El PSOE recibe el CIS con cautela ante el temor de que la desmovilización de las andaluzas se repita
Han pasado algo más de tres años de la campaña electoral en la que Pedro Sánchez comenzó denunciando la supuesta manipulación del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que pronosticaba para él entre 77 y 89 escaños y que acabó con un resultado de 90 escaños para el PSOE. Todo ha cambiado desde aquellos comicios del 20 de diciembre de 2015, incluida la fecha en la que el CIS hace pública su macroencuesta preelectoral, que ya no coincide con el arranque de la campaña. Ahora es el Gobierno socialista el que recibe las críticas de manipulación y defiende unos resultados que recibe, eso sí, con cautela.
El sondeo publicado este martes otorga al PSOE una holgada victoria sobre sus rivales con un 30% de los sufragios –entre 123 y 138 escaños– frente al derrumbe del PP al 17,2% –66-76 diputados–, un 13,6% para Ciudadanos –que obtendría entre 41 y 50 actas–, un 12,9% a Unidas Podemos –33-41 diputados– y la irrupción de Vox con un 11,9% de los votos y entre 29 y 37 parlamentarios en el Congreso.
El PSOE ha huido del triunfalismo a pesar de que ese resultado multiplica sus posibilidades de mantenerse en el poder. Los socialistas quieren evitar a toda costa el discurso conformista para que su electorado no dé la victoria por hecha y se quede en casa. Los de Sánchez tienen muy reciente el varapalo de perder la Junta de Andalucía por primera vez en 36 años ininterrumpidos de poder gracias a una alianza que incluye el respaldo de la extrema derecha de Vox. La obsesión del PSOE es dejar claro que ese “riesgo” existe a nivel nacional.
“Todas las encuestas, también el CIS, daban que el 2 de diciembre ganaría y gobernaría el PSOE y eso no se dio por una cuestión de movilización del electorado”, ha advertido la vicesecretaria general, Adriana Lastra. Desde la pérdida del Gobierno andaluz y el anuncio de generales anticipadas, la estrategia de Sánchez ha sido la de airear el miedo a la posibilidad de que el PP recupere el poder aupado por Ciudadanos y la extrema derecha de Vox. “Si la derecha suma, la derecha gobierna”, ha repetido Lastra en un aviso a los votantes progresistas para que no se confíen. La cabeza de lista por Barcelona, Meritxell Batet, también ha advertido de que el “peligro” de un gobierno de las tres derechas es real.
A pesar de creerse que el CIS sigue la estela de otros sondeos que dibujan la “tendencia” de crecimiento del PSOE como “el partido que más confianza genera” al electorado, la número dos de Sánchez ha recordado que el alto porcentaje de indecisos puede decantar las elecciones. “Con este panorama, ninguna encuesta es fiable”, ha reconocido.
En esa misma línea se ha pronunciado Pablo Iglesias, a quien el CIS otorga una importante caída con respecto a los comicios de 2016 y una reducción de hasta 30 escaños. El candidato de Unidas Podemos ha señalado en una entrevista en La Sexta que “con un 41% de indecisos y un trabajo de campo que acaba el 18 de marzo”, el barómetro del CIS “muestra unas elecciones muy abiertas”. El trabajo de campo se realizó antes de que el líder de Podemos volviera de su permiso de paternidad. “Será la campaña electoral más determinante de la historia de España. Estamos ante unas elecciones con un grado de imprevisibilidad sin precedentes”, ha añadido, informa Aitor Riveiro.
Casado: “Ni Ferrá Adrià”
Iglesias ha sostenido que “lo que ocurra en este país lo decidirá la gente votando el día 28”, pero sí se ha atrevido a pronosticar que “el próximo Gobierno de España lo será de coalición”. “Trabajamos para gobernar, esperamos que como primera fuerza política”, ha zanjado. Ninguna encuesta pronostica una primera posición para un partido distinto del PSOE que, por su parte, aspira a mantener un Gobierno en solitario.
Más duros han sido PP y Ciudadanos, que han pasado al ataque directo contra Sánchez, a quien acusan de “manipular” las encuestas con la “cocina” del centro sociológico que dirige José Félix Tezanos. “A uno le da la risa. Este CIS es algo sobrenatural”, ha dicho Pablo Casado, que ha recordado que Tezanos en apenas diez meses ha cambiado varias veces la metodología de las encuestas.
“Es un laboratorio culinario que ni Ferrá Adrià”, ha expresado en referencia al popular cocinero catalán. “Sánchez va a sacar 415 diputados [el Congreso tiene 350] y el PACMA va a superar al PP. ¡Gracias Tezanos, por fin haces un CIS de los que son creíbles!”, se ha mofado el líder del PP, a quien el CIS otorga casi la mitad de escaños de los que Mariano Rajoy logró en las últimas generales.
Ciudadanos: “Que se vaya a casa con su cocina”
Ciudadanos ha denunciado la, a su juicio, “deliberada manipulación” de la macroencuesta electoral que deja a los de Albert Rivera en el 13,6% de los votos (casi el mismo porcentaje que en 2016) y entre 41 y 50 escaños, entre nueve y dieciocho más de los que ha tenido esta legislatura. “Ya es hora de que el señor Tezanos y los enchufados del señor Sánchez se vayan a su casa con su cocina, y si quieren hacerse encuestas, que se las paguen”, ha expresado el dirigente Toni Roldán.
Vox, que aparece en la macroencuesta con un 11,9% de los votos (en los anteriores barómetros del CIS no pasó del 6,5%), tampoco está conforme con el pronóstico, que le otorga entre 29 y 37 escaños. El presidente del partido de extrema derecha, Santiago Abascal, se ha pronunciado con un tuit en el que desliza que tendrá un mejor resultado en función de la elevada asistencia a los actos que está celebrando por toda España.
En el PSOE también temen que Vox acabe sacando un mejor resultado del que está apareciendo en las encuestas y se muestran preocupados por la alta participación que están teniendo en los mítines. “No es solo Leganés”, señalan fuentes socialistas sobre el acto que celebró el partido de extrema derecha en la plaza de toros de la localidad madrileña este sábado. También “es Teruel, es Logroño, es Zaragoza...”, advierten. El PSOE confía en que su electorado se active ante el temor a la extrema derecha.