Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El PP explota la división parlamentaria para tumbar los impuestos a banca y rentas más altas
La vuelta a la rutina de las familias de los desaparecidos en la DANA
OPINIÓN | Feijóo y el cinismo de ‘Inside Out’, por Lucía Taboada

De campaña con Vox en Extremadura: argumentos contra el voto útil obviando el problema del tren o el paro

Ortega Smith pide derogar la ley de violencia de género por perjudicar a los hombres

Laura Galaup

Badajoz —

Vox continúa de campaña electoral permanente. Este fin de semana le ha tocado el turno a Extremadura. Esta autonomía ha cobrado protagonismo durante esta última legislatura debido a la precaria situación de su conexión ferroviaria. Sus ciudadanos no hacen solo frente a esta reivindicación, en esta región cerraron el año pasado con la tasa más elevada de paro (23,10% autonómico frente al 14,45% nacional), según la última oleada de la Encuesta de Población Activa.

El secretario general del partido, Javier Ortega Smith, hizo frente este sábado a una apretada agenda con cuatros actos en Badajoz. La respuesta del público fue dispar, en algunos eventos consiguieron abarrotar la sala y en otros no cubrieron ni los asientos colocados por la organización. En la capital provincial, con más de un centenar de personas que se quedaron sin silla y asistieron de pie a la intervención del representante nacional del partido, las portavoces que tomaron la palabra obviaron los problemas que ha reivindicado esta sociedad en la calle.

La supresión del Estado de las autonomías es la receta que prescribieron los intervinientes como solución a todos los problemas a los que hace frente la población extremeña. De hecho, Juan Antonio Morales, diputado autonómico de Vox en Extremadura – hasta entonces formaba parte del PP –aseguró que eliminando las televisiones regionales se podrían financiar las ayudas de ley de dependencia. Esa fue una de las pocas propuestas concretas que enumeró. 

Morales explicó que los trece canales autonómicos suponen 1.100 millones de euros para las arcas públicas. Con esa cantidad solo aludió a la aportación directa de cada comunidad pero no explicó qué haría con los funcionarios que tienen plaza fija, ni qué cantidad se destinaría a asumir los despidos o qué se haría con las inversiones realizadas.

La dirección del partido en la provincia reconoce que todavía no cuentan con estructura en todo el territorio. De hecho, el sábado inauguraron la sede en Badajoz. Después, Ortega Smith tomó la palabra en un hotel de la ciudad. En su alocución lanzó críticas a PP y Ciudadanos. Aseguró que los populares son “el top manta de la política” porque les “copian” todo lo que hacen. “Estoy esperando que se vayan a Gibraltar a poner una bandera”, apuntó con sarcasmo, en alusión a su actuación en el peñón en 2016. Además, criticó la manifestación que se celebró en Madrid contra el juicio del procés.

En su discurso, elaborado en clave nacional, aseguró que el objetivo no es “tener un gran número de diputados”, su misión como partido consiste en “hacer a España grande otra vez”, emulando el lema de Donald Trump. El partido ahora mismo está tratando de evitar que sus seguidores asuman la consigna que ha lanzado el PP de que a la derecha le perjudica que se fragmente el voto. “Para que no dividan [al electorado] que no se presenten”, respondió a los populares.

Una de las seguidoras más entregadas antes de que comenzase el acto tiene claro que esos comentarios no le influyen. “Me encanta Vox. Es de mis ideas. Estoy en contra del aborto, de la eutanasia, en contra de todos los violadores”, comenzó apuntando María José, casada y orgullosa de “no haber trabajado nunca”. Tiene 70 años y se desplaza con una muleta.

“Yo he estado tirando el voto porque siempre he votado a Falange”, apunta preguntada sobre el temor a apoyar a este partido y que no saque representación. Además, añade que está “loca, como loca” pensando que la formación de Abascal puede alcanzar representación. “Ya que los míos no pueden llegar al poder porque los que eran viejitos ya practicamente no están, esto es lo que más se parece a mi”, finaliza.

Las amigas con las que ha acudido no se muestran tan fanáticas del partido. Una de ellas, Tenti, que ha trabajado pero no ha cotizado y sobrevive con una pensión de viudedad, cuenta que a lo largo de su vida ha apoyado a PSOE y PP. “Voté dos veces a Felipe González”, indica tapándose la boca para que María José no lo escuche. Antes de entrar al acto no estaba segura de que el 28 de abril se fuese a decantar por Vox.

