó los recursos de la familia Franco y avaló la exhumación, Rivera publicó un tuit en el que consideraba que Sánchez “lleva un año jugando con los huesos” del dictador para, según él, “dividir” a los españoles “en rojos y azules”. “Pero a muchos españoles a estas alturas no nos importan. Yo prefiero unir a los ciudadanos y hacer las reformas de futuro que España necesita”, señaló.

Qué opinan los votantes

A diferencia de lo que opinan las direcciones de PP y Ciudadanos, la mayoría de los españoles sí apoya la decisión del Gobierno de sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos. Un sondeo elaborado por Celeste-Tel para eldiario.es la semana pasada fijó en un 42,5% el nivel de apoyo al traslado de los restos del dictador, frente a un 34,4% que se muestra en contra.

Los votantes del Partido Popular son, no obstante, los más críticos con la decisión: un 72,9% se manifiesta en contra. Esa posición crítica también se deja notar entre el electorado de otras formaciones: el 46,4% entre los votantes de Ciudadanos, el 22,1% entre los del PSOE y el 13,8% entre los de Unidas Podemos. El mayor porcentaje de votantes a favor de la decisión se encuentra en Unidas Podemos (69%) y PSOE (55,8%). En el Partido Popular (12,5%) y en Ciudadanos (32,2%) también hay sectores favorables a la decisión, aunque son menos numerosos.

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