Adolfo Suárez Illana: el hijo del expresidente que alaba a Franco y trata de ayudar a Casado a seducir al centro
A la desesperada y tras nueves meses realizando un giro a la derecha en el PP que le ha llevado a acariciar los postulados de Vox, este lunes el presidente de los populares ha decidido lanzarse a por el electorado más centrista nombrando como número dos de su candidatura para las elecciones generales a Adolfo Suárez Illana, hijo del presidente Adolfo Suárez, símbolo de la transición y de la “moderación” cuya imagen reivindica cada día Albert Rivera y pretende aprovechar ahora el presidente de los populares durante la campaña.
Al anunciar su elección, Casado ha asegurado que había decidido que Suárez Illana iba a ser su número dos en agosto, cuando creó la Fundación Concordia y Libertad ad hoc para que la presidiera el hijo del expresidente. En los últimos días se ha conocido, en cambio, a través del diario El Mundo, que el líder del PP había ofrecido ser su mano derecha en las listas a la expresidenta de los populares vascos María San Gil, del sector aznarista del partido, y que ésta lo rechazó. Suárez Illana es, por tanto, su segunda opción.
Pese a intentar buscar con su elección el perfil “moderado” que le ha faltado al PP en los últimos meses para profundizar ahora en su pugna por el electorado con Ciudadanos, el número dos del PP no es un fichaje nuevo. En 2002, cuando todavía presidía el Gobierno y el PP José María Aznar, ya fracasó como candidato de los populares para presidir Castilla-La Mancha con una campaña en la que utilizó a su padre y después dejó la política.
Durante la última década, Suárez Illana se ha caracterizado por realizar declaraciones alejadas de esa imagen centrada que se le atribuye desde la dirección del PP.
El pasado noviembre, meses después de ser nombrado presidente de la Fundación Concordia y Libertad, alababa la contribución del dictador Franco a la llegada de la democracia. “La democracia que disfrutamos hoy en día en parte se le debe a Santiago Carrillo pero en parte se le debe también a Franco”, decía entonces. A su juicio, “si a Franco no le hubiera dado la gana”, la Transición “no habría sido así” porque “a las dos personas que son los responsables últimos y los protagonistas de esa Transición las puso él”, apuntó, en referencia al rey Juan Carlos y a Adolfo Suárez.
Las cebollas rellenas
En Castilla-La Mancha aún recuerdan la convulsa campaña que protagonizó en 2002 cuando intentó presidir la comunidad logrando finalmente un estrepitoso fracaso que permitió revalidar la victoria a José Bono.
Sus salidas de tono incomodaron a aquel PP. Una de ellas la pronunció al hablar del asesinato por parte de ETA de un guardia civil en Navarra: “Lo primero que hay que trasladar es nuestra condolencia y nuestro pésame a la familia del guardia civil asesinado, que ya no podrá disfrutar de las cebollas rellenas de su querida Sama de Langreo”, dijo.
En plena convulsión política con motivo de la guerra en Irak, Suárez afirmó, sobre las reformas económicas anunciadas por su partido: “Lo que estábamos haciendo en el PP mientras otros andaban recorriendo calles con pancartas, tirando huevos, tirando piedras, poniendo bombas y abriendo cabezas de alguno de nuestros militantes”.
Habitual de novilladas y capeas, Suárez Illana también utilizó el hecho de que su mujer fuera castellano-manchega como único argumento para defender que él pudiera ser presidente de la comunidad y que no se le viera como un paracaidista, lo que enervó a sus compañeros de filas. “Yo me casé con una castellano-manchega del ámbito rural”, decía.
“Un gigante en lo moral”
La decisión de Casado de echar mano del hijo del expresidente Suárez para dar una imagen de supuesta moderación ya la tomaron años antes otros dirigentes populares. El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, lo invitó a la campaña de las municipales de 2007.
“El centrismo es algo que debe existir en política, un punto de encuentro entre políticos y ciudadanos, nos sentimos muy orgullosos de eso y lo estamos intentando en Galicia, queremos traer la sociedad civil al PP”, dijo Feijóo. Luego Suárez Illana se desmarcó de esa línea conciliadora: “En un Estado en el que no cabe ya la separación de poderes, no hay que elegir entre izquierda y derecha, sino entre socialismo y libertad”. Suárez Illana ya nunca más volvió a hacer de telonero del presidente gallego.
Pese a todas estas declaraciones, Casado calificaba este lunes a Suárez Illana como el “depositario del legado” de su padre, Adolfo Suárez. “Un gigante en lo moral y en lo político, por el que yo estoy en política”, añadió el dirigente del PP. Su número dos en la lista de Madrid encarna, según Casado, los valores de “audacia, prudencia y afán de concordia” del expresidente del Gobierno.