El PP quiere condicionar las ayudas europeas para que PSOE y Unidas Podemos no cumplan su pacto de gobierno
Que el dinero europeo no vaya para cumplir algunas de las medidas acordadas en el pacto de Gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos. Entre ellas, la derogación de la reforma laboral de 2012. Una reforma laboral que el ex ministro de Economía Luis de Guindos describía así al entonces comisario Olli Rehn en un Consejo en Bruselas: “Mañana aprobaremos una reforma laboral extraordinariamente agresiva”.
Como el ingreso mínimo vital y la subida del salario mínimo, la derogación de la reforma laboral está en los programas de Unidas Podemos desde el principio y, desde enero, en el acuerdo de coalición PSOE-UP.
Algo que, según la portavoz del Partido Popular en la Eurocámara, Dolors Montserrat, debería descartarse para acceder a los fondos de recuperación de la Unión Europea.
En declaraciones a la Cadena SER , Montserrat ha afirmado: “Lo que pedimos es que el Gobierno de España, como está haciendo Italia, Portugal, Francia, Alemania y todos los países, haga un paquete de reformas ambiciosas para que este dinero que viene de Europa lo podamos aprovechar aún más. Que nos ayude a modernizar nuestra economía. Este dinero no es para derogar la reforma laboral y por tanto, estas reformas no pueden servirse jamás de ese dinero de Europa. Ese dinero no puede servir jamás para derogar una reforma laboral como quiere el Gobierno de España”.
Unos días antes, en El Confidencial, el compañero de filas de Montserrat y vicepresidente de los populares europeos, Esteban González Pons, publicaba un artículo titulado Los millones de la UE no son para que Podemos cumpla su programa. Pons afirmaba: “Lo escribiré con sujeto verbo y predicado: el dinero que vendrá de la Unión Europea no es para que Podemos cumpla su programa, es para que lo cumplan las empresas privadas españolas. No se trata de que el endeudamiento europeo sirva para aplicar en España políticas bolivarianas sino para que España converja económicamente con Alemania, Francia o los Países Bajos.”
Ante estos movimientos, la presidenta de los socialistas europeos, Iratxe García, afirmó: “Hemos denunciado las maniobras de los eurodiputados del PP para manchar la reputación y dañar la imagen y el prestigio de España en las instituciones europeas, en un momento delicado y crucial para la Unión Europea, y pasando por encima de los intereses de la ciudadanía española. Lamentamos que el odio ciego a un gobierno elegido en las urnas les lleve tanto a intentar debilitar a nuestro país ante la Comisión Europea, extendido una sombra de duda sobre su gestión de esta pandemia, como a sumarse al grupo de países llamados frugales, que son quienes más están cuestionando el Fondo de Recuperación europeo tras la COVID19 y defienden que las ayudas sean en forma de créditos y sujetos a dura condicionalidad”.
En su texto, González Pons añadía: “Para que quede claro, no habrá troika, ni hombres de negro. Pero quien quiera dinero europeo, dado que pedirlo es voluntario, tendrá que justificar para qué lo quiere y sobre todo qué reformas está dispuesto a realizar para conseguir sus objetivos”, decía González Pons. Y añadía: “Este fin de semana, por ejemplo, no han sido pocos los políticos alemanes que han considerado inoportuna la aprobación del ingreso mínimo vital en nuestro país justo dos días después de aparecer España como el segundo país más beneficiado por el plan de reconstrucción económica. Piensan que el mensaje que se ha trasladado al exterior ha sido torpe, que si España tiene fondos suficientes como para establecer una medida social que no existe en Alemania, no debería necesitar tanta ayuda del resto de la Unión Europea. O, dicho de otra forma, odiarían terminar pagando a los españoles con dinero de los alemanes prestaciones con las que no cuentan los alemanes”.
La jefa de la delegación de Podemos, María Eugenia Rodríguez Palop, respondía con otro artículo a González Pons en El Confidencial: “Los millones de la Unión Europea, que son de todos y para todos, no van a ir destinados, como en 2012, a las 'prioridades' del Partido Popular. Ustedes ya 'cumplieron' entonces con su programa. Y de aquellos polvos, todavía nos quedan montañas de lodo”.
Recientemente se ha organizado en el grupo popular europeo de la Eurocámara, como en el resto de grupos parlamentarios, equipos de trabajo para preparar la tramitación parlamentaria del fondo de reconstrucción y el presupuesto plurianual de la UE. Y, efectivamente, una de las pugnas será la condicionalidad de las reformas para las que se concederá el dinero.
No obstante, fuentes de los populares europeos matizan las declaraciones de Montserrat. “No esté escrito en ninguna parte, y al final es la Comisión y el Consejo los que deciden”. En efecto, tal y como está previsto en la propuesta de la Comisión Europa, es el país que quiere el dinero el que detalla para qué, y luego las instituciones europeas las que lo conceden, pero sin pasar por el Parlamento Europeo.
Y, en tanto que el dinero es finalista, sería inédito que un país lo pidiera para derogar una reforma laboral y que la Comisión Europea lo concediera para ello.
En todo caso, de momento, ni los papeles públicos de los populares europeos ni en declaraciones públicas se ha llegado tan lejos como Montserrat. Eso sí, hace unos días, el presidente del grupo, Manfred Weber, dijo esto a El País y otros medios europeos: “Todo el grupo apoya la idea de que la solidaridad va acompañada de responsabilidad. También los colegas españoles como Dolors [Montserrat], Esteban [González Pons] o Pablo Casado, tienen muy claro que debemos insistir en que el dinero se invierta en el futuro del país para ayudar a crear oportunidades de trabajo y perspectivas para los jóvenes y en que eso debe quedar claro. Desde el PPE tenemos, por decirlo así, dos condiciones. No queremos desperdiciar el dinero en gastos del pasado, sino invertir en el futuro. Y el PPE no está dispuesto a que se financien las falsas promesas de Podemos”.
107