Vox cae en todas las encuestas pese a su estruendo en la calle, las instituciones y los juzgados
Santiago Abascal se quitó la mascarilla con la bandera de España y se subió a la tribuna del Congreso el miércoles pasado e inmediatamente Twitter y las retransmisiones en directo de los medios se llenaron de sus entrecomillados. “La gestión criminal del Gobierno ha llevado a la muerte a miles de españoles” dijo, para luego acusar al Ejecutivo de prolongar el estado de alarma de manera “ilegal” a la par que denunciaba que se ocultaba el número real de fallecidos.
Este sábado, Abascal se subió a un autobús sin capota para encabezar la manifestación en coche por el centro de Madrid que el partido había convocado para pedir la dimisión del Gobierno. Su número dos, Iván Espinosa de los Monteros, resumió el estado de euforia que los dirigentes de Vox sintieron al ver el seguimiento de la protesta. “Los más parecido que yo vi a esto es cuando ganamos la copa del mundo, gente por las calles, con alegría”, dijo en un vídeo que se grabó a sí mismo y en el que luce en la camisa una bandera de España con un crespón negro por los más de 28.000 muertos.
El discurso de Abascal en el Congreso y la manifestación del sábado son dos de los ejemplos más claros de la estrategia que sigue el partido de extrema derecha repartida en varios frentes pero con un mismo objetivo: utilizar la pandemia para obtener rédito político. Las encuestas reflejan que ese plan no está saliendo como esperaba el líder de Vox.
La estrategia comenzó al poco de decretarse el Estado de Alarma. El partido ha inundado los tribunales con denuncias contra los miembros del Gobierno, ha tratado de capitalizar las reivindicaciones de las asociaciones de víctimas y ahora impulsa las movilizaciones contra el Ejecutivo.
Vox abrazó esa vía cuando las encuestas le daban mejores resultados. Mientras otros partidos se resentían y veían en los barómetros cómo su proyección de escaños estaba por debajo de la conseguida el pasado mes de noviembre, la formación de extrema derecha mejoraba sus resultados. En algunos sondeos rozaba los 60 diputados, ocho más de los que tiene ahora.
Pero estas semanas el viento a favor ha empezado a cambiar. En los últimos días se han publicado varias encuestas y aunque difieren en los resultados que pronostican a PSOE, PP o Unidas Podemos, todas coinciden en el mismo punto: Vox está cayendo en apoyos. El partido de Abascal no solo fracasa en su intento de rentabilizar políticamente la pandemia, sino que empieza a desinflarse en favor del PP.
Es el caso de la que elabora Celeste-Tel cada mes para eldiario.es El barómetro había reflejado hasta febrero un fuerte aumento de los apoyos a Vox, pero la tendencia comenzó a cambiar en marzo, ya decretado el estado de alarma. Ese sondeo mostró los primeros síntomas de que la formación de extrema derecha empezaba a desgastarse. La encuesta de abril lo ha confirmado.
Según el sondeo de Celeste-Tel, Vox obtendría ahora 54 diputados. Son dos más de los que consiguió en las pasadas elecciones, pero suponen una caída de cinco escaños respecto a la proyección de hace dos meses. La encuesta también da otras señales preocupantes para los de Abascal: cae por debajo del 90% en fidelidad de voto después de haber sido el partido con mejor porcentaje en este aspecto, llegando casi a un 96% en febrero.
El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que se publicó el martes da indicadores parecidos para Vox. Pronostica que el partido se haría con el 11,3% de los votos cuando en las elecciones tuvo un 15,1%; esa encuesta refleja que solo en los dos meses de estado de alarma se ha dejado por el camino tres puntos de estimación de voto.
De hecho, y a pesar de que Unidas Podemos también cae, los de Pablo Iglesias recuperan su posición como tercer partido más votado, aunque solo por dos décimas. Hay más malas noticias para Vox en ese barómetro: Ciudadanos comienza a recuperarse después de que Inés Arrimadas haya roto con el bloque de la derecha y ya les pisa los talones con un 10,5%. Además, Abascal repite como el líder peor valorado con una nota de 2,6, un punto por debajo de Pablo Iglesias.
La de NC Report para La Razón completa la terna de encuestas que esta semana han enfriado las aspiraciones electorales de Vox, que reclama la convocatoria de nuevos comicios cuando se supere la crisis del coronavirus. Según ese sondeo, la extrema derecha caería al 14,6% de los votos y tendría que pelear por mantener un grupo parlamentario de 50 diputados.
Los sondeos también coincide en cual es la vía de agua de Vox: la recuperación del PP. El partido de Pablo Casado rivaliza con el de Abascal en la oposición feroz al Gobierno de coalición, pero las encuestas señalan que son los populares los que logran un mayor respaldo a su estrategia. Según Celeste-Tel, el PP se recupera de la caída de los últimos meses y se sitúa por encima de sus resultados del 10N, en parte porque el 4,5% de los votantes de Vox ahora votarían a Casado; NC Report sitúa a los populares al borde de los 110 escaños y el CIS es la única que estima que bajan, aunque mucho menos que Vox.
Una oposición en todos los frentes
El partido de extrema derecha tuvo clara cuál iba a ser su estrategia desde el estallido de la crisis del coronavirus: una oposición sin tregua contra el Gobierno en todos los frentes. En los inicios lo hizo tratando de acercarse a las asociaciones de víctimas: Abascal anunció donaciones económicas a esos colectivos y el despacho de abogados del líder del partido en Andalucía publicitó la creación de una plataforma de afectados.
El paso siguiente fueron los tribunales. El 20 de abril, la formación anunció que presentaba dos querellas. La primera contra el presidente Pedro Sánchez y su Gobierno “liberticida” por los delitos de “imprudencia grave con resultado de muerte, lesiones y delitos contra los derechos de los trabajadores por omisión de las medidas de seguridad”; la segunda, ante Juzgados de instrucción “para que se esclarezca, investigue y condene a quien haya dado órdenes para destinar recursos de la Guardia Civil a minimizar el clima contrario a la gestión del Gobierno, y a quien las haya cumplido”. Hubo una tercera por las compras de material sanitario, en los que según Vox hay indicios de corrupción.
El partido también ha presentado recursos al Constitucional por la inclusión de Iglesias en la comisión sobre el CNI y contra los decretos de prórroga del estado de alarma. Ambos han sido admitidos a trámite, aunque la resolución final aún tardará meses.
El tercer pilar de la estrategia está centrado en promover las manifestaciones contra el Gobierno. Vox ha aplaudido y animado las cacerolas contra la gestión gubernamental de la crisis y ha animado a los ciudadanos a seguir con esas protestas. Ahora ha dado un paso más y ha convocado manifestaciones en coche en varios puntos del país, que han sido autorizadas por los tribunales. El cuarto son las redes sociales, donde el partido tiene una importante legión de afines que ayudan a viralizar sus campañas en tiempo récord.
El intento por buscar un perfil propio y tratar de buscar rédito político a la pandemia ha vivido su último episodio con la Comisión del Pacto por la Reconstrucción que ha empezado a funcionar en el Congreso para impulsar medidas ante la crisis sanitaria generada por el coronavirus. Vox había pactado con el resto de grupos una lista de comparecientes y el inicio de los trabajos. Este jueves, sin embargo, rompieron ese consenso y anunciaron que dejaban las mesas de trabajo por el pacto del PSOE con EH Bildu.
75