Euforia tras los resultados andaluces

El éxito electoral cosechado en su vecina Andalucía, donde esta formación ha obtenido doce diputados, ha provocado que aumente la euforia entre los miembros del partido en Extremadura. “En todos lo actos tenemos lleno absoluto. Es un fenómeno que está ocurriendo en España, pero aquí también estamos siendo receptores de ese fenómeno”, apunta Morales. Este político es un tránsfuga, en septiembre abandonó el PP, aunque mantuvo su acta como representante regional, para afiliarse a la formación de Abascal.

 

No es el único que se cambió de partido. Antonio Pozo, alcalde de Guadiana del Caudillo, también pasó a la formación de Abascal. La incorporación de este alcalde era una declaración de intenciones de Vox. Pozo lleva años batallando contra la ley de Memoria Histórica para mantener el topónimo del pueblo y una placa que recuerda la visita del dictador a este municipio.

Asistencia dispar en los mítines

A pesar del fenómeno al que alude Morales, este fin de semana el éxito de la 'España Viva', como denomina el partido a sus actos público, ha sido dispar. En el mitin de Badajoz consiguieron abarrotar la sala. En Don Benito la acogida no fue tan buena. En esta ciudad de 37.000 habitantes y gobernada por el PSOE, algo más de un cuarto de las sillas no se ocuparon.

Aunque Extremadura y Andalucía comparten peculiaridades, como la alta tasa de paro, la elevada población rural y la afición por la caza, algunos entrevistados por esta redacción descartan que el éxito vaya a ser parecido.

Recuerdan que a diferencia de lo que ha sucedido en su autonomía vecina, donde el PSOE gobernó de forma ininterrumpida en la Junta durante 36 años y provocó el desgaste de la izquierda al ir a votar, en esta comunidad ha habido alternancia en el Ejecutivo. El Partido Popular entró en 2011 en el Gobierno regional y aunque solo aguantó una legislatura, rompió la continuidad socialista.

“El porcentaje de voto de Vox va a ser superior en las ciudades que en los municipios pequeños”, se atreve a aventurar Ángel García Blanco, presidente de Asaja Cáceres (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores). Según explica, “en el mundo rural va a estar más contenido [el apoyo a la formación de Abascal] por el control que tiene tanto el PP como el PSOE” en los pequeños ayuntamientos.

Por su parte, el presidente de la Federación extremeña de caza, José María Gallardo, “no cree que en Extremadura Vox pueda tener el mismo espacio que tuvo en Andalucía” en su sector. “Aquí la caza se ha visto apoyada sin prejuicios por los dos grandes partidos, PP y PSOE, cuando han estado en oposición y en el Gobierno. Han legislado para ello”, apunta.  

Sin lugar a dudas, la situación del tren en la comunidad ha sido el problema regional que más difusión ha conseguido a nivel nacional. “Extremadura es tercermundista respecto al resto del país. Ya sabes lo que pasa en el tren”, apunta Daniel (19 años), estudiante universitario. La manifestación celebrada en Madrid en 2017 reunió a miles de personas para reivindicar una conexión ferroviaria digna en la comunidad, así como con la capital del Estado. 

Sus ciudadanos denunciaban que su autonomía era la única sin tren de larga distancia, y pedían una solución al Gobierno central para las averías y retrasos frecuentes que sufrían los convoyes. Esta concentración que salió desde la estación de Atocha evidenció ante el resto del país esta situación. Los 400 kilómetros que separan la capital de Badajoz se recorren en 6 horas en tren. Para los 520 kilómetros que hay entre Madrid y Sevilla, se invierten 2 horas y media en Ave. 

La reivindicación de Daniel no se limita al tren. Este joven, que acudió al acto de Ortega Smith en Badajoz, también alude a la elevada tasa de desempleo juvenil (50% entre los menores de 25 años). Lamenta que su “futuro en su comunidad” sea “complicado”. Su compañero Chema, que también ha acudido a este evento, le replica: “Al final es una situación que acabas normalizando, pero que debería ser anti natural. Si te quieres ir, adelante, pero no porque no tienes otra opción”.

50% de paro juvenil

En las intervenciones políticas no ha habido alusiones a su futuro, más allá de mensajes nada concretos. “Venimos a hacer la política que quieren los españoles y no los políticos” o que cuando estos representantes lleguen a las administraciones “van a hablar alto y claro sin miedo ni tapujos, no van a estar mirando las encuestas”, planteó Ortega Smith. 

