En el ojo del huracán político, José Luis Ábalos (Torrent, 1959) lleva una semana de micrófono en micrófono tratando de defender su honorabilidad ante el escándalo del “caso Koldo” que salpica a su asesor más cercano en el presunto cobro de mordidas en la compra de mascarillas durante la pandemia. La que sigue es la primera entrevista que concede –y anuncia que será la última– a un medio escrito tras pasarse al Grupo Mixto para no renunciar al escaño que obtuvo en las últimas elecciones bajo las siglas del PSOE, tal y como le pidió la dirección socialista. La frialdad y contundencia con que defiende no haber tenido conocimiento de lo que hacía quien fue su más estrecho colaborador durante años es asombrosa. El jueves a última hora de la tarde conversa con elDiario.es y niega haber sido “mediador” ante nadie, tener dinero fuera de España o ser partícipe de trama alguna. “Nadie podrá decir que tengo algo más después de ser ministro que antes de serlo”, afirma tajante. Aún así admite que el aforamiento que le otorga seguir en el Congreso también es una forma de defenderse ante “lo que pueda pasar en el futuro, con el ambiente que se ha creado y cómo se está judicializando todo”.
Que nadie espere que cargue contra el PSOE ni contra Sánchez porque el exministro de Transportes y exsecretario de Organización recuerda que “no es tiempo de miserias” y porque él “es material probado”, ya que desde que salió del Gobierno ha defendido su acción con la misma convicción y adhesión que cuando estaba dentro. Aún así, desliza que “no se puede ir de progres” y utilizar procedimientos “antidemocráticos”, en alusión al ultimátum y posterior expediente que le abrió la dirección del partido. “Están apelando a mí responsabilidad política y ética desde Cuevas de Alí Babá carentes de toda deontología”, lamenta en alusión nítida a un PP que, ya advierte, querrá seguir cobrándose todas las piezas posibles de un gobierno al que nunca consideró legítimo.
Habla de dignidad, indefensión, reputación, reinserción y de una campaña de culpabilidad en todos los medios que achaca a un clima de “culpabilización en el que todo vale”, pero lo cierto es que en los últimos días ha modificado o matizado sus respuestas a la pregunta sobre cuándo fue la última vez que habló, se reunió o tuvo algún contacto con Koldo García.
La pena del telediario, y la de la dirección socialista, la arrastra desde hace días.
¿Cómo se encuentra, además de “dolido, decepcionado y solo”?
Igual. He tenido mejores momentos.
¿Sigue solo?
Bueno, ¿solo? Cuando digo la expresión solo me refiero a los medios. Luego, tengo que decirle que no me da tiempo a mirar los mensajes. Me llegan por todos lados: por WhatsApp, por las redes, por el correo del Congreso… Muchísima gente animando, muchísima gente… Es impresionante. Pero, bueno, en los medios sí estoy solo absolutamente.
¿Y en su partido tiene alguna compañía?
Sí, muchos compañeros me escriben. Sí, la mayoría son del partido. También hay gente que me escribe que no lo es y que incluso dice no creer en la política, escriben “le creo a usted”. Yo que sé, por ejemplo, el gremio de los taxistas e incluso gente del Partido Popular, que me ha sorprendido. Y también personas que han pasado por tragos parecidos y que se han sentido mal.
¿Qué gente del PP le ha escrito?
No voy a decir nombres de nadie. Ya me he dado cuenta que aquí soltar un nombre es matarlo.
¿Estaba usted al tanto de que la Guardia Civil investigaba a Koldo García desde noviembre, como dice la UCO en su informe?
No, bueno, sabía que había una denuncia del Partido Popular y que la denuncia no se archivaba. Me llamaba la atención porque de las que presentó el Partido Popular creo que eran como cinco, pues habían archivado dos y quedaban tres: dos de Sanidad y una de Transportes. Y no tenía noticia de eso, con lo cual todo me hacía suponer que se estaba investigando. Pero lo de que le estaban investigando a él…. La verdad es que había elementos que podrían indicar que sí, pero por su relajación en ir a los mismos sitios y reunirse con gente, pues estaba muy tranquilo y muy convencido de que no había nada porque realmente su vida no pareció cambiar.
¿Y usted no le comentó nada?
No.
¿Y por qué dijo la semana pasada que hacía meses que no sabía nada de Koldo García y….
No, no dije eso. Es más, en un programa, justamente el día de las detenciones dije que hacía 15 días o por ahí que había hablado con él, pero que el ritmo de relación con él había disminuido. Al principio, lógicamente, cuando estaba trabajando, era todos los días y 24 horas. Después del cese, en la medida en que se produce ahí una situación... pues en fin, especial, se mantuvo la relación. Luego, con el tiempo va relajándose porque evidentemente pues ya vivimos en ciudades distintas, cada uno está en un rollo de trabajo, ya no hay relación laboral y, por tanto, la personal, se relaja. Aunque siempre mantenemos alguna, pues por WhatsApp, por teléfono y eso.
