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La alianza entre Podemos e IU se resquebraja en varias comunidades pendientes del acuerdo estatal y de Madrid

Alberto Garzón y Pablo Iglesias, en la Sala Mirador de Madrid tras sellar su alianza electoral en mayo de 2016.

Aitor Riveiro

El espacio político de Unidos Podemos peligra. La alianza electoral que se ha ido fraguando entre Podemos e IU a nivel estatal, autonómico y municipal se resquebraja. En las elecciones del próximo 26 de mayo, ambas formaciones irán por separado en algunas regiones. También en municipios. Y si acaba saltando por los aires la negociación en Madrid es probable que el 28 de abril se repita el escenario de diciembre de 2015, cuando hubo dos papeletas para las elecciones generales.

La coalición que lidera Alberto Garzón da por imposible el acuerdo ya en cuatrc comunidades autónomas de las 13 en las que habrá urnas en mayo. Y ve en serio riesgo otras tres. Fuentes de la Secretaría de Organización de Podemos consultadas por eldiario.es aseguran que el partido “sigue haciendo todos los esfuerzos para alcanzar acuerdos en todos los territorios”.

Entre las regiones donde el pacto es inviable hay dos ya conocidas: Asturias, donde las relaciones han sido siempre malas y donde nadie contaba con un acuerdo; y Murcia, donde IU ha cerrado un acuerdo con Anticapitalistas para concurrir juntos al margen de Podemos.

A esta lista se sumaban este miércoles Navarra según informaba el secretario de Organización de IU, Ismael González, a Europa Press. Y apuntaba con mucha fuerza otras dosdmás: Castilla y León yyAragón. Las conversaciones para formalizar la papeleta autonómica, sumado a los problemas para repetir la candidatura de Zaragoza en Común, no avanzan.

Fuentes de Podemos señalan a eldiario.es precisamente como principal punto de fricción “las exigencias de IU” sobre las listas electorales y la falta de acuerdo en la capital aragonesa.

Otras dos autonomías donde ha habido problemas son Cantabria y La Rioja. En ambas regiones Podemos ha visto cómo sus primarias acababan en los tribunales por diferentes querellas. En Cantabria todo parece indicar que el acuerdo será posible. En La Rioja, todo dependerá del resultado del juicio sobre el proceso interno que, en principio, está previsto para este mismo jueves.

Madrid, pieza clave

Con todo, la clave está en Madrid y lo que allí ocurra. Los movimientos en la ciudad, y en la región, adquieren de forma habitual un carácter estatal que no siempre le corresponde. En el caso de Podemos y de IU, esta realidad se multiplica, máxime desde el anuncio de alianza de Íñigo Errejón con Manuela Carmena al margen de de la dirección de Pablo Iglesias.

Hoy por hoy, el acuerdo entre Podemos e IU en Madrid está parado. La coalición de izquierdas ha iniciado un proceso para conformar una candidatura a la que ha invitado a su principal aliado. De él ya forma parte Anticapitalistas, como ocurre en Murcia.

En Andalucía, Podemos e IU sellaron su acuerdo para las autonómicas del pasado mes de diciembre con una fórmula que no gustaba a la dirección estatal. La dirigente andaluza, Teresa Rodríguez, es precisamente una de las principales referencias de Anticapitalistas que, a su vez, es una escisión de la propia IU de 2007.

Podemos, de momento, se mantiene al margen de este proceso. El Equipo Técnico (gestora) que dirige el partido en la región tras la dimisión del secretario general, Ramón Espinar, ha abierto una consulta entre sus bases, pero las negociaciones las ha asumido directamente la dirección estatal de Pablo Iglesias.

También se desconoce aún si Podemos ha encontrado ya a la candidata que buscaba, junto a IU, para sustituir a Errejón.

El adelanto electoral de las generales podía servir como catalizador para forzar un acuerdo en Madrid ya que, sin él, se ponen el peligro las alianzas de ámbito estatal, incluida la europea. Pero la situación no parece mejorar. “Madrid caerá con toda probabilidad”, apuntan a eldiario.es desde la dirección de IU.

Si esto ocurre, se abrirá un cisma en el espacio de Unidos Podemos difícil de calcular a priori. Las partes han puesto sobre la mesa sus cartas y la amenaza de la ruptura generalizada (con las posibles excepciones de Catalunya y Galicia) existe. De producirse, la izquierda española podría volver al escenario electoral de 2015 o incluso de 2014. Pero en un momento histórico bien distinto y con un partido más de ámbito estatal en el reparto de escaños.

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