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El PP decidió reventar la negociación sobre el CGPJ para acallar las críticas internas al pacto

El presidente del Partido Popular, Pablo Casado.

Gonzalo Cortizo / Iñigo Aduriz

El líder del PP, Pablo Casado, buscó el martes acallar el fuerte rechazo interno que entre las filas populares generó el pacto alcanzado la semana pasada con el Gobierno para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El líder de los populares rompió ese acuerdo, que contemplaba la designación de 11 vocales progresistas frente a 9 conservadores y el nombramiento de Manuel Marchena –conservador– como presidente.

Casado decidió aprovechar la renuncia de Marchena para intentar poner fin a las críticas con un giro de 180 grados en su política sobre la judicatura. Primero, fulminó el pacto logrado con el Ejecutivo retirando su firma del listado de nombres para el CGPJ que presentaron de forma conjunta en el Congreso. A la par, registró in extremis una enmienda a la reforma de la ley del Poder Judicial que se está tramitando en el Senado para cambiar el procedimiento de renovación del órgano de gobierno de los jueces y “volver al sistema de elección judicial que consagra la Constitución Española”: es decir, que sean los propios jueces los que propongan una lista de 12 candidatos que deberían ser refrendados luego por el Congreso y el Senado.

Dirigentes populares explican a eldiario.es que la publicación del wasap que envió el portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, en un chat de grupo en el que estaban 146 senadores presumiendo de que los conservadores podrían “controlar” por “detrás” el Tribunal Supremo, y la posterior renuncia de Marchena fueron los detonantes para dar por rota la negociación con el Ejecutivo. El propio Casado desautorizó a Cosidó el martes, rechazando el contenido del mensaje durante su intervención en la reunión del Grupo Popular en el Congreso.

La preocupación, sin embargo, ya estaba instalada entre los líderes de la formación, que detectaron una fuerte contestación interna al acuerdo que se fraguó en las últimas semanas. La publicación de los wasaps pusieron al PP en estado de alerta, sobre todo después que distintos senadores salieran en defensa de Cosidó al asegurar que su portavoz no es el autor original de los mensajes sino que éste se limitó a reenviar un texto previamente redactado por otro cargo popular conocedor del estado de las negociaciones.

Una ley copiada

Ante el monumental lío generado, Pablo Casado dio la orden de modificar su estrategia. El lider del PP se reunió la tarde del martes con su número dos, Teodoro García Egea, y con el exministro Rafael Catalá. En esa reunión se decidió presentar la enmienda a la ley del poder judicial con la que los conservadores quieren reubicarse: un cambio normativo copiado de una ley de los años 80 del siglo pasado para proponer un nuevo modelo de elección de la cúpula judicial contrario al reparto entre partidos del que el propio PP formó parte principal hasta la semana pasada.

La solución se adoptó con urgencia y eso se percibió en los errores que contiene la enmienda y que reconocieron sus propios autores: “La enmienda es muy precipitada y hay que mejorarla”, aseguran algunos de ellos a este diario.

La nueva estrategia del PP pasa por buscar el acuerdo con PSOE y Ciudadanos para cambiar las reglas del juego en la elección del poder judicial. “Hablaremos con ellos, a ver dónde se ubican”, asegura un dirigente conocedor de las negociaciones para renovar el CGPJ. La dirección popular reconoce ahora haber cometido el error de no haber medido el malestar interno ante su reparto con los socialistas. “No queremos soportar más el ambiente que se ha generado ante la deslegitimación del proceso de elección. Nuestro sector ideológico es muy crítico y no lo hemos sabido ver a tiempo”, aseguran fuentes de Génova.

“Está muy tocado”

En la cúpula de la formación conservadora no aclaran cuál es la procedencia inicial del mensaje que reenvió Ignacio Cosidó a más de un centenar de senadores. La propia permanencia de Cosidó al frente del grupo popular en la cámara alta es una incógnita. “Está muy tocado, veremos que pasa”, aseguran dirigentes consultados por este diario. 

El vicesecretario de Organización, Javier Maroto, negaba este miércoles que el mensaje de Cosidó procediese de la dirección del partido. “Sí, lo niego”, apuntaba en declaraciones en el Congreso. También la portavoz de los populares en el Congreso, Dolors Montserrat, aseguraba estar “completamente segura” de que el wasap no partía de la cúpula del PP.

Ante el clima de caza de brujas que se ha instalado en el PP en busca tanto del autor real del wasap que según senadores Cosidó se limitó a reenviar, como del compañero de filas que filtró el mensaje a la prensa, Génova ha decidido, por el momento, blindar a Casado.

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