La Guardia Civil ha desvelado un encuentro entre ustedes en una marisquería de Madrid el pasado enero. ¿De qué hablaron?
Realmente, yo había quedado allí. Tenía una cita con otra persona que no voy a decir el nombre porque es una persona con mucha responsabilidad.
¿Responsabilidad en el Gobierno?
Sí. Pero claro, no voy a…
¿Algún ministro?
No, no, no, pero no voy a decirle el nombre porque parece que no teníamos derecho a nada , ni siquiera a vernos. La cosa está muy [fuera] de quicio. Cualquier relación que puedas tener es sospechosa. Vamos a tener que concluir que ya no nos podemos ver con nadie.
¿Pretende decir que se encontró casualmente con Koldo en el mismo restaurante?
No, bueno, no, fue de otra forma…. Yo sí que es verdad que sabía que estaba allí, pero teníamos, digamos, cometidos distintos.
¿Y de qué hablaron?
Ni lo recuerdo, porque realmente no teníamos temas en común. No lo puedo recordar. Si tuviera algún tema, pues sí me acordaría, pero es que no tenía ningún tema.
¿Vio en algún momento a Koldo García, en los años que trabajó para usted, pagar gastos del Ministerio o del partido con billetes de 500 euros?
No, no, no, no, no. Vamos a ver. No siempre he visto pagar. Porque claro, lógicamente, de estas cosas si hay que pagar algo, pues siempre se encargan los que te acompañan del gabinete o del partido. No era yo el que pagaba. Y además no teníamos tarjetas de crédito, por lo tanto…
¿Eso de no tener tarjetas de crédito no le parece extraño?
Llegó una época en la que, por lo que fuera, no voy a entrar en ello, en la que el PSOE decidió que los directivos, los dirigentes o responsables del partido no tenían tarjeta de crédito. Hubo una época en que tenían, pero no recuerdo con precisión cuándo se tomó esa medida. Y en el Ministerio, tampoco. Entonces, o bien se negociaba o se endosaba y se remitía el cargo o bien había que asumirlo. Pero bueno, yo no estaba en el momento en que se pagaba nada.
¿No vio nunca sobres con billetes?
Nunca, no. Además eso, obviamente, canta muchísimo.
Pues un compañero suyo de partido en alguna comunidad asegura haber presenciado esa escena…
No me lo creo porque hay que ser muy atrevido para hacerlo, pero, además, ¿quién te coge un billete de esos?
Nunca he visto un billete de 500, la verdad.
Que lo hayas visto o no da igual. Pero de lo que sí que estoy convencido es de que en ningún sitio te cogen un billete de 500. Es más, es que tendrías que hasta declarar cuando tienes un billete así.
Los cajeros automáticos, billetes de 500 no dan, desde luego.
Ni los recogen, creo. Es que es muy difícil manejar un billete de esos. Por eso no me lo creo. Es que no me lo creo.
¿Medió usted ante Francina Armengol o alguien del Gobierno balear para que no reclamara a la empresa de las mascarillas el dinero que tenía que devolver a la Administración?
Mira, ni siquiera en la contratación. Bueno, en la contratación desde luego que no, y en lo otro ni sabía que tenían ese problema. Nunca supe que tuvieran un problema de esos.
¿Y a qué atribuye que el juez le llame mediador en esa rama de la trama?
Lo que hace el juez en su auto es recoger el informe de la UCO, pero eso no lo dice el juez. Recoge, traslada. Pero la UCO no dice que yo lo sea, sino que podría entenderse. Pero claro, si uno piensa bien que tenga yo que mediar con el PP es un poco rarito.
Le pregunto si hizo de mediador con Armengol.
Es que no era con Francina. Lo que recoge este auto es una mediación para que el PP, es decir, el gobierno del PP dejara pasar la caducidad del expediente. Por lo tanto, la gestión había que hacerla con el Partido Popular de Baleares y, ¿voy a ser yo mediador del Partido Popular de Baleares?
¿Y a Armengol tampoco le recomendó nunca la contratación de esta empresa?
