Pedro Sánchez ve alejarse la reforma constitucional por la guerra entre PP y Ciudadanos
Han pasado casi cinco meses desde que Pedro Sánchez se anotó un tanto con su apoyo al 155 para la intervención de Catalunya: arrancó a Mariano Rajoy el compromiso de abrir el debate de la reforma constitucional. El pactó dio aire al líder del PSOE, que puso entonces en la modificación de la Carta Magna todo el peso de la legislatura. Sin embargo, con el fin del 155 en el horizonte, Sánchez asume que es difícil que su objetivo se cumpla.
“Lo que justifica esta legislatura desde el punto de vista político e histórico me atrevería a decir que es la reforma constitucional”, expresó en una entrevista en eldiario.es en octubre. En ese momento, el secretario general del PSOE se había acercado al presidente del Gobierno ante el desafío independentista. Sin llegar a decir que confiara en su palabra, Sánchez admitió que había notado un cambio en el pensamiento de Rajoy: “Creo que el presidente del Gobierno ha entendido la envergadura de la crisis que estamos viviendo y que es necesario dar los pasos para resolverla”.
El PP, no obstante, rebajó desde el principio las expectativas del líder socialista al asegurar que la apertura de una comisión para el estudio del modelo territorial no tenía por qué acabar con una reforma de la Constitución. Esa negativa llegó a exasperar a la dirección socialista, que acusó a los conservadores de anteponer sus cálculos electoralistas.
Sánchez se mostró convencido de que al PP acabaría incluso interesándole electoralmente. Según los planes de Sánchez, los trabajos de la comisión territorial se alargarían durante seis meses y, a partir de entonces, se abriría la subcomisión para modificar el texto constitucional. Con esos cálculos, el debate de la reforma coincidiría con la precampaña de las elecciones de 2019. Sánchez pensaba que al PP le interesaría entrar para no dar imagen de inmovilismo.
Sin embargo, en el PSOE han asumido que los seis meses serán más. El presidente de la comisión, José Enrique Serrano, ve complicado que concluyan los trabajos en ese plazo ante el aluvión de comparecencias que plantearon los grupos en el plan de trabajo.
Además del problema de los plazos, el líder socialista admite que la “guerra” entre PP y Ciudadanos complicará ese objetivo de reforma. “Creo que la guerra fría y la competición que ahora mismo se está dando en el espacio conservador entre PP y Ciudadanos, donde hay una pulsión clarísimamente recentralizadora por parte de ambos, va a dificultar, y mucho, que podamos abordar la renovación de nuestro pacto constitucional esta legislatura”, expresó Sánchez en una entrevista en El Confidencial este miércoles.
El secretario general del PSOE subraya, sin embargo, la importancia de abrir ese debate aunque no se cierre en esta legislatura. Además, asegura que la propuesta de reforma constitucional no se limita al modelo territorial sino que abarque otros aspectos, como el blindaje de derechos sociales, entre otros.
Ante el enfriamiento de sus expectativas que él mismo no oculta, Sánchez carga todas las culpas sobre PP y Ciudadanos por su “guerra”. Les acusa de estar en una lucha partidista que mantiene a España “paralizada”. La estrategia del PSOE pasó primero por acusar a ambos partidos de incumplir su acuerdo para la investidura y después con presionar a Rajoy para presentar los presupuestos.
Ahora que el Gobierno tiene previsto aprobarlos en el Consejo de Ministros del 23 de marzo, Sánchez ha subido el tono al exigirle que convoque elecciones si no logra los apoyos necesarios para que salgan adelante. En la dirección socialista creen que Rajoy ha reaccionado y que los llevará al Congreso para obligar a Albert Rivera a retratarse.
En el PSOE existe inquietud ante el crecimiento de Ciudadanos en las encuestas, aunque en Ferraz le restan importancia. Sin embargo, en los sectores en los que el auge del partido de Rivera más preocupa advertían hace unos días de que la petición “con la boca pequeña” de un adelanto electoral era un termómetro de que al PSOE no le interesa medirse ahora en las urnas.