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Torra cumple dos años en el Govern con la incógnita de su inhabilitación
Quim Torra celebra este jueves su segundo aniversario al frente del Govern inmerso en la gestión de la crisis de la COVID-19 y esquivando el debate sobre si debe fijar una fecha para unas elecciones anticipadas en Cataluña antes de que el Tribunal Supremo decida si confirma su inhabilitación.
Han pasado 731 días desde que Quim Torra se convirtió en presidente de la Generalitat con la promesa de restituir al anterior Govern, cesado en virtud del artículo 155 de la Constitución aplicado como respuesta a la declaración unilateral de independencia.
En ese momento, el 131 presidente catalán dijo que sería un intermediario entre el presidente “legítimo”, Carles Puigdemont, y la ciudadanía de Cataluña, pero con el paso del tiempo ha reivindicado un perfil propio cuya máxima expresión se ha visto con la reciente crisis del coronavirus.
En las últimas semanas, Torra ha intentado reivindicarse como un gobernante prudente que toma decisiones pensando en “todos los catalanes”, replicando así las críticas de la oposición, que a menudo le han acusado de pensar solo para los independentistas.
La crisis de la COVID-19 ha trastocado los planes de todo el mundo y también los del presidente, que se niega a debatir sobre cuándo serán las próximas elecciones al Parlament, tal y como le piden sus socios de ERC.
Fue precisamente un choque con los republicanos lo que llevó a Torra a anunciar, a finales de enero, que una vez estuvieran aprobados los presupuestos de la Generalitat para 2020 -los primeros en tres años- pondría fecha para las próximas elecciones.
El argumento del presidente catalán y JxCat es que en estos momentos hay que concentrar todos los esfuerzos en combatir la crisis sanitaria, económica y social derivada de la COVID-19.
Sin embargo, sus socios replican que no se puede aparcar el debate electoral porque el reloj corre y cada día está más cerca el momento en que el Supremo decida si confirma la inhabilitación de Torra, condenado por desobediencia por no retirar a tiempo una pancarta a favor de los presos independentistas en período electoral.
Las discrepancias entre los dos socios del Govern son algo habitual en la política catalana y se hacen especialmente visibles en el Parlament, donde JxCat se ha enfrentado en varias ocasiones al presidente de la cámara catalana, el republicano Roger Torrent.
El motivo, la voluntad de Torrent de evitar la confrontación con el Estado en cuestiones como la investidura telemática de Puigdemont, la suspensión de los diputados encausados por el 1-O y la retirada del escaño a Torra tras su condena a año y medio de inhabilitación, aún pendiente de confirmar por el TS, entre otros.
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