Nunca. Pero también te digo una cosa y hablando con toda sinceridad, en un momento en que había tantas estafas y tanto fraude entre tantas dificultades para hacerse con equipos, si a mí me hubieran preguntado en función de cómo me fue a mí, no me hubiera importado decir pues mira: yo he contratado con esta empresa y me ha ido bien. Porque es que fue bien, es que fue bien… Una cosa es que haya alguien que se haya podido, y lo tendrá que decir el juez, quedar dinero del beneficio empresarial, y otra cosa distinta es que el procedimiento contractual se hiciera bien y que la empresa cumpliera, al menos, con Transportes. Parece ser que, por ejemplo, con Baleares no, pero con Transportes sí que cumplió en tiempo y forma y fuimos los primeros departamentos en traer mascarillas. Tal es así, que ante la necesidad y la angustia que tenían Correos, Interior e incluso Sanidad, pidieron mascarillas de las que mi Ministerio trajo. Luego ya lo repusieron. Toda la parte de la gestión y el comportamiento del proveedor estuvo bien. Otra cosa es luego los tejemanejes que, insisto, el juez tendrá que averiguar, demostrar y establecer la responsabilidad que corresponda, pero sepamos diferenciar porque ya se pone todo en cuestión. Y si me hubieran dicho, que no me lo pidieron: oye, ¿a ti cómo te ha ido? Pues se lo diría. Pues a mí me ha ido bien.
¿Con el gobierno canario hizo alguna gestión?
No, yo no hice ninguna relación con nadie porque no me corresponde, pero ni siquiera con mi propio Ministerio. Yo dejé todo esto en manos de los colaboradores. Vamos a ver, cuando uno es ministro no se pone a hacer esas cosas. Y luego, además, yo no tengo ni idea de cómo se instrumenta un expediente administrativo. Cuando dicen eso de que Ábalos firmó la orden ministerial, pues como todas, oiga. ¿Es que hay alguna que no haya sido así? Vamos a ver, es que la dificultad estaba en encontrar proveedor. A ver si nos aclaramos. Todo venía de China. Y, además, no podía volar cualquier compañía a China. No se podía exportar desde cualquier parte de China. Todo estaba centralizado en determinadas oficinas. Era todo muy complicado. Por lo tanto, la empresa que tenía que suministrar tenía que controlar todo eso. Tenía que tener la línea aérea de transporte, el puesto de despacho con personal en China… Nada era fácil. ¿Y yo me voy a meter en ese galimatías, que era ministro, que estaba en el comité de seguimiento del COVID, que tenía mil tareas? Pues lo encargué, lógicamente, a un equipo técnico que a mi modo de ver, merece todas las garantías, que es el equipo de funcionarios, técnicos. Por cierto, la mayoría procedentes del Ministerio de Hacienda, expertos en estas cosas. Y, además, fue el único que instrumentó un sistema de prevención para que no cobraran el dinero sin entregar el género previamente. El resto pagaba por adelantado. En nuestro caso, se hizo de tal modo que la empresa no pudiera disponer de ese dinero mientras no se ejecutara la recepción del suministro y se declarara conforme. Por lo tanto, no pudieron disponer de ese dinero. Y para eso, o se tiene solvencia, y esa empresa la tenía, o no podía hacer la operación.
En los años previos a la pandemia, la empresa en cuestión no tenía grandes beneficios ni actividad.
Pues ya se buscó la vida para tener esa solvencia.
¿Cuándo y quién le presentó al empresario Víctor de Aldama?
No sabría precisar el tiempo, pero creo vincularlo en mi memoria cuando la promoción del Club de fútbol de Zamora. Vino a pedirme si me podía hacer una foto con una camiseta.
¿Qué año?
No me acuerdo con precisión.
¿Ya era ministro?
Sí, antes no lo conocía. De todas formas, como era de Zamora, ojo que Zamora no es tan grande, lo conocía todo el mundo.
¿Y se lo presentó Koldo García?
Creo que fue el propio Koldo, sí. Pero, estoy pensando, además, porque…. Bueno, era conocido allí, pero creo que sería este [García].
¿Y Koldo también lo recomendó para la adjudicación de las mascarillas?
Yo puse a todo el mundo a trabajar para buscar ofertas. Había que encontrar ofertas de proveedores y…
¿Y Koldo le dice: “ministro, esta empresa”?
Encontraron varias y se presentaron varias ofertas. No muchas, porque tampoco había mucho. Y se valoró más que nada la capacidad de solvencia. Es lo que más se miró. Es decir, esa…
¿Esa fue la comprobación que hicieron? ¿Sólo la solvencia?
Bueno, que pudieran anteponer el dinero. Que normalmente los defraudadores y estafadores no arriesgan nada. Eso fue lo más importante. Es decir, una empresa dispuesta a anteponer, es decir, a financiar la propia operación. Y eso no lo puede hacer cualquiera.Y todas las adjudicaciones se hacían ya cuando sabías el proveedor…
¿Y no recuerda quién le dijo que esa empresa era la más solvente?
Yo puse a mucha otra gente a trabajar, entre ellos también estaba este [Koldo García].