A pesar de que Daniel tiene claro que no les va a votar, Chema (18 años) tiene varias dudas. A él le ha convencido la argumentación sobre el gasto que hacen las administraciones en las televisiones públicas. “Que se destine ese dinero al tren”, reseña. Estos dos jóvenes han hecho una cola de media hora para hacerse una foto con Ortega Smith. Se han acercado a este hotel para escuchar de primera mano lo que plantean. Es la primera vez que van a votar y aseguran que se han leído el programa de varios partidos.

Aunque no aludió a este conflicto en su intervención, preguntado por esta redacción Morales asegura que la situación del tren va a ser “una de las banderas” que van a reivindicar si llegan al Gobierno. Sobre este tema, explica que cuando estuvo en el PP, el Gobierno de Monago hizo una “de las mayores inversiones en tren de alta velocidad de Extremadura”.

Sin embargo, como informó El País, él a nivel particular no se preocupó por este conflicto porque en sus ocho años como diputado no ha presentado ninguna propuesta. Este político que lleva dos legislaturas como diputado regional se ha convertido en un crítico feroz del estado de las autonomías.

Antes del éxito andaluz, en septiembre Abascal se desplazó hasta Badajoz para realizar la presentación oficial de dos nuevos fichajes de su partido: Morales y Pozo. Estos dos políticos no eran desconocidos para la sociedad extremeña. En 2016 ya fueron polémicos por ser galardonados por la Fundación Francisco Franco en un evento en el que celebraron el 124 aniversario del nacimiento del dictador.

La pelea que lleva años desempeñando Antonio Pozo contra la ley de Memoria Histórica, que le ha valido la distinción de esta organización, ha afectado a la convivencia en Guadiana del Caudillo. El malestar se percibe antes de entrar al municipio de 2.500 personas, en las indicaciones de tráfico la alusión al dictador están tachadas y solo se lee Guadiana. La “obcecación”, como definen algunos vecinos su conducta, de Pozo por mantener el topónimo y la placa  que recuerda al dictador está afectando a la gestión del pueblo.

Retirada de ayudas por una placa franquista

Esta enseña está situada en la fachada del Ayuntamiento y protegida con una mampara. Es un lugar privilegiado, en la plaza mayor del pueblo está presente en todas las celebraciones del municipio. Por incumplir esta normativa, la Diputación de Badajoz le ha retirado las ayudas que concede para financiar inversiones en obras y el fomento del empleo.

Debido a la gestión del político de Vox en 2018 sus ciudadanos perdieron 91.800 euros y este año 76.500 euros. Además, el PSOE local denunció que el Consistorio ha invertido más de 20.000 euros para litigar contra la normativa que busca la reparación de las víctimas del franquismo.

“Con lo buen alcalde que ha sido nos ha dejado tirados”, cuenta una de las vecinas que vive en la calle principal de este municipio sobre su labor en el Consistorio. “Este conflicto político afecta en el día a día. Yo a penas me relaciono con nadie”, añade Lola, también residente en Guadiana. Una de las personas con las que sí mantiene vinculación es su vecina Eli. Ninguna comparte la decisión del alcalde.

Lola es auxiliar de enfermería y tiene dos hijas, adoptadas de origen chino. Eli trabaja en el campo, estos meses no tiene faena. Hasta abril no comienza la temporada. Mientras tiende en la calle su ropa aprovechando el sol de primera hora de la tarde atiende a esta redacción. No sabe a quién va a votar, pero tiene claro que Vox no es una opción. “Me suena a lo que me contaban mi madre y mi abuela, que no podían hacer nada sin autorización de sus maridos”, reseña. “Yo no quiero volver atrás”, sentencia.

No todos los vecinos son críticos con la gestión del alcalde. Algunos se limitan a plantear que “ni les parece bien ni les parece mal” la placa que honra a Franco y otros directamente apoyan que se mantenga la placa. “Aunque Franco fue lo que fue, es historia de España”, reseña un residente que vive a un minuto de la placa. 

En noviembre, el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura obligó a Pozo a retirar en tres meses la placa. Cumplido el plazo, esta redacción ha podido comprobar que se mantenía. Desde el Consistorio rechazan dar explicaciones, preguntado por las críticas recibidas, el alcalde se limita a plantear que “el 26 [de mayo] se verá” a quién apoyan sus vecinos.

Etiquetas
stats