Pedro Sánchez se da una semana para completar la estructura de Gobierno
A las 15 horas de este martes, entre aplausos y gritos de “presidente, presidente”, Pedro Sánchez ha salido del Congreso de los Diputados tras obtener la confianza de la Cámara por mayoría simple, tal y como establece la Constitución. El Audi que le esperaba en el patio ha puesto rumbo a Moncloa. La idea que manejaba hasta entonces el PSOE es que Sánchez contactara con su actual gabinete para informar de sus próximos destinos a la mayoría de sus miembros y cerrara algunos flecos con el objetivo de que los nuevos ministros fueran nombrados esta semana. Pero el guión ha cambiado: Ferraz ha informado de que Sánchez no dará a conocer a quienes le acompañarán en el primer Ejecutivo de coalición de la democracia hasta la próxima semana.
Meritxell Batet convocó el Pleno de la investidura para los días 4, 5 y 7 de enero, en pleno fin de semana de Reyes. Esa decisión, auspiciada desde la Moncloa, provocó duras críticas de la oposición. “Nos trae una sesión de investidura apresurada y casi clandestina en pleno fin de semana y víspera de Reyes, como si estuviéramos en el Oratorio de San Felipe Neri”, le reprochó Pablo Casado. “Henos aquí, en plena semana de Reyes —fechas inusuales donde las haya, fin de semana incluido—, deprisa y corriendo, para llevar adelante una investidura. Estas semanas en nuestras pantallas Fast & furious”, dijo un irónico Aitor Esteban, cuyo partido, el PNV, ha apoyado a Sánchez y firmó el acuerdo con los socialistas la víspera de Nochevieja, cuando se pisó el acelerador tras cerrar el acuerdo con ERC.
La justificación de los socialistas fue entonces que España no podía esperar tras 254 días en funciones y que por eso era necesario incluso habilitar el Congreso el sábado, el domingo y también el martes que seguía siendo vacacional para el personal de la Cámara. “El que quiera vacaciones puede dedicarse a otras actividades”, dijo el secretario de Organización, José Luis Ábalos. “España no se puede permitir estar en esta situación de provisionalidad y sin poder afrontar decisiones importantes sin poder acometer urgencias de la población”, apostilló entonces el ministro de Fomento en funciones.
Todas esas urgencias y medidas que el futuro Gobierno quiere poner en marcha las desgranó Sánchez en su discurso de investidura y tanto desde el PSOE como desde el Gobierno socialista y de Unidas Podemos apuntaron a que se empezaría a trabajar en medidas sociales desde el primer Consejo de Ministros previsto para el 10 de enero. No hay tiempo que perder era la consigna.
Nada más terminar la sesión de investidura, fuentes del Ejecutivo indicaron que el plan era que Sánchez prometiera su cargo ante el rey este miércoles 8 y que ese mismo día diera a conocer los nombres de los futuros ministros –que esa tarde se publicara el decreto de estructura del Ejecutivo– para que prometieran sus cargos ante el rey al día siguiente y el Consejo de Ministros se reuniera el viernes por primera vez. Ese encuentro estaba previsto en la agenda semanal del presidente.
Ausencia de explicaciones: “Necesita un poco de tiempo”
Pero pasadas las 17:30 horas, cuando los socialistas estaban desperdigados por distintos bares celebrando el éxito de la investidura, los servicios de prensa del PSOE informaron de que “Sánchez dará a conocer la composición de su gobierno la semana que viene”. El cambio de criterio pilló por sorpresa a miembros de su núcleo duro, que aseguraban desconocer qué ha sucedido. Fuentes del entorno del presidente explicaban que “necesita un poco de tiempo”, pero que no es “nada anormal”. “Todavía no está todo cerrado. Pronto lo estará”, apostilla otro dirigente consultado.
Lo único que se mantiene según el plan inicial es la promesa en Zarzuela este miércoles a las 11 horas, según el comunicado que difundió Casa Real. Aunque fuentes de Moncloa aseguran que “poder se puede” celebrar el Consejo de Ministros aunque estos estén en funciones, este martes no se ha convocado la Comisión de Secretarios y Subsecretarios que se celebra los miércoles antes de las reuniones de los gabinetes de los viernes por lo que es posible que la sesión se suspenda. “Eso lo decide el presidente”, dicen las fuentes consultadas.
A Sánchez le quedaban algunos flecos por cerrar cuando salió del Congreso. De hecho, la mayoría de los ministros no sabía si seguiría formando parte del gabinete y, en su caso, con qué competencias. Con la entrada de Unidas Podemos, el presidente tiene que hacer encaje de bolillos con los suyos y se da por seguro que no todos podrán continuar –a pesar de que el Consejo de Ministros contará con alrededor de una veintena de puestos–, además de que él mismo reconoció que habría alguna “novedad”. “Es un proceso más complejo de lo que parece. Y con implicaciones personales, que no podía iniciarse formalmente hasta tener asegurada la investidura”, señalan en Moncloa, donde no ha sentado bien que desde Unidas Podemos se hayan dado a conocer los cargos que ocuparán los de Iglesias por el desconcierto que ha generado en las actuales estructuras ministeriales.
En las filas socialistas también sorprendió el retraso anunciado por Ferraz en la designación del Gobierno. Una de las “especulaciones” que apuntaban en privado algunos dirigentes, según ellos mismos reconocían, es que Sánchez quiera retrasar la formación del Gobierno porque de la fecha de su composición depende que eche a andar la mesa de negociación con la Generalitat y Quim Torra se ha mostrado en contra de esa propuesta y está aún está pendiente el pronunciamiento del Tribunal Supremo sobre su inhabilitación. El acuerdo suscrito por PSOE y ERC establece un plazo de quince días desde que se constituya el Ejecutivo para que se sienten los gobiernos.
También chocó la decisión en las filas de Unidas Podemos, que habían dado por hecho que el Gobierno echaría a andar este viernes. No obstante, los ministros del grupo confederal –y también los cargos que acompañarán a Pablo Iglesias en su vicepresidencia– ya se conocen y fuentes socialistas aseguran que “con Podemos todo está” cerrado. La filtración de esos nombres no ha sentado bien en el PSOE.
Tras una investidura exprés –que concentró el grueso del debate en una jornada maratoniana y una mañana cuando habitualmente se distribuye en tres días– celebrada en fin de semana con el fin de que el Gobierno echara a andar “cuanto antes”, Sánchez retrasará la designación de su gabinete y el primer Consejo de Ministros de la nueva etapa tendrá que esperar para tomar sus primeras medidas sociales, entre ellas la subida del sueldo de los funcionarios y la actualización de las pensiones, que quedaron pendientes en 2019.
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