¿Y esa era una competencia del asesor Koldo García?
Ni de él ni de nadie. Vamos a ver… Mucha gente se dirigía a veces de una forma, también le digo, muy atrevida. Recibimos decenas de correos que decían “yo puedo encargarme, yo conocería…”. Pero esto no va de eso. Y entonces se buscaron ofertas. Tampoco tú podías hacer un concurso público. Porque hay que ponerse en ese tiempo. Miremos todo. A mí me ha parecido bien la comisión de investigación, por eso mismo. Contrastemos todo: precios, procedimientos, garantías que se otorgaron.
Está por ver desde el punto de vista jurídico que el Congreso pueda investigar a otras administraciones públicas.
Sí, a ver si se dejan, ¿no?
No es que se dejen, es que igual el Congreso carece de competencias para ello.
Claro, ya sabes que a las comunidades autónomas, en fin, no les gusta que se metan en sus ámbitos.
El auto del juez también dice que Aldama tenía “un pase especial” y que entraba por el Ministerio como Pedro por su casa.
No sé a qué se refieren al decir que existe un pase especial, cosa que ignoro porque yo no llevaba la seguridad de puertas.
Querrá decir que iba con mucha frecuencia a las dependencias del Ministerio y entraba con cierta facilidad. ¿Iba con frecuencia?
Yo lo he visto, sí, lo he visto bastantes veces. También es verdad que él trabajaba para Air Europa y con Air Europa tuvimos diferentes temas de ocupación con respecto a la compañía.
Usted ha dicho estos días que el combate contra la corrupción pasa por no esconderlo, por no encubrirlo, por no justificarlo y por no denunciarlo. Usted pasaba casi las 24 horas del día con Koldo García, ¿jamás sospechó nada de lo que se traía entre manos ni de su relación con los empresarios? ¿Es habitual que un asesor que había sido anteriormente conductor se codee con el sector empresarial de ese modo?
No, lo que ocurre es que como era una persona que me acompañaba siempre, pues mucha gente se dirigía a él. Pero yo siempre procuraba que la gente fuera a donde tenía que ir. De eso sí que me ocupaba yo, ¿vale?, si es que podía interceptar las cosas.
¿A qué se refiere? Póngame un ejemplo.
Porque lo que está en mi conocimiento está en mi conocimiento. Lo que se me oculta y se me puede ocultar, ya es más difícil.
¿Fue usted, entonces, consciente de que en alguna ocasión se extralimitó en sus funciones?
Bueno, en algunos casos, no correspondía a su papel y le correspondía a otros servicios u otras personas. Y además se lo decía y lo reconvenía. Y si me llegaba también la cosa, pues también.
Póngame un ejemplo.
A un gabinete llegan multitud de cartas, multitud de gente que quiere ver. Y, por supuesto, uno no está para todo eso. Y entonces se va derivando hacia personas. Tú vas delegando. Incluso te diré, por ejemplo, que yo el correo no lo veía. Se encargaban dentro del gabinete. ¡Es que hay que pensar lo grande que es esto y la cantidad de ocupaciones que uno tiene como para estar en eso!
Usted nunca ha negado la responsabilidad política del caso, pero, sin embargo, dice que…
No, lo que pasa es que también hay que aquilatar, hay que situar y saber cuál es la finalidad política. Y, sobre todo, que esto realmente responda a una regla para todos, no que sea una cuestión subjetiva, arbitraria, ocasional y excepcional. Y como yo veo que aquí nadie asume ninguna responsabilidad, me pregunto hasta dónde llega. ¿O sólo se me aplica a mí? O sea, de todo lo que estamos hablando y de todos los casos, solo a mí. ¿El alcalde de Madrid no tiene ninguna responsabilidad política? Y lo que ocurrió en el Ayuntamiento, ocurrió siendo alcalde, no siendo parlamentario de la Asamblea de Madrid. La presidenta de la Comunidad alega que lo suyo es legal, pero ya se lo dijo Casado: sería legal, pero no es muy presentable. Y así sucesivos casos hasta que llego yo y, sin estar acusado, resulta que me toca a mí hacerlo. Pues no hay problema. Lo dije desde el principio, pero lo que no puedo irme es con este clima y este ambiente de culpabilidad que veo todos los días en los medios y que me genera una indefensión tremenda, pero también una irritación muy grande con respecto a mi dignidad. Los titulares de hoy: “Ábalos, cazado”, “A Ábalos se le estrecha el cerco”... Todo esto. ¿Eh? En fin, que a lo mejor me voy y descanso. Pero no me van a dejar descansar. Si yo mismo dijera oye, por ejemplo sería una condición, pero claro, no obliga a terceros: ¿Si yo me voy, la campaña contra mí dejará de estar? No, lo que pasa es que me encontraré mucho más indefenso y acompañándome una sombra de culpabilidad que no me la podré quitar de por vida.
¿Busca protección con el aforamiento? ¿De qué y de quién se defiende? Porque su partido, desde luego, no le ha defendido.
Me refiero, por ejemplo, al hecho de estar con usted aquí.
¿Habla de dar la cara?
Claro, porque luego ya en el día a día y en mi casita en Valencia y tal, nadie se va a acordar de mí ni tendría ninguna tribuna. Fíjese en el hecho mismo de cuando comuniqué mi decisión. Esa posibilidad la tengo porque tengo una tribuna pública y capacidad para seguir en la vida política. Por lo tanto, tengo capacidad para defenderme de las acusaciones, de determinadas estrategias y comportamientos tan poco morales. Están apelando a mí responsabilidad política y ética desde Cuevas de Alí Babá y desde tribunas carentes de toda deontología. Oye, por favor. ¡Estoy viendo más hipocresía que en la vida y a los que tienen más corrupción y practican la corrupción pidiendo ejemplaridad!
La decisión y la puerta de salida se la enseñó su propio partido.
Bueno, pues eso es lo que no puedo compartir y es lo que también me duele porque no hay precedentes. He escuchado algo así como que no hay precedentes de que un ex ministro y un secretario de Organización, como es mi caso, acabe en el Grupo Mixto. Tampoco hay precedentes de que a un secretario de Organización se le monte una Ejecutiva para pedirle que entregue el acta, como si además el acta... Hombre, ya sabemos que uno va en una candidatura, pero luego el acta le corresponde constitucionalmente a uno. Y es más, la Constitución también pide el ejercicio pacífico de la función, que no se le altere.
Usted ha dicho que no tiene manta de la que tirar. ¿Y Koldo García? ¿Teme que le pueda implicar y acabe investigado?
No voy a responder por los demás ni por su estado. Yo sé que él tiene que defenderse. Se defenderá y espero que se limite a la defensa judicial, que, por cierto, también tiene derecho. Y ya están todos condenados. Pero, fíjese, detuvieron a 20 y solo hay siete acusados de momento, lo cual no quiere decir nada porque el proceso judicial empieza ahora y lo mismo pueden entrar o salir más personas. Pero, en fin, ya veremos. Yo creo que hay que confiar en la ley. Pero ahora mismo se ha creado un clima de culpabilización en el que todo vale.
Ha dicho usted que esto de las mascarillas es sólo “el chocolate del loro”, ¿a qué se refiere?
Al volumen de inversión y gasto del Ministerio de Transportes, que es un Ministerio de obra pública y de adjudicaciones. Esto no es nada. Y esto, además, era coyuntural, era por la pandemia. Pero este Ministerio todos los años, de modo ordinario, gestiona un presupuesto de inversiones impresionante.
Dice el Partido Popular que Sánchez es la X de una organización criminal, ¿alguna vez le habló al presidente de este asunto? ¿Se interesó por los contratos de las mascarillas?
No, confía de entrada. Eso es la típica estrategia de tirar por arriba porque realmente al Partido Popular le importa un carajo la lucha contra la corrupción y si aquí hay más o menos corrupción. Lo que les importa es seguir desgastando al Gobierno porque no lo han aceptado en ningún momento y porque cuestionan su legitimidad. Y no sólo ahora, ya en las últimas elecciones lo consideraba ilegítimo. Todo lo que sea socavar la legitimidad legal y también moral forma parte de su estrategia. Y esto teniendo lo que tienen en la Comunidad de Madrid. ¿Es más solvente un ganadero para traer mascarillas? ¿O un señor que hacía vino dorado? ¿O unos protésicos dentales de Venezuela?. ¿Todos esos ofrecen más garantías? Además, he visto que a esta empresa [la de Aldama] le dieron un premio de reconocimiento. Dicen que era muy solvente. “Un partner fiable”. Ah, y de repente, luego ya es todo lo contrario…
¿Qué le ofreció el Partido Socialista para que dejara el escaño?
No, vamos a ver… Yo lo que quería era que la salida también fuera compartida, discutida...
¿Y cómo fue esa negociación?
No negocié nada. Realmente fue compartir un poco la reflexión sobre cómo yo veía las cosas y lo hice con un amigo, que es el secretario de Organización.
Y ese amigo, que es Santos Cerdán, ¿qué le dijo?
Es muy duro para él. Es secretario de Organización y yo lo he sido antes…
¿Qué le dijo el secretario de Organización? ¿Deja el escaño y te ayudamos?
Sí, claro. Que me iban a acompañar.
¿De qué manera?
Bueno, pues en fin, todo lo que pueda ser ayudarte para que puedas realmente estar protegido, para que puedas… Pero tampoco me hacía falta eso, sinceramente. Yo también tengo mis propias capacidades. Lo que pasa es que es verdad que la capacidad de reinserción social, depende de cómo salgas de la política. El problema reputacional es muy grande, te inhabilita para la política. Y a mí ya lo de la política, con esta edad... El problema es tu reinserción y tu aceptación social, y eso negarlo es muy duro. He conocido compañeros que lo han pasado muy mal, muy mal. Y estos días algunos de ellos me han escrito. Por ejemplo, un alcalde, al que pusieron diez demandas y le costó diez años que se archivaran. ¡Diez años! Así es que los ritmos son tremendos y cuando se produce, ya nadie se acuerda de nada. La vida cambió, los protagonistas cambiaron y tú te quedas…. No hay reparación. Entonces me parece muy bien que digan “oiga, asuma su responsabilidad, dé ejemplo y cuando llegue el momento, verá usted que hay reparación”, pero no la hay.
¿Tuvo la impresión de que el PSOE intentaba comprar su silencio?
No, porque además me conocen bien y confían en mí. Nunca he sido así. Llevo muchos años en el partido, no acabo de llegar. Formé parte del Gobierno, salí y ahí está mi actuación pública. He defendido la acción de Gobierno como si estuviera dentro, con la misma convicción y la misma adhesión. Soy material probado.
¿Cuándo fue la última vez que habló o vio al presidente del Gobierno?
Lo he visto en la actividad parlamentaria.
Me refiero al ámbito privado. ¿Después del verano?
Sí, después del verano.
El presidente del Gobierno le llamó a Moncloa para tomar un café y…
Esas cosas dan igual, pero hay que decir, sí, que mantuvo la relación.
¿Y esa conversación en torno a qué gira?
En general, de todo, pero políticamente. Y alguna expresión cariñosa y de afecto que yo también reconocí. Y luego hemos mantenido mucho intercambio de valoraciones y análisis.
¿Por teléfono, por WhatsApp?
Sí. Y bueno, hasta ahora. Y en aquella conversación estaba todo bastante bien.
¿En aquella conversación, le indicó cuál podría ser su destino tras la salida del Ministerio?
Fue una conversación privada con el presidente del Gobierno.
Si le hubiera pedido el escaño el presidente del Gobierno y no Santos Cerdán, ¿lo habría entregado?
Hombre, me hubiera coaccionado más, sin duda. Pero, he dado este paso con mucha convicción. Lo sé y lo he reflexionado mucho.
Pero, ¿si se lo hubiera pedido Sánchez?
Me hubiera impresionado más porque sabe que nunca me negué a nada. Pero bueno, también llega un momento en que el precio era muy alto.
¿Qué cree que ocurrió entre el miércoles, que el presidente del Gobierno dice que hay que defender su inocencia, y el viernes, que exige su salida inmediata del partido?
Eso no lo puedo decir yo.
¿No se lo ha preguntado a Santos Cerdán?
No. No, no, no. Es que no me puede dar respuesta. Y, como no lo sé, no soy yo quien tiene que responder. ¿Qué reflexión, qué consideración, qué pudo ver? No lo sé, no sé quién ha intervenido del todo en esa visión porque es una forma de ver las cosas... No, yo no las veo así. No las veo así. Yo veo que, efectivamente, hay mucha tensión. Tenemos muchos problemas, la situación política es muy complicada. El hostigamiento de la oposición es brutal. Entiendo todo eso, pero, cuidado, porque hay que ver un poco también que a la oposición no le sirve para nada mi marcha. Al contrario, es desbrozar lo más elemental para seguir pidiendo más cabezas. Quieren cobrarse todas las piezas posibles. Entonces, la decisión no me pareció práctica. Y, desde el punto de vista testimonial, digamos, lo veo ciertamente muy arbitrario y muy subjetivo. Yo sé que a algunos les encanta teorizar. Hay algunos que te dicen que el individuo tiene que estar por debajo de lo colectivo o lo colectivo por encima. Pero, con esos principios, con esa forma de ver, se cometieron verdaderos atrocidades en la historia. La democracia no es eso. Esto de la casa es lo primero, sabemos a qué nos remonta. Así es que, cuidado, que vamos muy de progres, pero además hay que ser democráticos siempre. Es un principio que los absolutismos siempre han utilizado.
¿Quiere decir que el Partido Socialista no ha tenido un comportamiento democrático con usted?
Cuando se aplica ese argumento, digo… La dirección tiene toda la legitimidad para tomar una decisión, aunque yo no conozco precedentes.
¿Cree que el expediente que se ha incoado es dudoso desde el punto de vista constitucional? ¿Va a presentar alegaciones?
Sí, yo quiero exigir mis derechos, más allá de que sirva o no para algo. A mí se me comunicó un acuerdo en público con un ultimátum de 24 horas. Procedimentalmente, es un poco raro.
¿Qué plazo tiene para presentar esas alegaciones?
No lo sé ahora mismo. Tengo mucha faena por delante.
Tengo dudas de si usted hubiera entregado el escaño o no, si se lo hubiera pedido el presidente del Gobierno por la respuesta que ha dado antes. ¿Pero a cambio de qué lo hubiera hecho?
Lo que me preocupa es irme sin sombra, no ser la persona del sacrificio, como si fuera una cosa...
¿No lo ha hecho por mantener el aforamiento?
Mire, por lo que pueda pasar en el futuro con el ambiente que se ha creado y cómo se está judicializando todo, también es una forma de defenderme, además de que desde la tribuna que decía antes tenga capacidad para intervenir políticamente. Todo va a la par, como es normal. Precisamente, lo del aforamiento tiene que ver con la capacidad del diputado para hacer toda esa política y que no pueda ser represaliado. Y en mi caso, no ya por esto, sino por cualquier iniciativa de cualquiera que quiera ir a por mí. Tenga en cuenta que he tenido un ministerio muy complejo. Y al final me quedo yo asumiendo cualquier jugada y buscando dinero para mi defensa. La exministra Arancha [González Laya], que no era diputada, una vez que dejó el Gobierno se encontró con una denuncia en un juzgado de la que no había nada cierto, pero le tocó sentarse en el banquillo, afrontar gastos y demás. Así es que si tú has generado una serie de gente que se quiere vengar, es que te lo pueden hacer pasar muy mal. Y cuando tú te enfrentas, en este caso, a tanta gente como yo, pues por eso es la justificación del aforamiento. O sea que por eso no lo he hecho, pero también es verdad que es un elemento también para mi defensa.
Pues, teniendo en cuenta cómo está el Supremo…
Cuando llega al Supremo, la causa tiene que estar ya bien instruida y con claros indicios, mientras que, de lo contrario, cualquier demanda, a cualquier nivel, se puede admitir a trámite, aunque luego vaya a ninguna parte. Pero te lo digo porque incluso, yo, que soy actor de demandas, hay vistas que se producen tres años después de presentarla y duran una barbaridad. ¡Imagínate encima siendo objeto de la demanda!
Si Santos Cerdán, en su opinión, está en la misma situación que usted, ¿debería asumir alguna responsabilidad política?
No quiero decir nada de los compañeros y amigos. En serio, lo aprecio mucho. No es tiempo de miserias, ya las hacen otros.
¿Y Francina Armengol?
Tampoco. Yo creo que Francina hizo lo mejor que podía hacer al frente de su comunidad y hay que ponerse en la piel del momento. No puedo entender que otros, en la misma situación y con tales debilidades, se permitan este lujo... Es que en Galicia también... ¿Cómo se hizo? ¿Cómo se ha hecho en todas partes? Incluso, nosotros mismos también. La primera preocupación era que la gente se nos moría, que la gente no quería salir a trabajar sin protección. ¿No nos acordamos de la presión que había? El propósito era intentar proteger a la gente. ¿Lo queremos todo perfecto? ¿Que nadie se aprovechara? ¿Que no hubiera ningún error? ¿Que todo saliera de diez? Pues, para la que nos cayó…. Yo creo que ni Ángel Víctor ni Francina estaban pensando en otra cosa más que en ayudar. Y de acuerdo también a las capacidades. No había ningún manual sobre pandemias. Lo tuvimos que ir elaborando sobre la marcha, sin dormir, con una entrega al 100%.
Hay una pregunta que se me ha quedado en el tintero respecto a Koldo García. Recuerda que quien lo trae a Madrid y lo coloca como conductor del PSOE es Cerdán, pero es usted quien se lo lleva de asesor al Ministerio, que ya es un escalafón más, al del pool de chóferes de Ferraz…
Nunca llegó a pertenecer al pool. Por eso mismo, porque hacía falta alguien que, más allá de las relaciones laborales, pusiera militancia.
En todo caso, de conductor a asesor y, después, de consejero de dos empresas públicas, hay un salto cualitativo.
Asesor, porque todos eran asesores.
¿Y todos los asesores que sitúa el Gobierno en los consejos de administración tienen la misma cualificación que Koldo García?
No, no, había de todo. Vamos a ver, por ejemplo había periodistas, no sé si algún filósofo, en fin... Pero aparte, ese cargo no exige una cualificación porque no tienen que llevar la empresa. Lo único que tienen que trasladar es información al Ministerio y al gabinete del ministro. Nada más. Trasladar la información de esos consejos y respaldar al presidente de la entidad, porque se supone que el presidente de la entidad también está nombrado por el ministro, igual que ellos. Por lo tanto, se trata de ocupar una representación que fortalece a la presidencia y traslada información al gabinete. Nada más.
¿Quiere decir que los ministros utilizan los consejos de administración de las empresas públicas para complementar los sueldos de sus asesores?
¿También sirve para eso? Sin duda. Pero ha sido siempre así. Era una costumbre. Y todos, todos, todos tenían uno o dos consejos. En fin, había otros consejos incluso más interesantes que en los que estaba este hombre, que justamente no eran…
¿Interesantes desde el punto de vista económico?
No, de más relieve. No hablo de lo económico, que no me acuerdo cómo era.
¿Dos años después, ha sabido el motivo por el que el presidente del Gobierno lo sacó del Consejo de Ministros y de la Secretaría de Organización del PSOE?
No, bueno, la Secretaría de Organización fue una renuncia mía como consecuencia de lo que yo entendí que efectivamente…
¿No le dijo: “José Luis, tienes que dejar el Gobierno y también el partido”?
El Gobierno me dijo que tenía que dejarlo, que quería abrir una nueva etapa en la que yo ya no debía estar. Y yo entendí que en el partido era lo mismo. Para cómo quería yo encarar mi vida personal, lo otro era tan obstáculo como el Ministerio.
¿Se refiere a la Secretaría de Organización?
Sí, a una cosa y a la otra. Había tenido un papel muy intenso.
¿La esposa del presidente del Gobierno y su última esposa tenían una relación de amistad?
Se habían conocido, se llevan bien y tal, pero de ahí a decir como que van juntas, no.
¿De esa relación nunca extrajo usted conclusión alguna sobre su salida del Gobierno?
Noooo. No era una relación de quedar ni nada de eso. O sea, se conocían, obviamente, incluso antes de ser secretario general y presidente, porque coincidían, pero no eran de quedar a tomar café, ni a salir ni a viajar, ni nada. ¡He visto publicar cada fantasía!
¿Su vida personal era tan desordenada como dicen?
Desordenadísima. Por eso la demanda y por eso todo lo que hasta ahora se está sustanciando en el juzgado va en sentido contrario de esa recreación tan vergonzosa.
Entiendo que está ahora hablando sobre lo que publicó un diario digital sobre su vida privada y la demanda que usted presentó.
Sí, sí, sí.
Ahora se siente muy reivindicado con esto.
Sí, sí. En fin, vamos a dejarlo ahí.
¿Usted, que fue sanchista antes que Pedro Sánchez, pasará ahora a militar en el antisanchismo?
No, no. No voy a hacer activismo de nada. Ya le decía que yo ya estoy terminando.
¿Su intención es acabar la legislatura o marcharse antes?
Veremos cómo pasa todo…
¿Dependerá de cómo se resuelva la instrucción del caso Koldo?
Bueno, sí, en función de cómo esté la política de este país y se vea… Yo le digo que me queda muy poco.
De legislatura quedan tres años.
No me refiero en lo personal, sino a que me queda muy poco para retirarme.
¿Su voto está comprometido en las votaciones decisivas para el Gobierno?
Mi voto está tal cual. Me presenté a las elecciones conforme al programa electoral del PSOE.
¿Sus cuentas corrientes están saneadas?
Bueno, si quieres verlas, cobré ayer.
¿Cuánto cobró?
Mi sueldo.
¿De diputado y aún de presidente de la Comisión de Interior?
Sí, y con el descuento del partido, de la cuota, del recargo.
Al menos esa ya no la va a tener que pagar…
No lo sé. Este mes la he pagado.
¿A partir de ahora puede hacer frente de forma desahogada a todos sus gastos?
Tendré que adaptarme a lo que gane y ya está. Tampoco es que, en fin, pues vendrá a ser casi no igual, pero parecido y tendré que adaptarme a eso.
¿Tiene dinero en paraísos fiscales?
Tengo muchos paraísos, es tremendo. Bueno, pues ese es el elemento fundamental de mi honorabilidad, el no haberme lucrado. Nadie podrá decir que yo tengo algo más después de ser ministro que antes de serlo. De eso dan cuenta las hipotecas. El ritmo de amortización de las mismas, el patrimonio y las cuentas bancarias. No tengo acciones, ni valores, ni nada de eso. Nunca los tuve. Por eso también me extraña que otros tengan un patrimonio muy distinto, habiendo dedicado algo menos de la vida a esto. No, porque yo en la vida pública llevo mucho tiempo y no he sido capaz de tener el patrimonio de otros. Eso es lo importante.
Entrevista completa a José Luis Ábalos
Vídeo: Nando Ochando